
El interés de los inversores por los fondos cotizados de bitcoin, desde que consiguieron su aprobación por la SEC a principios de año, ha propulsado las entradas netas de dinero en estos productos, hasta el punto de que ya representan el 12% de todos los flujos logrados por los ETF norteamericanos en 2024. Según los datos de Bank of America, los ETF basados en este criptoactivo atrajeron 7.700 millones de dólares entre enero y febrero, frente a los 65.392 millones acumulados por los fondos cotizados desde finales de enero, según ICI, la organización que representa a la industria de inversión en EEUU.
Este volumen de atracción de dinero ya se eleva a 8.562 millones, según las últimas cifras de Bloomberg, y ha llevado a que el fondo de iShares, la filial de BlackRock de gestión pasiva, haya superado los 10.000 millones de dólares, un hito para un vehículo nuevo y que pocos fondos cotizados consiguen superar en un mercado tan dinámico, ya que únicamente el 4% de los ETF listados en Estados Unidos cuentan con un patrimonio superior a esta cifra, lo que demuestra el poder de atracción que están consiguiendo en poco tiempo.
Hay que tener en cuenta que el regulador aprobó una decena vehículos de este tipo y todas las grandes gestoras se lanzaron a competir por precio para atraer al mayor número posible de inversores. El fondo de Grayscale, aunque cuenta aún con 25.000 millones de dólares, es el más susceptible de seguir perdiendo volumen, como demuestra la salida de 9.600 millones que han sufrido en el año, debido a que se trataba de un vehículo de inversión reconvertido en fondo cotizado pero que mantiene una comisión de gestión mucho más elevada que sus competidores, del 1,5%, heredada de la época en que los inversores tenían más complicado acceder a criptoactivos como el bitcoin si no disponían del efectivo necesario para realizar la transacción.
El ETF de BlackRock, por ejemplo, solo aplica un 0,25% de comisión de gestión, después de que se viera obligado a rebajarlo cinco puntos básicos para no perder cuota frente a otras firmas que compiten con comisiones reducidas, pese a que los expertos señalan que solo es posible mantener ese precio con volúmenes elevados de patrimonio.
Únicamente Vanguard, una de las mayores firmas de gestión pasiva del mundo, ha rechazado por el momento lanzar un ETF de este tipo ni ningún producto relacionado, por el elevado riesgo que ve en esta clase de activo, al que califica más de especulación que de inversión
Esta entrada de dinero en fondos cotizados de bitcoin ha llevado al criptoactivo a superar la barrera de los 60.000 dólares, lo que actúa a su vez de efecto imán sobre los inversores, que quieren subierse al carro de la revalorización al bajo coste que permiten los ETF, aunque muchos analistas explican que grandes inversores institucionales están aprovechando la liquidez de la que ahora disponen estos vehículos basados en el bitcoin para incorporarlos a sus carteras.
El potencial de crecimiento de estos fondos cotizados parece no tener techo, de momento, si se considera que los 7.700 millones que recoge Bank of America son inferiores a los 5.200 que captaron los fondos de inversión focalizados en criptoactivos.