
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está dispuesto a elegir al próximo capitán de la Reserva Federal en las próximas "dos o tres semanas". En un momento en que el banco central estadounidense inicia la reducción de su balance y ha convencido al mercado para que descuente una tercera subida de tipos de interés este año, pese a la falta de repunte en los precios, un cambio de mandos al frente de la Fed podría generar cierta incertidumbre.
En estos momentos, son cuatro los nombres que cobran fuerza en las quinielas, especialmente después de haberse conocido como Trump ya se ha reunido con Kevin Warsh y Jerome Powell, como posibles candidatos para suceder a Janet Yellen, cuyo cargo como presidenta expira a finales de enero del próximo año.
"Yellen continúa siendo una seria candidata para Trump y sus declaraciones tras la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de septiembre sugieren que aceptaría ser renovada", asegura Peter Hooper, economista jefe de Deutsche Bank en EEUU. De materializarse esta decisión, "sería la menos disruptiva a ojos del mercado", añade.
Por su parte, Powell, quien a día de hoy es gobernador de la Fed, ha sido miembro del consejo de gobierno del banco central de EEUU durante los periplos de Bernanke y Yellen. De corte republicano, conoce bien los entresijos de la Fed y aunque no cuente con el bagaje académico de la actual presidenta de la Reserva Federal, sus discursos y presentaciones sobre política monetaria demuestran su experiencia dentro del banco central. "Una Fed liderada por Powell no sería más que una continuidad del legado de Yellen", aclara el economista jefe de Deutsche Bank.
La propuesta más interesante en estos momentos es la de Warsh, ya que su nombramiento representaría un verdadero cambio dentro del seno de la Fed. Este candidato, que ya formó parte del Consejo de Gobierno de la Reserva Federal durante el azote de la crisis financiera cuenta con una amplia experiencia en el sector privado y los mercados.
Hasta la fecha, no ha sido excesivamente crítico con las políticas y decisiones tomadas por la Fed. "Desde nuestra perspectiva podría resultar un halcón monetario", indica Hooper, quien justifica esta postura haciendo alusión a las declaraciones de Warsh sobre el balance de la Fed. Durante una entrevista con el WSJ, Warsh también señaló que el objetivo de inflación del banco central estadounidense debería ser flexible entre el 1% y el 2%. "El objetivo actual del 2% ofrece una precisión falsa", dijo al rotativo.
"Esperamos que Warsh sea igual o más agresivo que Yellen y Powell en el caso de que la inflación comenzase a repuntar más rápido de lo esperado", reiteran desde Deutsche Bank.
El cuarto aspirante en discordia sigue siendo Gary Cohn, actual director de Consejo Económico Nacional. El expresidente de Goldman Sachs llegaría sin un respaldo académico pero una amplia experiencia en los mercados financieros, tanto patrios como extranjeros. Su proximidad a la administración Trump hacen pensar que impulsaría una política monetaria laxa, en línea con los deseos ya expresados por el inquilino de la Casa Blanca.
Dicho esto, es difícil que la Fed vaya a tomar un cambio hacia una política monetaria menos agresiva. Los presidentes de las 12 reservas federales regionales se asegurarán que la Fed no se queda rezagada a la hora de subir tipos, especialmente con algunos miembros como Loretta Mester, de la Fed de Cleveland, tomando de nuevo poder de voto en el FOMC en 2018. "Si somos realistas, los candidatos con más posibilidades de ser nominado o reafirmados para dirigir la Fed durante los próximos cuatro años, no conseguirán dirigir al banco central de EEUU hacia una política más laxa", asegura el economista jefe de Deutsche Bank.