
La renta fija salda la semana con caídas generalizadas de la rentabilidad exigida en el mercado secundario. El discurso vertido desde la Reserva Federal de Estados Unidos incita a los inversores a pensar en que el recorte de tipos de interés al otro lado del Atlántico llegará en la reunión de septiembre y eso rebaja la aversión al riesgo de los títulos de deuda. El bono estadounidense a diez años cayó por debajo del 3,82% y marca mínimos del año. Es decir, en esta semana el inversor obtiene casi un 3% de ganancias por precio con estos títulos. Y la deuda a más corto plazo se deja llevar igualmente por la expectativa de una política monetaria más laxa en lo que resta de 2024.
Esto también lleva a la mayoría de referencias de la deuda soberana europea a anotar rentabilidades mínimas en el año. El bono alemán a diez años cae al 2,16% mientras que el español se sitúa por debajo del 3,05%. Del mismo modo, la deuda soberana española con vencimiento a doce meses cayó esta semana por debajo de ese 3% lo que previsiblemente reducirá el coste de financiación de la próxima emisión del Tesoro Público español que saldrá al mercado en busca de financiación con Letras a doce meses el próximo 6 de agosto.
El mes de julio supuso un giro en la evolución de los precios los bonos (el precio se mueve de manera inversa a la rentabilidad) en el mundo occidental. Las compras se imponen en el mercado secundario tanto en la deuda gubernamental como en la deuda corporativa con grado de inversión. Como ejemplo, el índice de Bloomberg que recoge el conjunto de la renta fija europea con grado de inversión sube más de un 1% en 2024, lo que implicaría que un inversor que armara una cartera diversificada el 1 de enero a día de hoy volvería a tener ganancias.
Así, y en base a los índices de Bloomberg que recogen la evolución de los precios de la renta fija por tipologías, solo un inversor que compró el 1 de enero deuda global ligada a la inflación, renta fija global o bonos del estado aún anotarían pérdidas en 2024. La renta fija china se sitúa como una de las categorías que mejor se comportan en el año, dentro de la tipología de deuda con grado de inversión, al superar el 4,5% en el año. El high yield global, categoría que más avanza en el año, roza el 5% mientras que solo la de EEUU o la europea se quedan bajo el 4,4%.
