
Como ocurre con la mayor parte del mercado, las medidas recientemente adoptadas por parte del Banco Central Chino (PboCh) están marcando el paso y la evolución de las materias primas cotizadas, especialmente la de aquellas de naturaleza metálica, que están más ligadas a la actividad manufacturera global por su esencia.
Por eso, la reunión informativa de este fin de semana en China -de la que se espera el anuncio de más medidas de apoyo para reactivar una economía en desaceleración por parte del ministro de Finanzas de China-, podría arrojar más luz sobre el estímulo fiscal de Pekín y dar visibilidad a corto y largo plazo al precio de los metales más negociados en el mercado de materias primas.
Y es que, ni con las pérdidas de las últimas sesiones dada la falta de concreción de los estímulos chinos, los precios de los metales han conseguido alejarse de las valoraciones que los analistas hacen de cara a los siguientes meses. De hecho, la gran mayoría de metales cotiza por encima (o muy pegados) a los precios a los en que los analistas creen que se moverán a final de año y en los primeros meses de 2025, con la excepción del Plomo y el platino.
"Vemos vientos en contra generales para los precios de los metales básicos en el último trimestre de 2024 debido a los posibles aranceles de Trump, el débil crecimiento europeo, la desaceleración de la actividad estadounidense, las tensiones en Oriente Medio y la débil actividad manufacturera mundial", explica Tom Mulqueen, analista especializado de Citi.
"Parece prematuro expresar una visión alcista de un repunte manufacturero mundial a través del cobre o los metales básicos más allá de un alza a muy corto plazo debido a los acontecimientos en la política de estímulo de China, por lo que hemos mantenido nuestros pronósticos de precios de metales básicos promedio para el último trimestre de 2024 en general alrededor de los niveles spot actuales", expresa.
"No creemos que el programa de estímulo inmobiliario del Banco Popular de China sea suficiente para cambiar las perspectivas del mercado inmobiliario. Los retos estructurales, como la disminución de la población y la ralentización de la urbanización, siguen siendo dominantes y condicionan las perspectivas fundamentales de los mercados industriales del metal", contrapone Carsten Menke de Julius Baer, quien señala que el mineral de hierro y el acero son los que menos les gustan por su enorme exposición a la actividad constructora en China, y el cobre, el que más, por su peso en la demanda estructuralmente creciente de la transición energética.
Los inversores se habían adelantado a los acontecimientos, pensando que el impulso de la economía china se traduciría en una mayor demanda de metales industriales como el mineral de hierro y el cobre y en una mayor demanda de los consumidores de artículos de lujo.
Por eso, la incertidumbre y la decepción ha cundido entre inversores y analistas ante la falta de detalle y concreción y todas las miradas están puestas en las futuras apreciaciones que desde el gobierno o desde la entidad central china se vayan haciendo en los próximos días.
"El repunte de los metales básicos iniciado en enero se ha ido desvaneciendo, repitiendo un patrón observado en los dos últimos años", explican por su parte desde el departamento de estudios de Bank of America. "Los inversores tienden a impulsar los precios al alza en el primer y segundo trimestre, pero como la demanda física tarda en ponerse al día, los metales industriales ceden luego parte de las ganancias", matizan.
¿El oro en 3.000 dólares por onza?
La evolución del oro sigue siendo una de las más vigiladas. Sobre todo, al calor del aumento de las tensiones geopolíticas y ante la anticipación de una posible escalada adicional que podrían seguir fortaleciendo su precio. "En este contexto la demanda de activos refugio aumenta y prevalece un clima de aversión al riesgo en los mercados. Además, las próximas elecciones presidenciales en EEUU aumentan la incertidumbre, lo que podría incrementar el apoyo al oro mientras los inversores se preparan para resultados impredecibles", destaca Ruben Ferreira de FlowCommunity.
En este sentido, y pese a que actualmente las compras de oro son demasiado bajas como para justificar aumentos de precios a corto plazo, la política monetaria de la Fed tendrá mucho que decir.
Los recortes en el precio del dinero por parte de la entidad central estadounidense pueden atraer a más inversores al mercado. "Creemos que el oro puede alcanzar los 3.000 dólares la onza en los próximos 12-18 meses, aunque los flujos no justifican ese nivel de precios en este momento. Para lograrlo, sería necesario que la demanda no comercial repunte desde los niveles actuales, lo que a su vez requeriría recortes de las tasas de interés en Estados Unidos", indican desde Bank of America
"La demanda de oro de China puede aumentar según el resultado de las elecciones de noviembre en EEUU, en mayor grado si hay una nueva administración de Trump que establezca altos aranceles a las importaciones de productos chinos", advierte por su parte Luc Luyet, economista de Pictet WM.