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La decepción con la Fed y el giro del BCE abren la puerta a un despertar del dólar peligroso para Europa

  • Los analistas hablan de una subida la primera mitad del año…
  • ...pero creen que terminará cayendo gracias a una caída de la inflación
  • Un dólar más fuerte dificultaría la lucha contra la inflación en la UE
Christine Lagarde (BCE) y Jerome Powell (Fed), en el foro de Sintra de 2022. Foto: BCE

Las expectativas son muy peligrosas, al menos para el mercado. Aupado por la euforia de unos recortes de tipos por parte de la Fed, el dólar ha llegado a vivir una potente subida del 5,7% frente al euro desde sus máximos de octubre. Antes de que avanzase con contundencia, ambas divisas estaban, de nuevo, muy cerca de la paridad y diversos expertos creían que era una posibilidad que realmente estaba sobre la mesa. Actualmente, aunque ese escenario está muy lejos, el dólar está rebotando mientras la ilusión por una Fed agresiva se desvanece y el BCE da pistas de que podría ser quien dispare primero. En ese sentido, los expertos están dando la voz de alarma de que la divisa norteamericana podría estar a las puertas de un despertar que haga más difícil la tarea de Lagarde combatir la inflación.

Desde sus mínimos de diciembre, el billete verde ya se revaloriza un 2,17% respecto a su par europeo. Una remontada que pocos esperaban después de que en noviembre y el último mes del año este cayera con contundencia. Thomas Hempell, el jefe macro de Generali Asset Management señala que estos movimientos se deben a que "los mercados se han adelantado con los recortes de tipos" y, por lo tanto, "habrá una corrección de esas expectativas que darán alivio al dólar". En ese sentido, el experto cree que las subidas seguirán los próximos meses o, al menos, una situación de volatilidad. Sin embargo, a largo plazo cree que una caída del dólar parece segura, dado que "lleva sobrevalorado desde 2022, tras el comienzo de las subidas de tipos de interés".

Algo parecido opina Chris Turner, jefe global de mercados de ING que, a pesar de que ve una tendencia a largo plazo a la baja, apuesta por "un repunte en los rendimientos en los próximos meses que le dará un respiro en el futuro". Desde la firma neerlandesa creen que la escalada del euro no se verá claramente hasta superado el segundo trimestre del año, sin embargo, un BCE que dispare antes de tiempo o una Fed que se tome demasiado tiempo pueden darle incluso más impulso al dólar.

La ilusión con la Fed empezó con los datos del IPC de octubre, donde se situó en el 3,2%. Posteriormente, una Fed con un discurso más laxo en diciembre y una hoja de ruta (Dot Plot) en la que contemplaban tres recortes de tipos para 2024 llevaron el mercado a fantasear con un potente programa de siete recortes de tipos para el año que viene. Sin embargo, la inflación está estancada por el momento, tras el repunte al 3,4% según los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Además, a esto se sumaron unas actas de la Fed con un tono más duro del esperado, en el que no se hablaba de recortes y unos datos de empleo muy fuertes que dan a Powell argumentos para aguantar con unos tipos altos.

Desde el lado del BCE, Lagarde ha cambiado en buena medida la marcha de la institución el pasado miércoles, cuando, por primera vez fecha a un posible recorte. La presidenta afirmó que tan pronto como este verano podría llegar el primer recorte, una opción que ha valorado como "probable". Hasta ahora todos los miembros del BCE siempre han rehuido la posibilidad de hablar de esta opción, alegando que aún estaban muy lejos de ni siquiera poder debatir esta opción. El discurso ha cambiado radicalmente, dando alas a unos mayores recortes.

