
Según la RAE, el término agostamiento se refiere a "la acción y el efecto de agostar, que significa secar o marchitar, especialmente por el calor excesivo o la falta de agua". Una definición que refleja, de manera fiel, el comportamiento de las bolsas de Europa durante el mes vacacional por excelencia, agosto. Y es que, la media de los últimos 30 años, arroja una conclusión clara, los índices del Viejo Continente registran mayoritariamente un balance mensual negativo en el mes que empieza esta semana.
El Ibex 35, es uno de los mejores ejemplos de este comportamiento. En los últimos treinta años registra de media un balance mensual negativo en agosto. El selectivo cede un 1% durante los 31 días que se extiende en el calendario el mes de agosto. Más incluso que en el mes de mayo, protagonista de uno de los aforismos de mercado más famoso del calendario: Sell in may and go away (vende en mayo y sal corriendo).
No es de extrañar si se tiene en cuenta en que en más de un 55% de los últimos 30 años, los bajistas se han impuesto en dicho mes, con episodios puntuales como los vividos en 2018, 2015 y 2011 en los que el balance negativo arrojó caídas superiores al 5%, e incluso de doble dígito.
En el EuroStoxx 50, por su parte, los descensos son más abultados en el mes. Superan el 1,5%, de hecho. Y se puede ver la misma proporción de años bajistas que en el Ibex 35.
"La estacionalidad en los mercados bursátiles hace referencia a patrones recurrentes y predecibles en el comportamiento de los precios de las acciones a lo largo del año. Estos movimientos, que tienden a repetirse de manera cíclica, suelen estar asociados a determinadas estaciones del año", explica Samuel Pérez, analista de fondos de inversión de Tressis en una de sus últimas tribunas en elEconomista.es.
Según el experto, este comportamiento está estrechamente relacionado con la psicología financiera (Behavioral Finance), la cual destaca que muchas decisiones de inversión no se fundamentan únicamente en análisis económicos objetivos, sino también en patrones de conducta basados en experiencias pasadas y sesgos cognitivos.
Agosto suele ser el mes más alcista del año del 'Índice del miedo'
En este sentido, la estacionalidad tradicionalmente es "menos favorable" durante las vacaciones de verano y los "menores volúmenes podrían hacer aumentar la volatilidad en la renta variable, advierte Nicolas Bickel, responsable de inversión en Edmond de Rothschild Banca Privada. "Además", matiza, "aunque una escalada proteccionista en la línea de lo que vimos entre China y Estados Unidos en abril parece poco probable, y las resoluciones mediante acuerdos comerciales parecen más realistas, la reacción de los mercados financieros parece ocultar el riesgo para la economía mundial".
Igual opina Lale Akoner, analista Global de Mercados de eToro, quien advierte que "si bien julio suele traer estabilidad, agosto suele ser uno de los meses más volátiles del año, un riesgo que conviene vigilar, especialmente a medida que evolucionan los informes de ganancias y las expectativas de la Fed. Por ahora, el mercado parece cómodo consolidando ganancias, pero la estacionalidad de la volatilidad indica que podría avecinarse una recuperación".
El comportamiento estadístico del VIX avala las declaraciones de Akoner. El comportamiento del conocido como el Índice del miedo, no deja lugar a dudas, se apunta un ascenso cercano al 9% en el mes de agosto si se tiene en cuenta la media histórica de los últimos 30 años.
De hecho, es el mes más alcista del año para el selectivo, por delante de septiembre y febrero según el registro de datos históricos que proporciona Bloomberg. Y es que, según el proveedor de datos, en 16 de los últimos 30 años -cerca de un 60% de las veces-, el mes estival por excelencia ha sido alcista para el VIX, lo que le sitúa como uno de los que cuenta con más repeticiones en ese sentido.
Un entorno de "gran incertidumbre", exacerbado además por la temporada de resultados
Un entorno de "gran incertidumbre", exacerbado además por la temporada de resultados, que pese a que los mercados esperan en general sea buena, puede dar sustos al inversor en un contexto de múltiples anuncios y retrocesos en materia de aranceles
En este contexto, "favorecemos a las empresas nacionales europeas, como las financieras y las industriales expuestas al plan de estímulo alemán", afirma Bickel, que explica que en Estados Unidos, también favorecen a las industriales en vista del renacimiento industrial que busca Trump, junto con una serie de empresas tecnológicas con exposición a la IA.
"La volatilidad es connatural a los mercados financieros", señalan por su parte desde Jupiter AM. "Los precios rara vez son estables y las fluctuaciones parecen ser inherentes a los mercados financieros. En ocasiones, hay intervalos impredecibles, una conmoción importante desencadena un gran repunte de la volatilidad y se desata una tormenta", señalan. Y en no pocas ocasiones se han producido esas tormentas durante el mes de agosto.
"Este descenso en la actividad suele venir acompañado de un repunte en la volatilidad, ya que los movimientos de las distintas clases de activos tienden a amplificarse", reitera Samuel Pérez. "De hecho", afirma, "muchos inversores consideran que el verano es un momento para disfrutar de unas merecidas vacaciones y olvidarse de los mercados financieros dado que estos tienen un componente estacional".
Cabe recordar en ese sentido que, por ejemplo, la crisis financiera global de 2007-2008 comenzó a manifestarse en agosto de 2007, cuando estalló la burbuja de las hipotecas subprime en Estados Unidos. También comenzó en agosto la crisis de la deuda soberana europea, cuando los mercados experimentaron una fuerte volatilidad debido a preocupaciones sobre la en países como España e Italia.
En Asia, en 2015, la devaluación por sorpresa del yuan por parte del Banco Popular de China desencadenó temores sobre la ralentización de la economía china, lo que provocó una fuerte caída en los mercados globales en el mes estival de ese año. Y ya el año pasado, los mercados globales experimentaron una fuerte caída debido a temores de una recesión en EEUU, desencadenada por datos económicos débiles y decisiones de bancos centrales, lo que provocó que el 5 de agosto, los principales índices bursátiles mundiales registraron pérdidas significativas, siendo el lunes con mayores caídas desde el "Lunes Negro" de 1989. El Nikkei 225 de Japón, de hecho, registró su mayor descenso en 30 años al caer un 12,4%.