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El mercado empieza a creer que la era de los recortes del BCE se ha terminado: el giro de Lagarde y Bruselas que lo ha cambiado todo

  • Tras la reunión los analistas ven un cambio clave en la postura del BCE...
  • ... también ven un pacto 'a la japonesa' que diluya el riesgo de los aranceles de EEUU
  • La deuda cae con fuerza y los swaps ya descartan septiembre... y casi diciembre
Christine Lagarde durante la reunión de julio. (Reuters)

El BCE se reunió este jueves en un evento que corría un gran riesgo de pasar sin pena ni gloria. Sin embargo, se está produciendo un cambio tectónico en la visión del mercado tras el mismo. Horas antes de que Lagarde saliera a hablar y la institución publicase su comunicado el consenso casi absoluto era la de un BCE que no tocaría los tipos y que lo dejaría todo para septiembre, cuando tenga las previsiones macro con las que trabajar y más pistas sobre las grandes incertidumbres (aranceles, fortaleza del euro… etc). Sin embargo tras la reunión la perspectiva de entre uno y dos recortes (septiembre y diciembre), que parecía prácticamente establecida, se está difuminando por completo y diferentes voces empiezan a decir abiertamente que no habrá absolutamente ningún movimiento este año.

No son pocos los que se han sumado a esta teoría. Uno de los más insignes ha sido BNP Paribas que aseguraba que ya da el ciclo de flexibilización por concluido, al menos en 2025. "Las probabilidades han cambiado claramente a favor de que no haya recortes", dijo Christoph Rieger, jefe de investigación en Commerzbank. A estos dos hay que sumarles otros actores como son Goldman Sachs que titulaba su nota como "vemos que el ciclo de recortes ha terminado" y RBC, que tampoco espera ya ningún movimiento adicional.

Pero, ¿qué ha cambiado para que de golpe haya girado tanto la opinión de tantos analistas? La explicación la dan los expertos de Danske Bank que, a pesar de que ellos sí ven un último recorte en septiembre, comentan en su último escrito que algo sí ha cambiado. "Aunque nosotros vemos un movimiento en dos meses, creemos que la reciente evolución positiva de las negociaciones comerciales y la resiliencia de los datos han aumentado la probabilidad de un status quo que se mantenga a partir de ahora".

El comunicado del BCE no dio ninguna pista adicional más allá de un ligero cambio en algunas expresiones respecto a junio, como considerar que la inflación ya está en el objetivo tanto en el corto como a medio plazo. Sin embargo, hubo dos tesis en la rueda de prensa de la presidenta, Christine Lagarde, que son las que están despertando más suspicacias. La primera es que el BCE no va a anticiparse al golpe de los aranceles hasta conocer más detalles. La francesa explicaba que "nosotros no estamos en las negociaciones por lo que operamos con las estimaciones de junio (respecto a gravámenes).

El segundo factor que está teniendo un peso importante es la repetición constante de la idea de que "estamos en una posición cómoda". Varias veces la francesa se refirió a que el contexto actual era el adecuado para defenderse en un momento de incertidumbre. Esta tesis es la que mantuvo el miembro del Consejo, Martin Kazaks, en una entrevista hoy, en la que ha reforzado este mensaje.

"Mantener los tipos en los niveles actuales tiene valor, y ya pasó la época de las decisiones descabelladas, como subirlos o bajarlos". El alto cargo explicaba que "no hay necesidad de ponerse nerviosos; no hay una necesidad urgente de subir los tipos. Dados nuestros considerables y continuos recortes del último año, aún queda mucha flexibilización monetaria por aplicar en la economía".

El giro de Lagarde y el baile en las 'brumas' del BCE

Desde ING explican que "como se esperaban no hubo recortes pero la conferencia de prensa dejó un regusto agresivo": El banco neerlandés comentaba que hay un entorno de máxima incertidumbre donde, de hecho, se puede valorar la idea de una subida de tipos en el medio plazo ante un rebrote inflacionario por el mayor gasto alemán y europeo en defensa e infraestructura.

Alemania ha derribado su regla constitucional a la deuda (solo podían tener un déficit del 0,35% del PIB salvo vehículos muy especiales como de gasto covid o Ucrania) y la han retirado de casi todo el gasto militar (todo el superior al 1% del PIB), más del medio billón de euros en inversión a infraestructuras para una década y buena parte del gasto de los landers (sus autonomías). La Comisión Europea, por su parte, también ha relajado sus límites al endeudamiento y sus normas de austeridad para fomentar un mayor gasto.

En resumen, ya antes de la reunión había una discrepancia absoluta, un gran muro de niebla. Unos creían que este mayor gasto elevaba los precios y obligaba al BCE a subir el precio del dinero. Otros apostaban por un golpe arancelario al PIB, sumado a un euro fuerte (que abarate importaciones y golpee las exportaciones y, por tanto, la economía) que hiciera peligrar la estabilidad de precios por el otro lado, por tener una inflación demasiado raquítica. La conclusión a la que parece llegarse tras la reunión es que los primeros ganan algunos enteros pero que, en cualquier caso, el BCE no se alinea con ninguna por ahora. Ante esa conclusión, septiembre se queda muy corto para ser la fecha en la que la institución de un paso en cualquier dirección.

"Tras las buenas cifras del PMI y el tono positivo del BCE, la senda hacia tasas más altas se está volviendo aún más clara"

Desde ING coincidían plenamente con esta posición, alegando que "la presidenta del BCE, Christine Lagarde, enfatizó con entusiasmo que el Banco Central Europeo se encontraba en una buena posición, dando una señal de que un recorte en septiembre probablemente no será necesario. Los mercados redujeron la probabilidad de un recorte en septiembre del 50% al 25%". En resumen, "tras las buenas cifras del PMI y el tono positivo del BCE, la senda hacia tasas más altas se está volviendo aún más clara".

Concretando las expectativas del mercado de swaps (OIs), donde miles de inversores negocian los contratos con los que se protegen de los movimientos de los tipos de interés, es cierto que la reducción ha sido muy sensible. De cara a septiembre solo se espera una flexibilización de 0,05 puntos. Es decir, que no habría prácticamente posibilidad de un recorte (que tendría que ser de 25 puntos). De cara a diciembre incluso, todavía resiste la opción de un recorte, con una flexibilización de 0,16 puntos. Pero está totalmente abierto y se ha desmoronado un 30% en cuestión de horas.

Este cambio de perspectiva, se está notando en la renta fija. Los rendimientos de los bonos alemanes a 10 años subieron hasta siete puntos básicos hasta el 2,77%, el nivel más alto desde marzo, mientras que los rendimientos a 30 años se acercaron al nivel más alto desde 2011. Por su parte, los rendimientos de la deuda española a diez años escalan hasta el 3,335%. La francesa también sube en la misma línea hasta el 3,4%. La italiana avanza hasta el 3,61%.

La inflación, de momento, se encuentra estable en el 2% (junio), un repunte de una décima respecto al dato de mayo ampliamente esperado por los analistas. El IPC subyacente (excluye en este caso energía, alimentos, alcohol y tabaco) permaneció en el 2,3% interanual. Por su parte el PIB de la eurozona fue mejor de lo esperado el primer trimestre. Los últimos datos Eurostat mientras un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro se aceleró en el primer trimestre del año al 0,6%, el doble que el 0,3% registrado en los tres últimos meses de 2024. Desde la Comisión Europea esperan un crecimiento del 0,9% en el conjunto de 2025. Ahora, todo depende del rumbo que tomen ambas estadísticas pues la volatilidad todavía es enorme.

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