Desde Bank of America tienen claro que la caída del dólar es sólo una cuestión de tiempo. De hecho, esperan que un euro se cambie a finales de 2024 por 1,15 dólares, es decir, que la divisa europea se fortalezca un 5,5%. Sin embargo, se anticipan caídas a principios de año y una gran volatilidad por estos motivos. "El mercado está muy expuesto a la decepción" el motivo sería no solo la ya mencionada euforia por los recortes, sino que "si el crecimiento se acelera o la inflación no termina de retroceder, la divisa norteamericana se fortalecerá durante un tiempo". De hecho, creen que no se volverán a ver importantes bajadas hasta el segundo semestre. Lo mismo ven en caso de turbulencias económicas, tanto en EEUU como en el mundo en general. En caso de que ocurra este escenario, el dólar emergería como un refugio para inversores de todo el mundo y "la aversión al riesgo lo impulsaría claramente".

"El euro también está expuesto a grandes riesgos con los tipos y un entorno macroeconómico desafiante"

En cualquier caso, John Shin, estratega de divisas de la firma, insiste en que su escenario base es que "la desinflación se complete" y EEUU se acerque de forma casi total al objetivo del 2%, permitiendo los recortes de tipos y, finalmente, provocando caídas en la divisa. "El retorno al objetivo está más cerca de lo que muchos habían pensado hace apenas unos meses". Además, las cifras macroeconómicas como el resistente PIB o el gran mercado laboral de EEUU, a pesar de que dan más munición a la Fed para dejar los tipos altos más tiempo sin temer por el golpe económico, "son más ruidosos que relevantes a largo plazo". Esta situación derivará inevitablemente en un "dólar negativo".

Benoit Anne, director del grupo de soluciones de inversión de MFS, coincide con la idea de que la fortaleza del dólar terminará por quebrarse y que la reciente subida terminará cediendo a "unos riesgos a la baja con la flexibilización de la Fed". Sin embargo, Anne defiende que el euro tiene también grandes riesgos que lastrará de forma clara su revalorización. "No solo está también expuesto a la posibilidad de recortes de tipos, sino que enfrenta un entorno macroeconómico desafiante" que puede dar aire a su homóloga en el intercambio entre ambas. En ese sentido, señala a la libra esterlina o al dólar canadiense como divisas que sí pueden ser impulsadas de forma sensible por una Fed en retirada.

A largo plazo habrá caídas

Peter Kinsella, jefe de estrategia de divisas en Union Bancaire Privée, tiene claro que las caídas son el escenario base del dólar y define las actuales subidas como "un repunte limitado" debido a "el cambio de escenario con los recortes de tipos" y "la ralentización de la dinámica inflacionista". Además, Kinsella opina que los "riesgos políticos" derivados de las elecciones que enfrentarán, presumiblemente, a Joe Biden y Donald Trump pueden tener un impacto también en la dinámica a la baja de su divisa.

Algo parecido opina Benjamin Dubois, responsable de Overlay Management en Edmond de Rothschild AM, defiende que, por su parte, el factor clave para explicar el repunte del dólar es "el aumento de las tensiones geopolíticas", de la mano de esa decepción con un Jerome Powell bajando tipos. En cualquier caso, "esperamos un entorno que acabe siendo desfavorable para el dólar que lleve al euro a los 1,12 dólares". Sin embargo, todo depende de que la Fed dispare primero "con más incertidumbre con la inflación de la UE, se espera que se mueva más tarde, una dinámica desfavorable para el dólar".

Stephen Li Jen, CEO at Eurizon SLJ Capital explica que "la recuperación del dólar ha estado perfectamente sincronizada con los tipos de interés en EEUU" y que dado que "seguimos creyendo que la inflación tiene muchas posibilidades de situarse por debajo del objetivo y llegar a cero este mismo año". Esto haría que la ruta de la Fed sea mucho más fácil para recortar tipos. Sin embargo, en lo que respecta al dólar, todo depende de quién mueva ficha primero porque, "si el BCE quiere un euro más fuerte, tendrá que evitar recortes antes y en mayor medida que la Fed".

¿Quién disparará primero?

Los analistas Bankinter creen que el euro superará los 1,1 dólares, coinciden con el factor fundamental de que "la Fed se anticipirá al BCE" para bajar tipos. En su último informe, los analistas dan por hecho que la Fed moverá ficha primero y con más fuerza, ya que subió más el precio del dinero y, por lo tanto, "tiene un mayor potencial de bajada". Sin embargo, cree que el mercado está sobrevalorando los recortes y que en el caso de EEUU este recorte se producirá en septiembre. Las palabras de la Fed dando por hecho que podría ser verano la fecha clave podrían alterar este orden entre los dos bancos.

