
A falta de un mes en el calendario para que acabe 2024, la renta variable de América Latina sigue en terreno negativo en el año, mientras el resto de mercados emergentes están mejor encaminados. La cotización de los índices de estos mercados en desarrollo ha vivido tumbos en el transcurso del año, aunque finalmente ha conseguido redirigirse, pero las bolsas latinoamericanas no siguen este mismo comportamiento y sus perspectivas parecen complicarse ante la inminente vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca.
La referencia que mide la evolución de los cinco países del Nuevo Continente que son parte de la referencia de mercados emergentes -el MSCI Emerging Markets Latin America Index, que agrupa a Brasil, Chile, Colombia, México y Perú- se desploma a nivel anual. El índice cae un 18,5% respecto a los niveles en los que empezó el año, hasta los 2.130 puntos en los que cotiza actualmente.
Este índice inició 2024 en los 2.662 puntos, pero las expectativas del consenso de mercado que congrega Bloomberg están por debajo de estos niveles. Los analistas estiman que el potencial de este selectivo de cara a los próximos meses está en un 21%, en los 2.630 puntos, es decir, acercándose a ese nivel de comienzos de año. Y es que la esperada recuperación tras el tumultuoso primer semestre del año, lleno de fechas electorales en gran parte de los países emergentes, no ha llegado para sus homólogas latinoamericanas. Por esta razón, el selectivo de países en desarrollo, el MSCI Emerging Markets, asciende un 11,4% en el año. Desde estos niveles, los países emergentes tienen un recorrido por delante del 20%.
El estratega senior de Asset Allocation de Santander Asset Management, Tomás García-Purriños, comenta que "efectivamente, ha habido mucha divergencia de rendimiento entre las diferentes regiones emergentes" en este año 2024. García-Purriños opina que "el hecho de que en general, Asia haya liderado las subidas bursátiles este año, frente a unos países latinoamericanos quedándose rezagados, explica en gran parte del comportamiento del índice general emergente", debido al "mayor peso de Asia, que supone más del 80% del índice, mientras que el Emerging Markets Latinoamérica apenas supera el 7%, siendo un 4,7% Brasil y un 1,8% México".
Y es que la bolsa de ambos países de América Latina siguen con su cotización en el año en negativo, el MSCI México cede un 21%, frente al 20% que cae el MSCI Brasil. El estratega también destaca la depreciación vivida por las monedas de ambos países a lo largo del año. "En el caso de Brasil, esto se explicaría principalmente por dos motivos: en primer lugar, una posición fiscal débil y, en segundo lugar, cierta incertidumbre respecto a la política monetaria después del cambio de miembros de la autoridad monetaria brasileña. Además, la baja demanda industrial china habría pesado a la baja sobre el precio de las materias primas, muy importantes en las exportaciones brasileñas", añade García-Purriños.
Las consecuencias de Trump
Mientras que "la depreciación del peso se justificaría en motivos parecidos a los que habrían afectado la evolución del múltiplo (incertidumbre política y económica)", afirma el analista. Cabe remarcar que el pasado martes, día de las elecciones de EEUU, el peso tocó sus mínimos en los últimos dos años, mientras el dólar empezó su mayor rally alcista desde el año 2020, lo que conlleva una mayor debilidad para estas economías.
Y es que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca tampoco favorece las perspectivas para las economías de América Latina. El analista macroeconómico de Generali Investments, Guillaume Tresca, aseguraba antes de la victoria del republicano que ésta era "el peor escenario posible para los activos de los mercados emergentes y que desencadenaría un fortalecimiento del dólar, presiones al alza sobre los tipos básicos y cambios en la política comercial".
Mientras que el día posterior a los comicios, Wall Street se llenaba de euforia, los mercados emergentes retrocedían en su cotización ante la visión de unos aranceles más fuertes por parte de Estados Unidos, con China como la principal afectada. Pero, México tampoco va a salvarse en este caso, comenta la economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin, Mali Chivakul, ya que "aunque es difícil calibrar el nivel de las subidas arancelarias, las estimaciones han tomado el valor nominal de lo que Trump ha mencionado con frecuencia durante su campaña: aranceles del 60% para China y del 10% para todos los demás".
"Aparte de China, México es el país más vulnerable a los aranceles generalizados del 10%, dada su elevada exposición al mercado estadounidense", asegura Chivakul, y "más allá del impacto comercial, también se vería afectado por la política de inmigración más estricta de Estados Unidos". Además, "al igual que en la anterior presidencia de Trump, es probable que México se vea amenazado económicamente, junto con controles fronterizos más estrictos".
Por otro lado, "los productores de materias primas como Brasil, Chile, Perú y Sudáfrica tienen una exposición directa relativamente menor al mercado estadounidense. Las represalias de China en 2018, de hecho, elevaron las exportaciones agrícolas de Brasil, algo que podría repetirse. Se verán afectadas sobre todo por un menor crecimiento global y una menor demanda de materias primas. India e Indonesia, con una economía más doméstica, también están más protegidas del impacto directo de los aranceles", prosigue la economista de J. Safra Sarasin.
Aun así, García-Purriños tiene unas expectativas "neutrales" para la renta variable de Latinoamérica, ya que estos países pueden conseguir un impulso de China gracias al paquete de estímulos para reactivar su economía, sí "las medidas de su gobierno tuvieran efecto en el crecimiento", y viéramos "un mejor comportamiento de los precios de los metales industriales". Esto último es especialmente positivo para Brasil, ya que al aumentar el valor de sus materias podría "poner suelo a la depreciación del real, a medida que el banco central fuera ganando credibilidad", señala.
A partir de ahí, asegura el analista de Santander, "esto podría también comenzar a pesar al alza sobre el múltiplo del MSCI Brasil, en un contexto de crecimiento económico positivo que apoyaría una recuperación de los beneficios", aunque con riesgo importante en la posición fiscal del país gobernado por Lula da Silva, ante "las dudas respecto a la consecución del objetivo de déficit primario 0 en 2024".
En cambio, para México argumenta que "las posibles consecuencias de una victoria de Trump podrían seguir pesando sobre el múltiplo. En concreto, la más preocupante estaría en la renegociación del tratado de libre comercio de Norteamérica (EEUU, Canadá y México), que se debería revisar en 2026 (de acuerdo con las cláusulas del propio tratado). El foco de la renegociación estaría en la parte de origen del contenido, autos y energía". Pero, detalla que "a pesar de lo anterior, en el medio y largo plazo, esto también podría abrir una significativa oportunidad debido a la recolocación de las cadenas de suministro (nearshoring)".
Los vehículos de inversión
Este año negativo para la renta variable en estas regiones ha pasado factura a los vehículos de inversión que apuestan por Latinoamérica: todos acumulan pérdidas en 2024. El más afectado es el BCF Latin American E2, gestionado por BlackRock, con una caída del 20% en su rentabilidad, aunque si se mira su rendimiento anualizado a tres años, es el más alto de todos: un 18,3%. El fondo que menos cede es el EDM Intern. Latin Am. Equity R EUR, con un 11,7% de descenso, a tres años se anota un 4,6%.
