Bolsa, mercados y cotizaciones

Los bonos recogen la señal inesperada de un Trump menos beligerante que reduce el miedo a la inflación

  • La deuda de EEUU a diez años cae bajo el 4,56% y Wall Street sube con el nuevo presidente
  • Los tramos más largos de la renta fija incrementan su precio con mayor virulencia
  • El mercado aún no descarta que los precios sean un problema en 2025
El nuevo presidente de Estados Unidos. Bloomberg.

El nuevo presidente de Estados Unidos no dejó pasar un minuto de su nuevo mandato sin aplicar cambios prometidos durante la reciente campaña electoral. Sin embargo, ninguna de las medidas puestas ya en marcha hicieron pensar al mercado que la inflación será un problema para Estados Unidos mayor al previsto en los últimos meses. Preparados para lo peor, los inversores vendieron títulos de deuda durante el mes de enero que llevaron la rentabilidad del bono de Estados Unidos a máximos no vistos desde noviembre del 2023. Donald Trump se mostró menos beligerante en sus primeras palabras como el 47º presidente de Estados Unidos y eso provocó la caída del rendimiento del bono a diez años bajo el 4,57% al reducirse el temor a una presión adicional sobre los precios. Mientras, Wall Street arrancó la primera sesión con Trump al frente también al alza después del festivo del 20 de enero con el S&P 500 de nuevo sobre los 6.000 puntos.

El principal temor del mercado sigue siendo la guerra comercial con China, y hasta con Europa, a través de trabas arancelarias. Pero, hasta la fecha, los esfuerzos de Donald Trump han ido en la línea de evitar una crisis de los precios del petróleo con el fomento del fracking nacional o con el previsible recorte de ayudas a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) que puso en marcha Joe Biden. De hecho, abrió la mano a dialogar con China antes de llevar a cabo su guerra arancelaria. El mercado de renta fija reacciona con optimismo a los primeros pasos del nuevo presidente, donde las compras se imponen y se recortan las rentabilidades. Algo que ocurre de manera simultánea con el auge de la renta variable en Wall Street y con la subida del euro frente al dólar que llegó a ofrecer un cambio en enero puntualmente por debajo de los 1,02 dólares. Este martes se acercó de nuevo a la zona de los 1,04 dólares.

La respuesta más clara a un clima menos tenso del anticipado la sigue mostrando el mercado de deuda, con el bono de EEUU casi al mismo nivel al que arrancó el 2025, por lo que borra la práctica totalidad del incremento de rendimientos. Así, frente al 4,8% de retorno visto en el bono estadounidense a diez años en el mercado secundario, la referencia del mercado de deuda soberana recorta la rentabilidad en 22 puntos básicos en siete jornadas. También se produjo una caída del rendimiento en otros vencimientos más cortos y más largos de la curva de deuda de Estados Unidos, aunque es en los tramos más largos donde se aprecian cambios más significativos.

Por otra parte, las cotizadas de Wall Street retoman el optimismo ante una expectativa de beneficios al alza al descontar un crecimiento robusto de la economía y una fiscalidad más favorable. El S&P 500 avanzaba otro 0,5% este jueves con el sector del consumo discrecional como el que más celebró la ratificación de Trump. Las grandes tecnológicas del Nasdaq 100 recibieron al nuevo presidente con una cotización plana con Tesla como una de las más perjudicadas, después de varias sesiones al alza en un contexto favorable para la compañía por el nuevo eje Trump-Musk.

Los inversores más conservadores pueden ser el mejor indicador que tenga Donald Trump para que éste sepa si sus políticas cumplen o no con las expectativas del mercado por la aversión al riesgo que implica deshacerse de deuda en el mercado secundario cuando ante la incertidumbre o una potencial crisis. "Los inversores en deuda tratan de imponer disciplina fiscal a los gobernantes que consideran imprudentes. Cualquier indicio de retorno de la inflación, recalentamiento de la economía o de gasto descuidado provocará una subida de las tasas en el tramo largo de la curva. Esto, a su vez, sería negativo para los mercados de renta variable y, a fin de cuentas, Trump quiere a los mercados prósperos como barómetro de su éxito", comenta el director adjunto de prime equities en J. Safra Sarasin Sustainable AM, Andreas Nigg.

Con la caída actual de la rentabilidad de los bonos soberanos estadounidenses (también de los europeos por contagio) se produce una subida de los precios de estos títulos de deuda. Y, con ellos, se compensan las pérdidas a las que estuvieron acostumbrados en lo que va de año los inversores más conservadores. La recuperación de precios similares a los registrados en el cierre del 2024 borran lo perdido en enero, de manera que un inversor conservador con una cartera de bonos soberanos diversificada que compró el 1 de enero transformaría hoy las pérdidas en beneficios.

Se enfría el temor, pero no se disipa

La realidad es que, a día de hoy, el consenso de mercado que recoge Bloomberg espera que el índice de precios de Estados Unidos crezca un 2,5% en 2025. Es la expectativa más alta desde que las firmas de análisis y bancos de inversión comenzaron a realizar sus predicciones en 2023. El temor a que la inflación pueda suponer un problema para Estados Unidos, como para el resto del mundo, gira principalmente a una escalada de las tensiones comerciales.

"El trasfondo macroeconómico sigue dominado por la inflación. La reacción de los mercados será fundamental, en un momento donde las bolsas estadounidenses presentan valoraciones elevadas y curvas de deuda reflejan las tensiones latentes", opina el director de inversiones de Mutualidad, Pedro del Pozo. Y es que no se han materializado aranceles contra China, México o Canadá, pero no puede descartarse que lleguen este mismo año.

El futuro de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos también estará condicionada por los próximos niveles de inflación. La evolución de los bonos en la última semana acerca de nuevo la posibilidad de que lleguen dos recortes de 25 puntos básicos cada uno en 2025, cuando este enero se llegó a barajar que solo se produciría un único movimiento a la baja, según Bloomberg. Hubo voces la semana pasada que incluso aventuraban un nuevo endurecimiento de la política monetaria.

Si la inflación aumenta como consecuencia de las medidas que Trump prometió durante su campaña, como los aranceles, los recortes fiscales y los posibles recortes de la inmigración, la Reserva Federal podría ralentizar sus recortes previstos de los tipos de interés. "Tal y como se observa claramente en el mercado de los bonos del Tesoro estadounidense, que ha sufrido una venta masiva en el último mes y cuyos rendimientos se acercan ahora al 4,8%, los inversores están centrados en este posible escenario", resumió el gestor de TwentyFour AM, Boutique de Vontobel, Eoin Walsh.

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