Economía

Trump aviva la guerra comercial en su investidura pero dará una oportunidad al diálogo con China

Toma de posesión de Donald Trump. Foto: Reuters

Donald Trump sigue dispuesto a usar el arma de los aranceles contra todo y contra todos. En su toma de posesión, ha prometido hasta la creación de una agencia específica, la "Agencia de Ingresos Externos", para administrar todos los aranceles que va a poner: "En vez de poner impuestos a nuestros ciudadanos, pondremos aranceles a los países extranjeros para enriquecernos nosotros". Una medida que preocupa a empresas, mercados y expertos, ya que, en realidad, los aranceles los pagarían los propios ciudadanos estadounidenses, a través de precios más altos. Pero su equipo ha dejado una puerta abierta a evitar el caos: una 'tregua' para llegar a posibles acuerdos, especialmente con China.

Así, los mercados celebran que el presidente no va a disparar la pistola en el primer día, como se temía. El nuevo presidente de EEUU ha aplazado el inicio de la guerra comercial con China. Según adelantó el Wall Street Journal y Bloomberg, Trump ordenará poner en marcha una comisión para estudiar las medidas más apropiadas contra esos tres países, abriendo la puerta a negociaciones pese a su duro discurso en la toma de posesión.

Así, la noticia de que el presidente esperará antes de desatar una guerra económica ha debilitado al dólar un 1,2%, ante las esperanzas de que podrá haber un acuerdo económico con Xi Jinping. Según Bloomberg, el equipo de Trump tiene como objetivo una reunión entre ambos líderes para negociar. Hasta ahora, Trump había hablado de imponer aranceles del 20% a todos los países extranjeros y del 60% a China.

Nada más conocerse la noticia, el petróleo cayó un 2% y los futuros de Wall Street, que hoy está cerrado por ser el día de Martin Luther King, saltaron casi un 1%. Esto, unido a la caída del dólar, apunta a que los mercados han recogido con esperanzas la posibilidad de que la sangre no llegue al río. Los futuros de la bolsa china también han reaccionado con fuerza y suben un 2%, comprando la noticia.

Las miradas están puestas ahora en el contenido de las órdenes ejecutivas que firmará el presidente en las próximas horas. En sí, estas no son decretos-ley como se entienden en España, no suponen la creación o modificación de ninguna ley actual, algo que el presidente no puede hacer. En su lugar, son instrucciones a la Administración sobre cómo debe actuar respecto a ciertos temas. Algunas no tienen mucho misterio, como la de referirse al Golfo de México como "Golfo de América" a partir de ahora. Otras, como esta sobre los aranceles, tienen mucha más letra pequeña, y de ella dependerá como interpretarán los mercados sus instrucciones.

La otra advertencia, que recogen esos medios, es que Trump suele cambiar de opinión muy rápidamente, así que es posible que en cualquier momento vuelva a abrazar su instinto original, el de poner aranceles a mansalva. Todo dependerá de lo receptivos que sean los países contra los que se dirige, y si su deseo de firmar grandes acuerdos bate a su convicción de que los aranceles "hacen rico a un país".

"Dios me salvó"

Trump aprovechó su discurso de victoria para declarar hoy como el "Día de la liberación de EEUU" y asegurar que "Dios me salvó la vida para que pudiera hacer EEUU grande de nuevo". Y repitió algunas de las frases más polémicas de estos días, como la necesidad de reconquistar el Canal de Panamá porque, en su opinión, "China está operando el canal", y la de "expandir nuestro territorio", una referencia a sus planes para hacerse con Groenlandia o Canadá.

Además, anunció la declaración de una "emergencia energética" para seguir explotando los recursos de crudo del país. "Vamos a perforar" y "vamos a exportar la energía de Estados Unidos al mundo", aseguró ante los asistentes al acto de toma de posesión. Esto significa que va a cumplir con su promesa de apoyo tácito al sector de los combustibles fósiles.

Entre otras medidas, también ha prometido designar a los cárteles mexicanos como organizaciones "terroristas" bajo la llamada Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Esa ley también le permitiría usar a las fuerzas de seguridad y al Ejército para capturar y expulsar inmigrantes, algo que ha prometido hacer inmediatamente. Y en medidas sociales, prohibirá que el Gobierno de EEUU reconozca la existencia de personas transexuales y permitirá el reingreso de los militares expulsados por no vacunarse contra el covid.

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