Los principales índices de EEUU han cerrado de nuevo con subidas que permiten al S&P 500 y Nasdaq marcar nuevos máximos históricos tras los avances de ayer. El Dow Jones subió un 0,28% hasta 22.118,86 puntos, mientras el S&P 500 se anota un avance de 0,34% hasta los 2,496,49 enteros y el Nasdaq Compuesto crece en idéntico porcentaje para alcanzar las 6.454,28 unidades.
Las bolsas de EEUU cotizan en máximos sin preocupaciones a corto plazo. Tanto el huracán Irma como la escalada nuclear de Corea del Norte han pasado a un segundo plano y la jornada no cuenta con referencias económicas importantes.
El foco se ha centrado hoy en el sector tecnológico. Apple ha presentado sus nuevos modelos de iPhone - los iPhone 8 y el iPhone X - así como su tercera versión del Apple Watch y novedades en otros dispositivos de la compañía, que ha acabado la sesión con pérdidas en bolsa.
Los inversores ya esperarán a mañana para tomar decisiones más drásticas con la publicación del IPC de agosto. La evolución de los precios será clave para que la Reserva Federal decida tomar una decisión sobre la esperada subida de tipos. Si bajan darán más argumentos a los miembros del FOCM que piden prudencia para encarecer la tasas.
Casi todos los sectores cerraron al alza, como el financiero (0,58%), el de materias primas (0,41%), el industrial (0,41%), el energético (0,28%) o el tecnológico (0,22%), mientras que solo terminó en rojo el de empresas de servicios públicos (-1,32%).
Pfizer (3,06%) lideró las ganancias entre la gran mayoría de los treinta valores del Dow Jones, por delante de Goldman Sachs (2,21%), Caterpillar (1,74%), JPMorgan (1,23%), Verizon (1,06%), American Express (1,00%), Home Depot (0,97%) o Intel (0,89%).
Al otro lado de la tabla solo terminaron con pérdidas McDonald's (-3,22%), UnitedHealth (-1,06%), Procter & Gamble (-0,51%), Johnson & Johnson (-0,44%), Apple (-0,42%), Microsoft (-0,11%), Travelers (-0,07%) y Chevron (-0,03%).
Al cierre de la sesión bursátil, el petróleo de Texas subía a 48,26 dólares, el oro bajaba a 1.335,5 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años avanzaba al 2,163% y el dólar perdía terreno ante el euro, que se cambiaba a 1,1963 dólares.
