
Dato mata relato. O, en este caso, la ausencia de datos por parte de China mata el relato de las compras en el mercado secundario de deuda soberana. Las autoridades chinas defraudaron a los inversores a la hora de respaldar el paquete de estímulos que iba a despertar la economía del gigante asiático y a revitalizar su mercado financiero. Pero lo que impulsó a la bolsa y trajo las compras al mercado de deuda se desinfló tras la semana festiva en el país. Ahora, los bonos soberanos arrojan perdidas de nuevo en el año con la diferencia del precio de estos títulos. Y no solo borra en menos de diez sesiones más de 2 puntos de beneficio, sino que amenaza con volver a traer las pérdidas para el inversor más conservadores en el conjunto del 2024.
Hay varios aspectos que provocan pérdidas superiores al 2,1% en una cartera de deuda soberana diversificada en octubre. Además de la actualidad china, el conflicto en Oriente Medio preocupa a los inversores. La guerra de Ucrania aún se mantiene en el primer plano de la crisis geopolítica global mientras que las encuestas no deshacen el empate técnico entre Kamala Harris y Donald Trump.
A todo ello se suma la evolución de los datos macroeconómicos en Estados Unidos. El último informe de empleo del país superó las expectativas del mercado al alcanzar los 254.000 nóminas no agrícolas en septiembre respecto a los 150.000 esperados por el consenso, lo que moderó la tasa de paro al 4,1%. "El dato muestra un mercado laboral resiliente, y con ello confirma nuestra expectativa de que la próxima baja de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos será probablemente de solo 25 puntos básicos", comentaron desde Renta 4.
La opinión del banco de inversión español no es discordante con el sentimiento del mercado. Durante la mayor parte del mes pasado, y tras el ajuste de 50 puntos a la baja anunciado en la última reunión de la Fed, se asumió que la Reserva Federal podría bajar entre 50 o 75 puntos básicos más su referencia del precio del dinero en 2024. Ahora se pone en duda de que pueda producirse un ajuste de 50 puntos básicos en lo que resta de año, aunque seguiría siendo la opción más probable en base a la evolución de los swaps OIS, según Bloomberg. Se modera así la esperanza depositada en el ajuste de la política monetaria de Estados Unidos que cerraría el 2025 con los tipos de interés en el 3,5%: 150 puntos por debajo del nivel actual.

De esta manera, la evolución de los previos en septiembre en Estados Unidos tiene la llave para detener la caída de los precios de los bonos o, por contra, acentuar la venta de deuda en el mercado secundario visto en lo que va de octubre. El consenso de mercado que recoge Bloomberg espera un crecimiento interanual del 2,3%. Es decir, caería dos décimas respecto al dato del mes anterior y se situaría en su nivel más bajo desde marzo de 2021, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos aún no había comenzado el ajuste restrictivo de su política monetaria.
En cuanto a la inflación subyacente, que no tiene en cuenta la evolución de los precios de la energía o la de los bienes perecederos, seguiría clavada en el 3,2% de los dos últimos meses. La buena noticia en este punto es que si China no se recupera por la ineficacia de las medidas propuestas por las autoridades del país, su demanda de combustible no añadirá presión a los precios del petróleo a escala global, por lo que los bancos centrales no tendrían que preocuparse tanto de la evolución de la posibilidad de un nuevo aumento de la inflación por la parte de la energía.
El ejemplo está en la referencia del mercado de deuda soberana, el bono de Estados Unidos a diez años. La rentabilidad de estos títulos escalan de nuevo por encima del 4% que implica anotar niveles no vistos desde hace más de dos meses. Si un inversor hubiera comprado estos títulos el primero de octubre a día de hoy anotaría pérdidas superiores al 3%. Pero no es un fenómeno que se concentre solo en el mercado de deuda estadounidense.
Por geografías, la deuda soberana de las principales potencias mundiales reduce su precio desde el 1 de octubre. Mientras que, de media, la deuda gubernamental estadounidense arroja pérdidas del 1,2%, la alemana escala hasta el 2,3% y la española o la francesa superan el 2%. De hecho, los bonos españoles y franceses a diez años muestran de nuevo rentabilidades superiores al 3% en el mercado secundario. Aunque, gracias al efecto de las divisas, son los bonos japoneses donde el inversor pierde más dinero en octubre al alcanzar el -3,75% que implica perder en el conjunto del año con la deuda soberana japonesa más de un 6,4%, según los datos que recopila Bloomberg.