¡Sin póquer, el 2025 no será un paraíso!

En el artículo estratégico de la semana pasada, les señalaba que nos encontramos en un momento clave, en el que, como suelo decir, es hora de sacar la cámara de fotos. Esto ocurre una vez que el Russell 2000 ha alcanzado la zona de máximos de 2021, un objetivo que llevaba meses manejando. Hasta que este nivel no fue alcanzado, mantuve una actitud tranquila y confiada en un contexto claramente alcista en Wall Street.

Tal como he repetido en numerosas ocasiones, consideraba altamente improbable una caída sostenida en las bolsas estadounidenses y, por ende, en las europeas, mientras el Russell 2000 no lograra alcanzar esos máximos históricos. Recordemos que, meses atrás, el resto de grandes índices al otro lado del Atlántico ya habían superado esos niveles.

Cuando hablo de sacar la cámara de fotos, me refiero a detenernos y observar atentamente cómo evoluciona el mercado a la espera de ver si los alcistas ponen sobre el tapete de operaciones un póquer de ases en Wall Street. Este concepto implica que el índice que agrupa a las pequeñas y medianas compañías estadounidenses no solo alcance sus máximos históricos de 2021, sino que logre superarlos y entre en subida libre absoluta, que es la situación técnica más alcista que existe, que ocurre cuando un activo cotiza en niveles nunca antes vistos.

Sin este póquer de ases, permítanme ser prudente: aún no puedo visualizar un paraíso bursátil para 2025. Por eso, la semana pasada les recomendé recoger beneficios parciales y reducir su exposición a la bolsa, asegurando así una preciada liquidez, esa munición futura que podremos utilizar para aprovechar nuevas oportunidades de mercado.

De hecho, el alcance de esa resistencia ha desencadenado una caída del 5% en el Russell 2000, una corrección que, si han seguido mi consejo, seguramente habrán afrontado con mayor tranquilidad tras realizar esos ajustes en sus carteras.

Esta corrección en el Russell 2000 me parece totalmente normal y, por el momento, no representa un motivo de preocupación. Sin embargo, lo que sí me inquieta es lo que está ocurriendo en las bolsas del Viejo Continente, especialmente el riesgo de que descarrile la locomotora alemana. Este temor se materializaría si el DAX 40 pierde el soporte de los 18.900 puntos. De ocurrir, sería razonable anticipar una caída adicional del 5% antes de que los alcistas intenten retomar el control.

La buena noticia es que, si finalmente se produce esta corrección en las bolsas europeas, se abriría un escenario operativo más claro para aprovechar una posible recta final de año alcista, en forma de un Rally de Fin de Año. De momento, mantengamos la paciencia y esperemos a ver si el mercado nos brinda este regalo navideño, momento en el que podré recomendarles volver a comprar bolsa con mayor energía. Paciencia.