
Los inversores toman posiciones ante el próximo desastre de Tesla. El fabricante de coches eléctricos propiedad del tecnoligarca Elon Musk enfrentará en las próximas horas el examen más difícil de los últimos trimestres en el mercado con ventas que no han dejado de caer desde los coqueteos políticos del empresario de origen sudafricano con Donald Trump, lo que ha provocado con el paso de los meses una caída de los ingresos, reducción de márgenes y entregas paupérrimas. Cómo de malas serán las cifras semestrales que presentará este próximo miércoles al cierre del mercado determinarán si su fundador es ahora más un problema que el visionario impulsor que alumbró una de las marcas de automoción más reconocidas de los últimos años e hizo de ella el fabricante de mayor valor en bolsa, por delante de todopoderosos como la japonesa Toyota o la alemana Volkswagen.
Sobre el papel, Tesla llega al cierre semestral de números con poca batería. Los analistas de FactSet estiman que los ingresos del segundo trimestre del ejercicio fiscal se sitúen entre los 22.400 y 22.900 millones de euros, cifras que suponen una reducción del volumen de negocio de más del 12% en comparación con los números de hace un año. Así, el beneficio por acción (BPA) podría colocarse entre los 0,4 y 0,44 dólares, lo que podría supones una merma de casi el 25% respecto al mismo periodo de 2024 cuando este BPA fue de 0,52 dólares. Las entregas, ya anunciadas a principios de mes, retrocedieron un 14%, la mayor caída trimestral registrada en la historia de Tesla. Asimismo, se prevé que el margen de beneficio caiga seis décimas hasta el 6,5% para 2025 y el beneficio por acción se reduzca en el entorno del 15% para el conjunto de 2025.
Con la acción todavía a más de un 30% de los máximos históricos que tocó en diciembre de 2024, los márgenes -en otro momento sello distintivo de Tesla- podrían quedar por debajo del 17% mientras la demanda se continúa debilitando. En Alemania, por ejemplo, las ventas cayeron más de un 60% el último trimestre.
Los inversores, en duda
Acorde a los cálculos de Bloomberg Intelligence, el negocio core de Tesla, el de fabricación de vehículos, podría valer nada más que 50 dólares por acción, es decir, apenas un 15% del precio actual de los títulos de la compañía. A día de hoy, supone el 85% del beneficio bruto.
De hecho, el último informe de valoración de RBC Capital asignaba el 59% de su precio objetivo, 181 dólares por acción, al negocio de los robotaxis y otros 53 dólares a la capacidad que prevén que tenga Tesla, de aquí a 10 años vista, de monetizar la tecnología de conducción autónoma. Cifras que suman una valoración de unos 815.000 millones de dólares y que ponen de manifiesto la fragilidad de los números que sostienen a Tesla -por corresponder a negocios que no están operativos al cien por cien de sus capacidades- con un PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) de más de 156 veces.
A pesar de ello, este multiplicador de beneficios está indicando que la compañía de Elon Musk cotiza con prima a precios actuales. Es habitual que los valores tecnológicos coticen caros respecto a su beneficio neto porque dedican sus esfuerzos al crecimiento. No obstante, Tesla cotiza con un PER tres veces superior a su media de los últimos cinco años, algo que no pasa desapercibido para los expertos.
De cara a cierre de año, el consenso de analistas de Bloomberg ve el precio objetivo de la empresa en los 297,5 dólares, un 9,4% por debajo de los niveles actuales y menos de la mitad de los expertos recomienda "comprar" sus acciones. No obstante, hay firmas que cercenan aún más el precio al que creen que debería estar cotizando Tesla en base a sus fundamentales actuales y futuros.
Bancos de inversión como Wells Fargo, BNP Paribás, HSBC y JP Morgan sitúan sus referencias para la automovilística estadounidense un 50% por debajo del precio objetivo de consenso, según las 61 firmas que aglutina Bloomberg. Como ejemplo, Wells Fargo sitúa su precio objetivo en los 120 dólares en un escenario que contempla la venta de 8,2 millones de coches en los próximos 10 años y un margen de beneficio operativo hasta el 12% (en 2024 fue del 17%, el más bajo desde 2020) y un PER de 30 veces en 10 años, todo ello ajustado según sus tres grandes líneas de negocio pero situando la fabricación y venta de vehículos como su core.
¿Fusionar Tesla con la IA de X?
En las últimas semanas, Musk ha sido tajante preguntado por una posible operación de fusión entre Tesla y xAI, su empresa de inteligencia artificial en la que también se integra la red social homónima. Él siempre ha negado la mayor, pero sí que ha dejado abierta la puerta a la posibilidad de que el fabricante de vehículos eléctricos invierta en la próxima ronda de financiación de xAI, siempre y cuando cuente con la luz verde de la junta directiva y de los accionistas, lo que podría ser un movimiento estratégico para fortalecer sinergias entre las empresas sin una integración total. Sobre la mesa, 2.000 millones de euros de inversión a cargo de las cuentas de la automovilística.
Para algunas casas de análisis como Morgan Stanley este movimiento tendría cierto sentido en tanto en cuanto los avances en IA podrían acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías de conducción autónoma y beneficiar, a la larga, a los sistemas de Tesla.
Dan Ives de Wedbush Securities, va más allá, sugiriendo que una fusión crearía una de las empresas de IA más poderosas del mundo, consolidando datos, modelos, computación, distribución y talento bajo un mismo techo. De hecho, valora positivamente una eventual integración de datos reales de Tesla para entrenar los modelos de xIA, las sinergias tecnológicas, y un posicionamiento competitivo frente a rivales como OpenAI, recordando precedentes como la adquisición de SolarCity por Tesla en 2016 o la compra de xAI por parte de X (el antiguo Twitter) hace unos meses por 33.000 millones de dólares, lo que demuestra la estrategia predilecta de Musk por consolidar los recursos de sus compañías.
Ahora, los inversores de Tesla tienen la pelota en su tejado y, dependiendo de lo que opinen, Musk avanzará en su proyecto empresarial en una dirección u otra. Sobre la mesa, desde una inversión simple sin fusión hasta una consolidación completa de sendas compañías pasando por una integración gradual de las tecnologías. ¿Tendría sentido entonces la fusión? Por las sinergias, algunas casas de análisis dicen que sí, aunque otras exponen riesgos de dilución y distracción que podrían impactar sobre el rendimiento de las acciones de Tesla. El tiempo (y Elon Musk) serán quienes escriban los próximos pasos.
Las chinas 'muerden' el mercado de Tesla
Las grandes compañías chinas de vehículos eléctricos incrementan su cuota de mercado a un ritmo superior al de Tesla. Según Bloomberg, las exportaciones de vehículos eléctricos chinos aumentaron un 53% el mes pasado respecto al 2024. Es un porcentaje al que la compañía de Musk no puede aspirar en la actualidad.
Según recoge Edmond de Rothschild AM, BYD es la gran competidora de Tesla y una de las principales marcas que muerden la cuota de mercado de vehículos eléctricos en la que compite Tesla. BYD, cotizada asiática pero que puede comprarse en euros con un ADR, estableció el pasado trimestre un récord histórico de 700.000 de vehículos eléctricos o híbridos enchufables vendidos. En el mismo periodo, la estadounidense entregó 384.122 (fabricó 410.244 coches).
Si bien BYD establece récords de ventas, también es cierto que lo consigue gracias a una política de descuentos o promociones. Como ejemplo, comprar un BYD en España puede suponer un ahorro de hasta 13.500 euros sumando las promociones de la compañía china con el resto de incentivos que existen para la compra de vehículos eléctricos en el país.