
Acaba de tomar las riendas de Spainsif, el Foro español de la Inversión Sostenible, una de las 12 patas nacionales de la plataforma europea Eurosif. Entidad sin ánimo de lucro, la misión de Spainsif es la de promover la inversión sostenible en este país. Cuenta con 114 socios (casi los ha duplicado en cuatro años), muchos de ellos gestoras de activos, agencias de rating ESG, bancos (aunque no están todos los grandes del Ibex 35)y aseguradoras. Andrea González, hasta ahora subdirectora general, releva en la dirección a Francisco Javier Garayoa, dentro de un proceso de sucesión muy planeado. Conozca elEconomista Inversión sostenible y ESG, el portal verde de elEconomista.es.
¿Cuáles son sus objetivos en la dirección general?
El reto número 1 es dar respuesta a los diferentes horizontes de nuestro plan estratégico. En el horizonte de implantación de regulación, es momento de perfeccionar la coordinación entre las normas que se han desarrollado los últimos 6 años y comprobar si están sirviendo para el fin para el que fueron diseñadas: canalizar capitales hacia objetivos de sostenibilidad. En el horizonte relativo a la inversión de impacto, tenemos el reto de escalarla a volúmenes propios del inversor institucional [...] y alcanzar consensos en su marco conceptual. En lo que respecta al inversor particular, el reto es acompañarlo en la conversación que estará teniendo con su asesor financiero sobre sus preferencias de sostenibilidad, a través de acciones de educación financiera. En paralelo a todo esto, a futuro trataremos de promover la financiación sostenible: los avances en volumen en innovación en cuestiones como los préstamos, garantías, avales, bonos, leasing, renting, factoring… ¡ahora con criterios ambientales, sociales y de buen gobierno [ESG]!
"La taxonomía social está 'en el congelador'; la prioridad de la Comisión Europea era rematar la verde"
¿Para cuándo tendremos un lenguaje común global para las finanzas sostenibles?
En cuestiones puramente financieras ha llevado siglos alcanzar consensos en los indicadores. En finanzas sostenibles, en Europa se está construyendo un marco que ha avanzado muy rápido en definir lo que ya es verde o compatible con los objetivos ambientales; pero es necesario que el modelo ruede e incorpore nuevas actividades y prácticas de mercado. Hoy por hoy, en sostenibilidad, tenemos un lenguaje común sobre el tipo de gas de efecto invernadero que emite la combustión de una fuente de energía fósil en concreto, o sobre el mejor proceso de fabricación de aluminio disponible con menor impacto ambiental para construir un aerogenerador; pero ese tipo de detalle científico aún no es tan extrapolable a otras piedras angulares del ESG como la biodiversidad o el bienestar social. Las variables de estudio son muy diversas y sería positivo acompasar la dirección de la investigación académica con las necesidades de los actores de mercado, para que hubiera una mayor transferencia. En esta línea, en Spainsif acabamos de comenzar una línea de doctorado industrial sobre la inversión de impacto institucional. Lea también: El uso del activismo en ESG se triplica, según el informe anual de Spainsif.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿cuánto tiempo diría que falta para tener ese lenguaje común?
A día de hoy ya está publicada la taxonomía verde [el listado de inversiones y actividades económicas consideradas verdes a ojos de la Comisión Europea] completa, pero habrá que ir añadiendo actividades, perfeccionarla. Cuando no sólo la tenemos desarrollada sino también muy rodada en Europa, y una vez que también hayamos visto cómo interactúa la taxonomía verde europea con el resto de taxonomías que hay en desarrollo en el mundo, ahí tendremos un lenguaje común. Pero no de finanzas sostenibles, sino de actividades verdes. Para conseguirlo calcula, como mínimo, 10 años... pero es orientativo.
¿En qué punto está la taxonomía social? ¿Tendremos una?
La propuesta de taxonomía social de la UE está por el momento en el congelador, hasta que el siguiente equipo de la Comisión Europea tome la decisión en 2024 de, bien continuar donde lo dejó el segundo borrador del grupo de expertos el año pasado, bien comenzar una nueva propuesta desde cero, o bien descartar su desarrollo. La prioridad de la Comisión era finalizar los 4 objetivos no climáticos de la taxonomía verde que estaban pendientes, que ya han sido publicados. Son muchas menos las actividades económicas que se han incluido dentro de estos 4 objetivos respecto a las incluidas en los 2 primeros (los climáticos). Esto se explica muy fácilmente si hacemos el ejercicio de pensar en actividades económicas que hagan una contribución sustancial, por ejemplo, a la protección de los océanos o a la restauración de la biodiversidad. En cuestiones climáticas, hay sectores como el real estate que ya por sí mismos aportaron una cantidad ingente de actividades respecto a los dos primeros objetivos de la clasificación.
"Sería importante que las agencias de 'rating' ESG divulgasen qué parte de sus datos viene de las empresas y cuánto son estimaciones"
¿Le preocupa la aparición de un sentimiento anti-ESG en EEUU?
El sentimiento anti-ESG es preocupante en la medida en que abra la puerta a que las cuestiones de sostenibilidad se politicen, o en la medida en que trunque las ambiciones ambientales o sociales del regulador o los actores de mercado. Evidentemente, es preocupante la tendencia que hay a desdecir incluso las evidencias científicas. No obstante, en Europa, la postura del regulador y el liderazgo de algunos de sus estados miembros me hace pensar que el recorrido del escepticismo puede ser más limitado que en otras regiones globales.
Estamos a la espera de una regulación europea para las agencias de rating ESG. ¿Cree que estas agencias deberían publicar su fórmula secreta, es decir, especificar exactamente cómo calculan sus ratings?
Los pormenores no son, digamos, necesarios, pero hay cosas que creo que sí que hay que publicar, como la intención de lo que pretendes medir. No da la misma información un rating que aspira a evaluar la protección frente a riesgos de sostenibilidad que la contribución a soluciones, por ejemplo. Todo lo que nos ayude a explicar que una misma empresa tenga una puntuación hiperdiversa bajo distintos rating ESG, es interesante. Y otra cosa que es importante divulgar es la fuente de los datos. ¿Cuánta de esa información te la ha dado la empresa? ¿Cuánto es una estimación? ¿Cuánto es información que has encontrado pública disponible? Eso también te ayuda a explicar las diferencias.