Además, señalan como argumento para un dólar más fuerte "las perspectivas de recuperación económica, que será más intensa en EEUU, limitando la caída de su divisa". En ese sentido, los expertos del banco español dan por hecho que el PIB del país norteamericano se expandirá un 2% en 2024 frente a un 0,7% de la eurozona. La última encuesta de gestores de Bank of America es más pesimista en este aspecto e incluso abrazan la idea de una recesión (el 54% de los mismos creen que ocurrirá).

De momento los mercados sí tienen totalmente claro el orden. El consenso de los analistas de Fed Watch da por hecho que habrá un primer recorte de la Fed este mismo mes de marzo. En total habría seis movimientos más desde entonces, eso sí, con mucha discusión en torno al último de ellos. En el caso del BCE, el consenso de Bloomberg estima que el primer movimiento se daría en la reunión de abril y que, a partir de entonces, habría cuatro recortes más.

Un dólar fuerte equivale a inflación para la UE

Un dólar que resista de forma clara durante el primer semestre tiene un lado bueno para Europa. Por un lado, puede ser un espaldarazo contra la recesión debido a que puede espolear sus ventas a EEUU, el que es su principal socio comercial. En el primer semestre de 2023, la UE tuvo un superávit de 98.500 millones de dólares en su balanza comercial con EEUU. "Un euro más débil podría ser bienvenido como un amortiguador ante el creciente temor a la recesión". explica Ben Laidler, analista de eToro.

Sin embargo, existe un riesgo claro, un lastre en la lucha del BCE contra la inflación. La UE compró materias primas en 2022 por valor de 372.000 millones de dólares, siendo el responsable del 12,3% de las mismas. Además, Estados Unidos se ha convertido en el mayor suministrador de crudo a Europa. Según la Agencia de la Energía de EEUU, el primer semestre de 2023 el país exportó a Europa cerca de 3,99 millones de barriles, un récord desde 2015, el 13,6% del total.

Además, el país norteamericano es el responsable del 46,4% de todo el GNL que recibe la UE. Esta dependencia energética de Washington significa que "un aumento del dólar trae consigo un pico inflacionario y puede obligar al BCE a tomar medidas más agresivas", explicaban los expertos de Alterfinance. Del mismo modo, una revalorización del euro significaba un impulso a la lucha de la institución por devolver el IPC al objetivo del 2%.

El resto del mundo teme al dólar

Tales son las expectativas de que el dólar repuntará con fuerza y seguirá los avances actuales, que los bancos centrales del mundo están amenazando con intervenir sus distintas monedas para protegerlas frente a la pujanza en la divisa norteamericana. Fuera de Occidente, donde la dinámica con los tipos de interés es completamente distinta, las alzas están siendo veneno para su estabilidad financiera.

China, por ejemplo, ha contenido las caídas con una fijación de precios, mientras que Taiwán, que no ha optado por esta opción, ha visto como su divisa, se desmorona un 2,8% solo en lo que llevamos de 2024. Aunque la caída más fuerte ha sido la del yen japonés, que se ha dejado cerca de un 4,5% en el arranque del año. En resumen, el indicador del dólar, que lo compara con una cesta de divisas de todo el mundo, muestra un repunte del 2%.

Debido a ello, los expertos esperan una oleada de intervenciones de los bancos centrales con el fin de frenar esta escalada del dólar, en particular en Asia. "Esperamos que el Banco de Corea y el Banco Popular de China suavicen la volatilidad del mercado", dijo Lemon Zhang, estratega de Barclays en declaraciones de Bloomberg. En cualquier caso, todo depende de cuánto pueda mantener la Fed los tipos altos y cuánto resista la economía de EEUU, será cuando uno de estos factores cambie cuando la posición de su moneda pueda ponerse en duda y el resto de divisas puedan repuntar.

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