
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ha ofrecido palabras conciliadoras para los mercado en la reunión anual de la American Economic Association en Atlanta, en la que participan también los exresponsables del banco central Janet Yellen y Ben Bernanke. El actual responsable ha remarcado que "no hay una ruta preestablecida para la política monetaria" y que "la Fed será flexible si hay una desaceleración inesperada de la economía".
Powell ha aprendido la lección del pasado mes de octubre cuando se mostró públicamente inflexible con la intención de seguir subiendo tipos. Esta vez se ha mostrado sensible con la evolución de los mercados. Música para las orejas de los inversores, que durante meses quieren oír que la Fed está dispuesta a parar las subidas de los tipos de interés. Powell ha dejado claro que escucha las señales de los mercados financieros.
"Está habiendo una diferencia entre los sólidos datos económicos y la tensión en los mercados financieros que apuntan a una preocupación y riesgos a la baja", ha declarado.
El banquero ha remarcado que "la Fed será paciente y está abierta a cambiar el balance si es necesario" ajustando la política monetaria si el crecimiento se desacelera inesperadamente.
La intervención de Powell ha gustado a Wall Street que ha alargado las ganancias hasta el 3% tras una apertura con con fuertes subidas, tras el buen dato de empleo de diciembre.
En su reunión de diciembre, la Fed subió por novena vez las tasas desde que comenzara el ciclo de alzas en diciembre de 2015, y la cuarta durante 2018. Además, anunció que solo tenía previstas dos más para 2019 frenando sus intenciones de que fueran tres.
Esta vez ha medido mucho sus palabras para conciliar su exposición con el nerviosismo que vive las bolsas. Los mercados financieros han estado en crisis desde octubre por la preocupación de que la Fed se pasara de frenada con los tipos de interés. De hecho, hoy en dos encuestan entre gestores los inversores descartan que haya alzas en el precio del dinero en 2019.
Powell ha encajado su discurso en los deseos del mercado, temerosos de una profunda desaceleración de la economía. "Como siempre, no hay un camino preestablecido para la política monetaria", ha subrayado Powell que se ha apoyado en los datos de empleo y subida de salarios para despejar dudas sobre la solidez económica.
"Nadie sabe si este año será como el 2016. Pero lo que sí sé es que estaremos preparados para ajustar la política de manera rápida y flexible y para utilizar todas nuestras herramientas para respaldar a la economía si fuera apropiado para mantener la expansión en el buen camino", ha remarcado.
No dimitirá aunque se lo pida Donald Trump
Powell ha sido blanco de las críticas del presidente estadounidense, Donald Trump, en las últimas semanas, culpándole de las caídas de Wall Street. Ha asegurado que no presentaría su renuncia al cargo en el supuesto de que el inquilino de la Casa Blanca se lo pidiera.
"No", ha contestado lacónicamente Powell al ser preguntado directamente. El máximo responsable de la política monetaria de EEUU ha señalado que no tiene prevista en su agenda una reunión con el presidente de EEUU.