
La agencia Fitch rebajó su calificación de la deuda soberana de Estados Unidos desde lo más alto de su baremo, AAA, al actual AA+. Los bonos estadounidenses aún cuentan con una de las mejores notas de grado de inversión por parte de la calificadora, pero amenaza con golpear a uno de los activos más negociados del mercado y un refugio para muchos inversores que puede sacudir al mercado de renta fija.
Mientras los principales índices globales reflejan la recogida de beneficios por parte de los inversores, las compras se impusieron en la mayor parte de bonos soberanos. La deuda a 10 años de EEUU se mantiene sobre el 4% de rentabilidad por lo que ya no hay ningún título estadounidense por debajo de esa referencia en el mercado secundario. El bono a dos años está por encima del 4,8% mientras que la deuda a treinta años supera el 4,1% de retorno.
Fitch Ratings elevó el riesgo de la deuda estadounidense en base a "los crecientes déficits fiscales del país y una erosión de la gobernanza", según publicaron esta madrugada en relación a las difíciles negociaciones por el techo de deuda del país que ha sido la tónica habitual de las últimas dos décadas. Y prevén desde la firma que la carga de la deuda del país alcanzará el 118% del producto interior bruto del país para 2025.
Es, a su vez, el primer cambio de calificación que ve la deuda de EEUU desde que S&P Global Rating recortó su propia previsión en 2011, cuando el mercado de renta fija reaccionó con su correspondiente caída de precios y venta masiva de títulos. La Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, lanzó su propio comunicado como respuesta con la intención de calmar al mercado. Calificó de "desactualizada y de arbitraria" la revisión de Fitch a la par que expresó que esto no cambia cómo ve el mercado a la economía del país o a la credibilidad de su deuda. "Los valores del Tesoro siguen siendo el activo seguro y líquido predominante y que nuestra economía es fuerte", expresó Yellen.
Ahora, los expertos debaten si este cambio tendrá sus consecuencias en el corto o en el largo plazo."Es una sorpresa negativa, pero de impacto limitado en el mercado", apuntaron desde Bankinter, donde también recuerdan que tras esta rebaja, la calificación de Fitch se sitúa al mismo nivel que la que otorga S&P a Estados Unidos.
Moody's es la única gran calificadora que mantiene el bono soberano estadounidense en su calificación más alta posible: Aaa. "Esto podría aumentar la presión sobre Moody's para que siga a las otras dos, pero podría preferir esperar a un incidente concreto, de forma similar a S&P en 2011", explicaron desde Rabobank, que no descarta que todavía se produzca un cierre del Gobierno en octubre que podría ser el acontecimiento que Moody's vigile con especial interés.
"Sospecho que el mercado duda entre dos posiciones: en términos generales, es una 'marca negra' contra la reputación y la posición de EEUU, pero igualmente, si alimenta el nerviosismo del mercado y una medida de aversión al riesgo, podría ver fácilmente compras seguras de los bonos del Tesoro estadounidense y del dólar ", explicó el estratega de Wellington, David Croy. "La implicación del cambio de Fitch inmediata es limitada. Los bonos del Tesoro de de Estados Unidos siguen siendo uno de los activos más líquidos y seguros, al menos en términos de riesgo de contraparte", expesó el estratega de renta fija de Julius Baer, Dario Messi.
La divisa norteamericana también puede aumentar su peso frente al resto de referencias con este último cambio de calificación. De momento, el dólar mantiene su pulso frente al resto de grandes divisas del mercado y ya rebota un 2% desde los mínimos del año marcados el mes pasado, según el índice que cruza al dólar con referencias como el yen japonés, la libra esterlina, el euro y el franco suizo. De esta forma, el cruce exclusivamente entre el euro y el billete verde se traduce en que la primera aún permanece por debajo de los 1,10 dólares.