Bolsa, mercados y cotizaciones

El regreso de la inflación obliga a reducir todos los objetivos de rentabilidad

El regreso de la inflación al calor del alza del petróleo obliga a modificar la expectativa de ganancias reales para este año. Los inversores conservadores son los que tienen más complicado ganar dinero en este contexto.

Puede que a finales de 2016 fuera usted uno de esos españoles que decidiera lanzarse al universo de la inversión y dejar de lado esos depósitos que no hacían otra cosa que darle cada vez menos rentabilidad. De hecho, según los datos publicados por el Banco de España, 2017 fue el año en el que más reembolsos en depósitos a plazo hubo, ya que salieron cerca de 67.000 millones de euros. Y muchas de esas salidas encontraron cobijo en el universo de fondos de inversión, que cerró ese mismo año con cifras récord y con un titular que no se había visto nunca, ya que el dinero de los españoles en fondos superó al que tenían en depósitos.

Además, el timing acompañó a esos inversores, porque si ha habido un año fácil para ganar dinero ese fue 2017. Un ejercicio que tanto para los que apostaran por la renta fija como por los que lo hicieran por la renta variable arrojó rentabilidades positivas, muchas veces de dos dígitos. Al fin y al cabo, el contexto era inmejorable: tipos de interés en niveles del 0 por ciento, inflaciones muy bajas, crecimiento económico sincronizado a nivel mundial y estimaciones de beneficios al alza. No ganar dinero fue la excepción. Pero este favorable contexto murió con la última campanada de 2017. "El año pasado fue un año de espejismos que no va a volver a pasar, por lo que estamos obligados a ser activos con nuestra cartera", apunta Paulo Gonçalves desde el Servicio de Estudios de Banca March. "Los inversores tomamos retornos prestados del futuro en 2017", afirma Manuel Gutiérrez-Mellado, miembro del equipo de ventas de BlackRock en Iberia.

¿Qué ha cambiado? Principalmente, dos cosas. La primera es la política monetaria que, si bien en Europa sigue siendo acomodaticia -y se espera que así siga siéndolo hasta al menos 2019-, en EEUU empieza a virar su rumbo. Desde finales de 2015 la Fed ha subido tipos en seis ocasiones y de esas, dos se han producido solo este año... de momento, ya que se espera que la institución ahora presidida por Jerome Powell aumente al menos en dos ocasiones más el precio del dinero antes de que acabe el año. Y la segunda, que al final está también muy ligada a la primera, es la inflación. Al fin y al cabo, su control es lo que está detrás, aunque no solo, de las políticas monetarias que deciden los bancos centrales a uno y otro lado del Atlántico y ahora esa inflación, aún contenida, ha vuelto a colarse como un riesgo que debe tener en cuenta el mercado, al calor de un alza del petróleo motivada por crisis geopolíticas, la mayoría motivadas por Donald Trump, que ha permitido al Brent escalar un 19 por ciento en lo que va de año y al West Texas subir en tasas similares. "Las expectativas de inflación, tanto en la eurozona como en EE.UU, están aumentando desde hace aproximadamente un año. Desde una perspectiva absoluta, los niveles no son escandalosos ni superan lo que comúnmente se define como "estabilidad de precios". Sin embargo, en ambos casos hemos alcanzado las lecturas más altas desde 2014", apuntan desde DWS, la gestora de Deutsche Bank.

Para el inversor ese aumento de la inflación implica, como apunta Gonçalves, que "habrá que asumir mucho más riesgo para obtener las rentabilidades del pasado" ya que batir a la inflación es el objetivo que ha de perseguir cualquier inversor, independientemente de su perfil, para no perder poder adquisitivo. Pero esa asunción de riesgos implica sobre todo al inversor europeo ya que, a diferencia de EEUU, ese aumento de la inflación -ahora en niveles del 1,2 por ciento- no se está viendo acompañado de subidas en los tipos de interés. De ahí que, como explica Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis " el perfil de un inversor conservador es el más complicado de todos porque los tipos ya no baten a la inflación", lo que lleva a este experto a afirmar que "si un inversor no quiere asumir riesgo tiene que estar preparado para perder ese 1 o 2 por ciento de inflación". Adiós al concepto de rentabilidad libre de riesgos: o asume riesgo o tendrá pérdidas reales aunque la rentabilidad nominal -la que no descuenta la inflación- le haga pensar que está ganando dinero, poco pero dinero al fin y al cabo.

