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El bono de EEUU supera el 4% antes del dato de inflación que intentará salir al auxilio de la Reserva Federal

Bandera de la Reserva Federal de EEUU

La aversión al riesgo de los inversores cayó en los primeros pasos del mes de septiembre. Sin embargo, la escalada de la tensión en Oriente Medio tras el ataque iraní sobre Israel provocó el repunte de la rentabilidad de la deuda soberana global y la caída de los precios de los bonos. Los títulos de Estados Unidos a diez años vuelven a superar el 4% mientras que la inflación de septiembre se postula como el único dato de la semana que puede poner freno al incremento de las rentabilidades.

La caída del precio de los bonos estadounidenses (se mueven de manera inversa al rendimiento visto en el mercado secundario de deuda) deja pérdidas del 3,1% para el inversor desde el pasado 16 de septiembre, cuando las compras llevaron la rentabilidad de estos títulos hasta el 3,61%: mínimos del año. Es decir, desde los máximos vistos en octubre del año pasado, donde el bono superó momentáneamente el 5% de retorno, hasta este mínimo de septiembre del 2024 se podría haber ganado más de un 7% por el cambio en el precio de los bonos. Y en menos de 30 días las pérdidas para el inversor superan un 3%.

La advertencia de Estados Unidos de una intervención de Irán en el conflicto de Oriente Medio, que cumple un año de reactivación de la guerra, se materializó en un ataque iraní coordinado con misiles balísticos. Y este incremento de la tensión elevó de nuevo la curva de deuda soberana de todos los países occidentales porque se descuenta que Israel tomará represalias. "Entre sus objetivos potenciales están las infraestructuras petrolíferas y bases militares iraníes que pueden suponer un freno a la tendencia de la moderación de la inflación", comentan desde Renta 4.

No obstante, la última puntilla la dio un dato estadounidense. El bono de EEUU con vencimiento a diez años escaló hasta el 3,99% por la fortaleza del empleo americano que se publicó al cierre de la pasada semana y que superó las expectativas de la media de las firmas de análisis que esperaban un incremento de 150.000 nóminas no agrícolas y finalmente superaron las 254.000. La consecuencia fue situar el retorno de la deuda soberana de Estados Unidos a una década en niveles no vistos desde primeros de agosto. La aversión de los inversores al riesgo es mayor en el corto plazo. El bono a un año escala hasta el 4,25% mientras que la deuda a tres meses supera el 4,65%.

Ahora, es el turno del incremento de los precios del mes de septiembre en Estados Unidos. A priori, se espera un crecimiento interanual del 2,3%, según Bloomberg, frente al 2,5% del mes anterior. De confirmarse este dato de inflación, implicaría ver el nivel más bajo desde marzo de 2021: fecha previa al rápido incremento de los previos que motivó a la Reserva Federal de Estados Unidos a subir con rapidez los tipos de interés para evitar el descontrol de los precios y el descarrilamiento de la economía.

Por otra parte, está el IPC subyacente (que descuenta el precio de la energía, entre otros) que se mantiene congelado en el 3,2% y que podría forzar a la Reserva Federal de Estados Unidos a moderar sus próximos recortes de tipos de interés y echar por tierras las expectativas del mercado que descuentan otros 50 puntos básicos a la baja en lo que resta de 2024. De hecho, el consenso de mercado que reúne Bloomberg espera que el dato subyacente de septiembre se mantenga en el 3,2% otro mes más.

A priori, no se espera una sorpresa en el dato de inflación como sí lo fue el último dato de empleo en Estados Unidos, por lo que el mercado de deuda no encontraría aquí un incentivo para continuar hundiendo los precios de los bonos (o que las rentabilidades suban). El precio del petróleo comenzó a subir al cierre del mes pasado, por lo que puede que su efecto no eleve el IPC del mes de septiembre. Pero una escalada de la tensión geopolítica y la retirada del crudo iraní del mercado puede provocar un nuevo repunte de la inflación a escala global y obligar a los bancos centrales a pausar sus planes de flexibilización monetaria.

La rentabilidad de la deuda soberana europea se mueve en la misma dirección que la estadounidense en las últimas semanas, si bien esta última incrementa en 40 puntos básicos su rentabilidad desde el pasado 16 de septiembre mientras que la media de la deuda europea roza los 20 puntos básicos. Coincidiendo con el cambio de rating de las calificadoras de deuda en países como Francia, donde S&P rebajó la suya a AA-, los bonos soberanos en Europa también se dejan llevar por las ventas.

Más allá de la deuda británica, donde se producen los mayores incrementos de rentabilidades en las referencias a diez años, el bund alcanza el 2,24% mientras que el español con el mismo vencimiento roza el 3% y el bono francés lo supera.

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