
Si le parece que el bitcoin tiene un precio estratosférico, por encima de los 60.000 dólares (después de que este año haya superado incluso los 70.000 dólares), siéntese y respire hondo, porque su precio no solo está muy barato para los responsables del primer fondo de criptoactivos de España, sino muy alejado de los 200.000 dólares que puede alcanzar en los próximos meses. Y todo por un efecto psicológico tan impulsivo como el fomo (fear of missing out), el temor a perderse algo, que atenaza a los inversores.
"El cerebro humano no está preparado para comprar bitcoins a 70.000 dólares cuando lo has visto cotizar en 25.000 dólares hace unos meses", apunta Román González, que gestiona junto a Rubén Ayuso el fondo de inversión libre Criptomonedas en la firma de banca privada A&G. "Pero nosotros consideramos que el precio del bitcoin está todavía muy por debajo del reflejo de la utilidad que tiene. El desconocimiento sobre las propiedades del bitcoin hace que su precio esté barato. Y por eso no nos extrañaría verlo cotizar muy por encima de los 200.000 dólares en los próximos meses.", argumenta.
Eso sí, los responsables del fondo, que se revaloriza más de un 44% en el año favorecido por el impulso que le proporcionó la aparición de los primeros ETF sobre bitcoin en Estados Unidos, advierten de que hay que estar dispuestos a soportar una fuerte volatilidad, en un activo que puede pasar en unos meses de alcanzar su máximo precio a sufrir recortes del 50% de su valor.
"El precio de este activo genera mucho fomo, porque sube muy rápido, en ascensor pero que baja en escalera mecánica. Justo lo contrario que ocurre con la renta variable. Y eso tiene un efecto pernicioso sobre la mente humana, porque tienes que estar invertido en un activo que ha caído de manera estrepitosa y que sigue cayendo de forma prolongada en el tiempo", señala González, quien recuerda que los ciclos en los cripto activos suelen tener una duración de cuatro años, con un promedio de la fase alcista de nueve meses aproximadamente, lo que significa que en este tiempo "has capturado más del 78% de la rentabilidad del ciclo. Así que cuidado con pensar que está muy caro y es mejor esperar", advierte, porque "si eres capaz de mantener la inversión durante al menos esos cuatro, las probabilidades de éxito son muy altas".
"Analizando el pico que alcanzó en los últimos ciclos, vemos que en 2017 llegó a 20.000 dólares y en 2021 llegó a los 70.000 dólares, es decir, que multiplicó por 3,5 veces su valor. Ese año ya se intuía que había cosas raras como lo que ocurrió con el bróker FTX o Celsius. Y si aplicamos ese multiplicador ahora, estamos hablando de que puede quedar por encima de los 250.000 dólares. Es un activo que se comporta con un ciclo prácticamente perfecto, pero no sabemos si se repetirá o no", explica Ayuso, quien advierte de que por el camino "van a venir caídas del 70%" que el inversor debe estar dispuesto a soportar.
De hecho, la valoración de los 200.000 dólares es muy inferior al millón de dólares que la conocida gurú tecnológica Cathie Wood considera que alcanzará hacia el año 2030. "No me sorprendería y es posible que se quede corta. Una vez que un activo va cogiendo capitalización y su precio nominal es mayor, para el cerebro humano ya es caro, como ocurre ahora que cotiza cerca de 70.000 dólares", subraya González.
La llegada de grandes inversores institucionales, como el gobierno de Wisconsin (EEUU), va a favorecer, a su juicio, la subida del bitcoin en los próximos años, al igual que una entrada más masiva de los inversores minoristas en un activo que ahora es más escaso que el oro, tras el halving experimentado recientemente.
Para mitigar la enorme volatilidad que el bitcoin tienen, los gestores recomiendan no tener más de un 3% de exposición en las carteras de los inversores, que al tratarse de un hedge fund deben de ser considerados como aptos para este tipo de vehículos, según la normativa. Aunque los resultados por rentabilidad compensan a largo plazo. Según sus cálculos, solo con incorporar un 1% de cripto activos en una cartera conservadora, se puede casi doblar la rentabilidad anualizada conseguida: del 2,86% al 5,04% y con menos de un punto porcentual más de volatilidad.
Para la gestión del fondo, que junto al de Renta 4, es de las pocas opciones vía fondos de las que dispone un inversor para acceder a los criptoactivos, sus responsables emplean productos cotizados, que funcionan de manera parecida a un ETF, de diversos proveedores, que en algunos casos han lanzado algunos específicos bajo su petición. El bitcoin acapara el 62% de la cartera, mientras que ethereum representa el 24%, solana el 4%, binance un 2,5%, y otros criptoactivos de menor volumen el resto, como polygon, arbitrum o polkadot.
Los gestores, que también son responsables del fondo DIP - Paradigma Conservative Multi Asset, utilizan indicadores de firmas como Glassnode para modular la exposición a las criptos en un momento en que existen más de 13.000 activos de este tipo, de las que más del 99% se van a ver abocados al cierre.
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