
Siemens Gamesa va dejando atrás sus peores pesadillas. Los precios de los pedidos de aerogeneradores se han estabilizado y empiezan a aumentar, las incertidumbres sobre el impacto en los costes de la guerra comercial se han reducido y las expectativas de ganancias se han elevado vertiginosamente gracias a su liderazgo en las instalaciones en el mar.
Desde que empezó 2019, la estimación de beneficio operativo (ebit) de la compañía para los dos próximos años se ha incrementado en 160 millones de euros. Concretamente, en este mismo periodo, el conjunto de analistas que sigue su cotización ha mejorado casi un 4% la previsión media de ganancias para el ejercicio fiscal 2020 -arranca en octubre de 2019-, de 903 millones a 937 millones, y cerca de un 15% para 2021, de 833 millones a 960 millones -ver gráfico-.
Este incremento favorece que Siemens Gamesa haya conseguido disipar por completo las dudas que existían sobre su capacidad para cumplir con su plan estratégico, en el que se marcó el objetivo de alcanzar un margen operativo entre el 8% y el 10% en 2020, y propicia que el crecimiento de los beneficios esperado entre 2019 y 2021 sea del 30% y triplique el estimado para su principal competidor, Vestas.

Este cambio de tercio de Siemens Gamesa es ya una evidencia en bolsa. Sus acciones se han afianzado como las más alcistas del Ibex 35 en lo que va de año, al acumular ganancias de algo más del 40%. Mientras que las del grupo danés repuntan un 20%. Con la reconquista de los 15 euros, los títulos de la compañía rememoran máximos en el parqué no vistos desde julio de 2017, cuando el mercado eólico sufrió una doble sacudida: la paralización de los pedidos en India -la principal plaza del fabricante español- y el desplome de los precios por la transición hacia sistemas de subastas competitivas en todo el globo.
Durante los últimos meses, el mayor volumen de contratos, la estabilización de sus importes y el crecimiento de instalaciones más rentables en el mar (offshore) -"por encima de lo que inicialmente se esperaba", según fuentes de la industria- han transformado radicalmente las expectativas de los fabricantes de aerogeneradores en general y, sobre todo, de Siemens Gamesa, que nació de la fusión de la empresa española con la división eólica del grupo alemán coincidiendo con el shock del negocio del viento.
Los riesgos desaparecen
Asumido y superado ya este traumático vuelco, la principal incertidumbre ahora es "la guerra comercial" promovida por Estados Unidos -según recuerda el equipo de analistas de Citi- y el impacto que un incremento de los aranceles pueda acabar teniendo sobre los precios del acero que se utiliza en los aerogeneradores y que la propia compañía estimó que podría ser de entre 20 y 40 puntos básicos sobre el margen. El avance de las negociaciones entre la primera economía del mundo y China reduce este riesgo. "La industria eólica agradecería una normalización de las relaciones comerciales", reconoce James Evans, experto del servicio de análisis de Bloomberg.
La desaceleración del crecimiento del mercado eólico precisamente en Norteamérica es el otro obstáculo al que se enfrenta el sector de los fabricantes de aerogeneradores, pero "esta incertidumbre es mayor para Vestas que para Siemens Gamesa por su mayor exposición a la región", según observan los expertos de HSBC, quienes inciden en que "el aumento de los pedidos offshore y la mayor eficiencia de los nuevos modelos de aerogeneradores favorecen una mejora de la rentabilidad" de la compañía cotizada en el Ibex 35 "que tendrá impacto en los próximos tres años".
"La visibilidad en márgenes debería ir aumentando a medida que avance el segundo trimestre", observan en Bankinter. Añaden que, "con el nivel de cobertura actual de las ventas -más del 90% del objetivo de 10.000-11.000 millones-, el principal riesgo reside en la ejecución de los proyectos, que además este año se concentran especialmente en la última parte del ejercicio".
Por otra parte, una vez superado el colapso del año 2017, India vuelve a surgir como un mercado clave "por la expectativa de un fuerte crecimiento de la energía eólica marina", incide también James Evans, de Bloomberg, quien destaca que en esta región Siemens Gamesa parte con ventaja por su experiencia previa.
De puertas para adentro, las críticas de Iberdrola, propietaria del 8% del grupo eólico, a la gestión de Siemens Gamesa desde la fusión, son un motivo recurrente de conflicto, como se evidenció en la última junta general de accionistas de la compañía de finales de marzo, que podría acabar saltando al parqué si derivara en un salida abrupta de la empresa que dirige José Ignacio Sánchez Galán.