
Si hay un sector empresarial que se ha visto afectado en los últimos meses por los volúmenes planos y la baja volatilidad que se ha dado en el mercado en buena parte de 2017, ese ha sido el de los operadores bursátiles. De hecho, en palabras de un alto cargo de una de las principales empresas de este ámbito, esta tendencia les "ha quitado aire para crecer".
Sin embargo, esta situación ha cambiado en las últimas semanas. Febrero "ha sido un mes de alta volatilidad y temores sobre la posibilidad de que el incremento de la inflación pudiera llevar a la Reserva Federal estadounidense a aumentar sus tipos de interés más rápido de lo previsto", explica Alexander Londoño, analista del bróker ActivTrades. Algo de lo que se han beneficiado las grandes empresas operadoras de mercados.
Compañías como Bolsas y Mercados Españoles (BME), Deutsche Boerse, Nasdaq o Euronext han visto cómo desde que se ha producido este incremento de la volatilidad en los mercados, sus acciones se han anotado ganancias en bolsa cercanas al 3,6 por ciento de media.
"El volumen de negocio de estas compañías se beneficia de un incremento de la volatilidad y de la incertidumbre", aseguran desde JP Morgan. Solo desde el pasado mes de febrero, las diez principales empresas por valor bursátil de este sector han logrado añadir cerca de 6.400 millones de euros a su capitalización.
Ha llegado para quedarse
Los conocidos como los índices del miedo, que miden la volatilidad de algunos selectivos como el S&P 500 y el EuroStoxx 50, se dispararon en los peores momentos del mes pasado, marcando niveles no vistos desde la primera devaluación china en Estados Unidos, y del Brexit, en Europa.
Y la tendencia no ha cambiado. A pesar de que el Vix y el VStoxx han retrocedido en las últimas semanas, ambos se mantienen lejos de los mínimos de 2017.
Los analistas coinciden en señalar que el mercado tiene que aprender a convivir con niveles de volatilidad más elevados que los vistos de media en 2017 sin que eso suponga una vuelta del pánico al mercado de renta variable.
"La volatilidad, que había sido la gran ausente de las bolsas durante todo el año pasado, ha vuelto así a reaparecer en los mercados", asegura Paulo Gonçalves, analista de estrategia de mercados de Banca March. "Esto no debe sorprendernos, ya que lo inusual fue lo ocurrido el año pasado, cuando la volatilidad del MSCI World se situó a cierre del ejercicio en el 5,9 por ciento, muy por debajo del promedio de 16 por ciento registrado en la última década", explica este mismo experto.
Más negociación en BME
La volatilidad y los mayores volúmenes de negociación han vuelto al mercado para quedarse. La mejor prueba de ello se puede encontrar en la bolsa española, que negoció en febrero 46.555 millones de euros en renta variable. Esta cifra supone un 2,8 por ciento más que en el mismo mes del ejercicio pasado, según los datos proporcionados por BME.
Además, el número de negociaciones registradas en febrero fue de 4,43 millones, es decir, experimentó un crecimiento del 15,5 por ciento respecto al mismo mes del año pasado.