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La crisis inmobiliaria rinde al Riskbank en su misión de controlar la inflación

  • La recesión y la crisis inmobiliaria fuerzan al Riksbank a dar aire a la economía
  • El banco avisa de que podría retomar las subidas de tipos en enero
  • Los analistas esperaban un nuevo aumento de tipos esta semana
Suecia tiene problemas, y fuerza al Riksbank a parar la subida de tipos. Firma: Dreamstime
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El banco central de Suecia ha decidido, este jueves, no tocar más los tipos de interés, al menos en lo que resta de año y dejar el precio del dinero en el 4%. Se trata de una decisión sorprendente, teniendo en cuenta que el consenso de analistas esperaba un movimiento al alza en esta ocasión, que finalmente no se ha producido. Además, supone una ruptura con la política que han llevado a cabo otros bancos centrales, como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo (BCE). ¿Qué es lo que ha llevado al Riksbank a romper con la tendencia de sus homólogos más importantes?

El incremento que ha llevado a cabo el banco central de Suecia ha sido de 400 puntos básicos desde febrero de 2022, y ha paralizado la subida de tipos a pesar de que la inflación sigue corriendo muy por encima del objetivo que mantiene la institución, igual que el de la Fed y el BCE, en el 2% de crecimiento interanual. A pesar de que el IPC todavía avanza a un ritmo del 6,5%, la recesión en la que está inmersa la economía sueca no ha permitido al Riksbank volver a subir tipos. En esta ocasión han optado por la prudencia: un parón, análisis, y una nueva decisión en enero del año que viene.

Erik Thedeen, gobernador del banco central sueco, ha dejado claro que, aunque en esta ocasión se haya decidido no subir tipos, esto es, probablemente, una pausa, y no un techo en el precio del dinero. "Está muy claro que no hemos perdido la oportunidad de volver a subir los tipos. Lo haremos si la inflación no continúa yendo en la dirección correcta, hacia el objetivo del 2%. Esto lo tenemos muy claro", ha declarado el gobernador.

Suecia sufre la crisis que de momento esquiva Europa

Aunque el banco central sueco ha frenado la subida de tipos poco tiempo después que la Fed y el BCE, el endurecimiento en el precio del dinero ha sido menos agresivo, con un aumento de 400 puntos básicos, frente a los 450 de su homólogo de la zona euro. La diferencia entre ambos es que Suecia ha empezado a sentir en sus carnes el daño de la crisis y la recesión, en su caso, caracterizada por una crisis inmobiliaria que, por el momento, han conseguido evitar otros países europeos. Ya desde hace meses los gestores y analistas han puesto el dedo en los problemas que estaba experimentando el sector inmobiliario sueco, y los consideraban más graves que los que se estaban viendo en otras regiones del Viejo Continente.

Si bien es cierto que los analistas no esperan que la economía de la zona euro vaya a ser capaz de evitar los problemas en los próximos meses, y las perspectivas del consenso de analistas apuntan a un pobre crecimiento, del 0,7% para el año que viene, las perspectivas para Suecia son mucho menos halagüeñas, y habrían forzado al Riksbank a detener, al menos de forma momentánea, el endurecimiento de los tipos en el país. Frente a las previsiones del gobierno sueco, que apuntan a un crecimiento del 1% el año que viene, las estimaciones más recientes de bancos como Swedbank, Nordea, Handelsbanken, o SEB, señalan que el año que viene Suecia no será capaz de volver a evitar sufrir un ejercicio de contracción económica. Las cuatro entidades, en ese orden, apuntan a crecimientos del -0,3%, -0,5%, 0% y -0,4%, respectivamente, en el conjunto del ejercicio.

El gran problema es la crisis del sector inmobiliario. El economista del banco SEB, Olle Holmgren, indica que el último recorte en sus previsiones de crecimiento para Suecia está, sobre todo, relacionado con la pobre inversión residencial, aunque también destaca el mal momento que está sufriendo el consumo en el país. Las nuevas construcciones de casas han caído en 2023 hasta el 75%, frente al máximo que se llegó a ver en 2021, y los informes de las empresas del sector para el tercer trimestre de este año apuntan a que la situación ha seguido siendo muy mala en este periodo. "La construcción de viviendas han llegado a un parón casi completo"; indica Holmgren.

Este parece haber sido el detonante que ha convencido al banco central para dejar de subir los tipos. No hay que olvidar que, uno de los sectores que más sufren cuando un banco central incrementa el precio del dinero es el inmobiliario, por su relación directa con los tipos de interés, al ser un bien que requiere de la obtención de un préstamo en una proporción muy superior al del resto del mercado.

Así, aunque el Riksbank está centrado en cumplir con su mandato, no quiere hacerlo sobre las cenizas de una economía destrozada. En enero volverán a analizar la situación, y decidirán si vuelven a retomar la pelea, si es necesario, contra el monstruo inflacionista.

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