
Desde el estallido de la crisis económica, sus activos bajo gestión se han multiplicado por cinco. La dieta que busca normalizar las condiciones monetarias en Estados Unidos no sólo se compone de las tradicionales subidas de tipos de interés que permiten a la Reserva Federal abrochar el cinturón de las condiciones financieras. l ¿Cómo desmantelar un balance de 4,5 billones de dólares? La Fed entra en la 'fase desconocida'
En esta ocasión, y tras haber engullido billones de dólares en activos respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro desde 2008, los miembros del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) se preparan este mismo año para reducir la masa grasa de su balance, que en estos momentos ronda los 4,5 billones de dólares.
Al menos esa es la intención que su presidenta, Janet Yellen, y el resto de los ocho altos funcionarios que contaron con derecho a voto en el Comité encargado de dictar la política monetaria del país, telegrafiaron al mercado en las actas de su última reunión de mayo. Un proceso que será gradual, limitado y estará milimetrado a través de revisiones trimestrales.
Subida en junio y septiembre
"Seguramente oficializarán el cambio en su política de reinversión en su reunión de septiembre", aclara Torsten Slok, economista jefe de Deutsche Bank, quien considera que para no excederse, la Fed subirá tipos en junio y septiembre y se tomará un respiro en la última reunión del año. Una opción que también apoya Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs.
Y es que es importante tener en cuenta que el tamaño del balance de la Fed también influye en las condiciones financieras generales, incluidos los tipos de interés. De esta forma, las desinversiones que se realicen a partir de ahora pueden en cierta forma sustituir al encarecimiento del dinero. "Consideramos que una reducción de 675.000 millones de dólares en el balance del banco central en un horizonte de dos años equivale aproximadamente a un alza de 25 puntos básicos en los tipos de interés", estima Troy Davig, vicepresidente y director de análisis de la Reserva Federal de Kansas City.
Balance apropiado
Davig y A. Lee Smith, economista de la Fed de Kansas City, publicaban el pasado 10 de mayo un detallado análisis donde calculaban el impacto que la reducción gradual del balance del banco central estadounidense tendría en la política monetaria. Con su conclusión como referencia, puede estimarse que si Yellen y sus chicos desearan reducir su cartera hasta los niveles pre-crisis, cuando el balance de la Fed rondaba los 900.000 millones de dólares, el resultado equivaldría a una subida de alrededor de 125 puntos básicos durante los próximos 10 años.
Sin embargo, la pregunta que ronda entre muchas mesas de inversión es cuánta masa magra quiere mantener la Fed. "Es poco probable que la Fed reduzca sus tenencias hasta niveles previos a la recesión", reconoce Tim Quinlan, analista de Wells Fargo. Desde su punto de vista, un tamaño apropiado para la cartera del banco central oscilaría entre los 2 billones y los 2,5 billones de dólares.
En este sentido, Quinlan señala que la mitad de los 2,4 billones de dólares de bonos del Tesoro en manos de la Reserva Federal maduran entre este año y 2020. Este calendario de vencimientos dejaría a la Fed bien posicionada para adoptar un enfoque pasivo en su hazaña, mientras consigue un impacto material en el tamaño de su balance.
La hoja de ruta de la Fed
En un esfuerzo por evitar berrinches en este proceso, las reducciones iniciales podrían implicar la reinversión de una fracción de los activos en vencimiento. Así, por ejemplo, de los 100 dólares recibidos al vencimiento del bono, la Fed podría optar por reinvertir 75 dólares en lugar de la cantidad total, lo que disminuiría el ritmo y el impacto en el adelgazamiento de su balance. También es importante tener en cuenta que éste cuenta con activos respaldados por hipotecas, cuya desinversión es más problemática.
"La Fed probablemente proponga iniciar el proceso permitiendo el vencimiento de una cantidad limitada de bonos del Tesoro y activos respaldados por créditos hipotecarios", reitera Quinlan, apoyando la idea de la reinversión de un porcentaje elevado del total de los activos vencidos.
Recorte en las reinversiones de deuda
Desde BNP Paribas, Paul Mortimer-Lee, su economista jefe, determina que acabar completamente con la reinversión de los activos a fecha de su vencimiento "pone mucha más presión sobre las condiciones financieras", de ahí que la Fed pueda imponer límites de hasta 10.000 millones de dólares mensuales para los bonos del Tesoro y otros tantos para los activos avalados por préstamos hipotecarios.
Los analistas de Oxford Economics esperan un recorte del 50% en las reinversiones de deuda durante el primer año y coinciden con el resto de estimaciones que apuntan que el proceso arrancará en el cuarto trimestre, lo que permitirá ajustar los riesgos y al mismo tiempo reducir el ritmo de las subidas en los tipos a medio y largo plazo.