
El fantasma del pasado vuelve a planear sobre el mercado inmobiliario de Estados Unidos y sobre las políticas de estímulos monetarios de la Reserva Federal (Fed). Datos como el publicado este martes de ventas de viviendas nuevas hacen que sea obligatorio pensar si esta vez todo es diferente o si se están cometiendo los mismos errores. La burbuja inmobiliaria y la quiebra de las hipotecas subprime siguen muy recientes como para que estas cifras no enciendan algunas alarmas.
Estados Unidos dio a conocer este martes el dato de ventas de viviendas nuevas del mes de mayo: en total, 546.000 transacciones de casas a estrenar, el dato más alto desde febrero de 2008. De los cinco primeros meses del año, en cuatro se vendió más de medio millón de viviendas. Estas cifras suponen un ritmo de crecimiento interanual del 20%.
¿Suficiente como para asustar a las autoridades? Tal vez no tanto, conviene recordar que EEUU llegó a vender más de 1,3 millones de inmuebles mensuales durante la gestación de la burbuja, en el año 2005. Sin embargo, pueden ser ritmos de crecimiento suficientes como para que la Fed empiece a plantearse quitar la actual política monetaria de emergencia. El balance de la entidad sigue en máximos históricos y los tipos de interés, en mínimos: tal y como estaban cuando la entidad terminó su programa de compra de activos, el tercer QE.
Los líderes de la Fed quieren maximizar el empleo y llevar las expectativas de inflación a su objetivo del 2% antes de empezar a subir los tipos de interés, pero cifras como las de este martes presionan a la institución para replantearse su política. Los fantasmas del pasado siguen muy presentes en EEUU.
El mercado reaccionó a la noticia dando un fuerte impulso al billete verde. Con indicadores tan contundentes como éste, la primera subida de tipos de la Fed en 9 años podría estar a la vuelta del trimestre, esto es, a lo largo del verano. El euro se vio arrastrado por esta corriente alcista de la divisa estadounidense y perdió el nivel de los 1,12 dólares con un descenso de casi el 1,5%, su tercera peor sesión del año.
El mercado de divisas parece que se ha olvidado de los avances que se han dado esta semana para resolver las diferencias entre Grecia y sus acreedores. Esos avances, que llevaron al euro a escalar en la apertura de la semana por encima de los 1,14 dólares, son ya cosa del pasado. Desde los máximos del lunes hasta este martes, la divisa común cayó un 2%.
El 'fantasma del futuro'
Para que el fantasma de la burbuja inmobiliaria no vuelva a materializarse en EEUU, la Reserva Federal tendrá que enfrentarse a su fantasma del futuro. Tendrá que retirar su política monetaria de emergencia en algún momento, y ese podría ser el día 17 de septiembre. "Hay un 50% de posibilidades de que la economía mejore hasta septiembre como para empezar a subir los tipos de interés", advirtió este martes Jerome H. Powell, miembro de la Junta de Gobernadores de la Fed.
Cuando la confianza en el empleo se consolide y las expectativas de inflación queden ancladas en el 2%, "será el momento para empezar a subir el precio oficial del dinero", indicó Powell este martes. La Fed tiene que acertar en el momento de empezar a retirar sus estímulos: no tiene que ser tan pronto como para obstruir la recuperación, ni tan tarde como para que se hayan generado demasiados desequilibrios en la economía.
El fantasma de la subida de los tipos de interés no le termina de gustar al mercado, prefiere los estímulos. Por eso Wall Street no pudo seguir el ritmo alcista de las bolsas europeas y se enfrió a lo largo de la sesión con las declaraciones de Powell, hasta el punto de moverse durante toda la tarde entre los números verdes y rojos. En el Viejo Continente, el mercado prolongó un día más de celebración por la proximidad de un acuerdo en Grecia. El Ase de la Bolsa de Atenas subió un 6,11% en la sesión, impulsado un día más por los bancos, y suma una racha del 16% en dos sesiones.
En estas dos jornadas, Alpha Bank se ha disparado un 48%; National Bank, un 36,4% y Piraeus Bank, un 30,4%. De temer un corralito, la banca griega sueña ahora con que el Banco Central Europeo (BCE) vuelva a aceptar los colaterales de la deuda griega para sus operaciones de liquidez, lo que relajaría la situación de necesidad extrema de fondos para pagar la fuga de depósitos. La institución europea tuvo que volver a ampliar la liquidez de emergencia que ofrece a las entidades helenas (ELA), y van ya 4 veces que lo eleva en menos de una semana.
El Ibex 35 intentó alcanzar el nivel de los 11.500 puntos durante la sesión, lo que hubiese supuesto marcar su cota más alta en un mes, pero el impulso comprador se frenó a lo largo de la tarde y tuvo que conformarse con los 11.402 puntos.