Inflación creciente, rentabilidades esperadas, menguantes

Ese 2% que debe estar dispuesto a perder un inversor conservador se repite cuando lo que se analiza es la rentabilidad que puede conseguir en este nuevo new normal un inversor conservador que asuma riesgo, aunque sea el mínimo, en un año que se antoja muy complicado para los que se dedican al mundo de la inversión. Y no solo a corto plazo sino también a medio plazo. Por ejemplo, según las estimaciones de rentabilidad a cinco años que maneja BlackRock, una de las mayores gestoras de activos del mundo, la máxima rentabilidad anual que se puede esperar en los activos de renta fija es del 3,1%, y eso solo para quien esté dispuesto a invertir en el universo de deuda más arriesgado, el de la renta fija emergente en moneda local.

Pero desde Inversión a Fondo también hemos querido cuantificar qué rentabilidad y pérdida máxima puede asumir un tipo de inversor que cuente con un perfil moderado o agresivo. Según explica Perea, el primero "puede tener una expectativa de rentabilidad de entre el 5 o el 6%, siempre y cuando esté dispuesto a perder también un 5 ó 6 %". De ahí que uno de los consejos de inversión del gurú Warren Buffett sea el de solo invertir la cantidad de dinero que se está dispuesto a perder.

En el caso del agresivo, la expectativa de rentabilidad crece este año hasta el 8%, en línea con las subidas de beneficios que se espera que tengan las empresas, pero, ojo, porque lo normal es que esos inversores agresivos no estén dispuestos a asumir pérdidas similares si yerran los mercados ya que "el sesgo conductual dice que a los inversores les cuesta mucho más perder dinero que dejar de ganarlo", afirma el director de inversiones de Tressis. (ver gráfico)

Eso para este 2018, que sigue disfrutando del viento de cola de la política monetaria de tipos bajos e inflaciones controladas, pero, al igual que sucede en los perfiles consevadores, los moderados o agresivos también deben reducir sus expectativas de rentabilidad de cara a los próximos cinco años. "Observamos una situación más normal para los mercados: unas rentabilidades inferiores y una mayor volatilidad en un contexto de incertidumbre económica y menor margen para que el crecimiento supere las expectativas", advierte Richard Turnill, director de inversiones de BlackRock. "El rendimiento de una cartera que invierta al 50 por ciento en bonos y al 50 por ciento en renta variable global puede pasar del 8 por ciento que se ha obtenido en la última década al 4,5 por ciento, asumiendo una rentabilidad media por dividendo del 2 por ciento, un crecimiento de los beneficios del 5 por ciento y una rentabilidad de los bonos del 2 por ciento si se mantienen los PER actuales", confirma Pascal Blanqué, CIO de la gestora Amundi.

El problema está en que estas estimaciones de los expertos rara vez se asemejan a las expectativas de rentabilidad que tienen los inversores. Se ve en los resultados que deja el Estudio Global de Inversión de Schroders 2017, que cifra en un 37% los inversores españoles que exigen un retorno anual de entre el 5% y el 9% durante los próximos cinco años, mientras que solo un 22 por ciento se conformaría con una rentabilidad de entre el 1 y el 4%; eso, teniendo en cuenta que el 60 por ciento no está dispuesto a asumir riesgos en la cartera y el 51% tiene hoy en cartera más efectivo que en el pasado.

¿Invertir por perfiles o por objetivos?

Pero asumir riesgos no solo depende de la psicología que tenga cada inversor. También influye, o al menos debería, el destino final que tiene cada inversor para sus ahorros ya que ese destino está directamente relacionado con el plazo de la inversión que es clave, a su vez, para determinar el perfil del riesgo. "Un mismo inversor puede tener diversos perfiles en función del objetivo pese a que genéricamente se le englobe en un perfil determinado. Así, puede ser en líneas generales muy agresivo, pero si su objetivo es comprarse un coche en uno o dos años no debería invertir todo el dinero en renta variable de mercados emergentes por mucho que quiera pues las posibilidades de perder una parte considerable de la inversión -y, por tanto, no poder adquirir el vehículo deseado- son muy altas. Igualmente, si un inversor es muy conservador pero su objetivo es mantener el nivel de vida cuando se jubile en 30 años, nunca lo alcanzará si invierte en un mercado monetario con una rentabilidad cercana al 0 por ciento cuando la inflación es muy superior, perdería poder de compra año tras año", afirma Ignacio Rambaud desde Fidelity.

Es por ello que no son pocos los expertos que recomiendan revisar el perfil de inversión al menos una vez año para poder adecuarlo al contexto de un mercado que, con la volatilidad de vuelta, se antoja muy cambiante, y sobre todo, para adecuarlo a las necesidades que se tenga en cada periodo de inversión.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky