
La política monetaria estadounidense sigue siendo el director de orquesta para los mercados. La prueba más clara de ello es la reacción que hubo ayer en las bolsas y en los bonos, después de conocerse el último dato de empleo para el mes de junio, que sorprendió enormemente por ser muy superior a las previsiones de los analistas y que llevó a los inversores a descontar que la Reserva Federal (Fed) va a tener que subir los tipos más de lo que se esperaba. La sorpresa no ha sido para menos: se estimaba que durante el mes de junio se hubiese incrementado el empleo en unos 225.000 nuevos puestos y el aumento, sin embargo, ha rozado el medio millón.
Esta publicación confirma una dinámica muy positiva en el mercado laboral en Estados Unidos, pero lo que guía ahora a las bolsas y a la renta fija son las perspectivas de subidas de tipos de la Fed. La fortaleza del empleo es una de las claves más importantes para el organismo, por ser uno de los elementos que más influirá, según destacan muchos economistas, en lo que haga la inflación en los próximos meses. A más contrataciones y menos desempleo, más se resistirá la alta inflación, lo que obligará a la Fed a endurecer más su política con el impacto negativo que esto tiene para los mercados.
El mercado lo ha dejado claro: después de conocerse el dato de empleo en el país, los inversores pasaron a descontar una subida de tipos adicional, que, horas antes, estaba fuera de la mesa. Ahora, según los futuros sobre los tipos en EEUU, ya se espera que la Fed aumente el precio del dinero 25 puntos básicos en julio y, de nuevo, otros 25 puntos básicos en noviembre, hasta tocar la parte alta de la horquilla de tipos el 5,75%.
El dato llegó un día después de conocerse, en las actas de la última reunión de la Fed, que hubo varios miembros que votaron a favor de ser más agresivos en el encuentro del mes de junio, y un día antes de la publicación del dato oficial de desempleo de la Oficina del Trabajo estadounidense, que puede confirmar esta tendencia.
Impacto en las bolsas
Los índices bursátiles mundiales recogían la ampliación del ciclo de subida de tipos con caídas diarias que en casos como el EuroStoxx o el Ibex 35 no se experimentaban desde la crisis bancaria de marzo que azotó a los índices de ambos lados del charco. La antesala la marcaba el índice Hang Seng de Hong Kong, que lideraba en la madrugada las pérdidas de la región con una caída del 3% tras las noticias de las actas de la Reserva Federal así como la persistencia de las preocupaciones sobre el crecimiento de China. Por su parte, el índice de Shanghai bajaba un 0,6% y el de Shenzhen, un 0,4%.
El índice panaeuropeo fue junto con el Cac francés el que protagonizó los mayores descensos en el Viejo Continente, con correcciones de más del 3% en ambos casos (ver gráfico). Con esta oleada de ventas, el EuroStoxx cerraba en los 4.223 puntos y se queda a un 0,54% del soporte clave que podría ser la llave para visitar cotas que alcanzó en la tormenta bancaria. "Descensos generalizados en las bolsas europeas que no me sorprenden pues ya les advertía el lunes de que algo no marchaba bien a corto plazo en la medida que solamente las bolsas italiana y española habían logrado marcar un nuevo máximo del año tras superar sus respectivas resistencias. Eso era algo alcista pero no tanto como sería si eso hubiera tenido lugar de forma generalizada, para lo cual el EuroStoxx debería haber batido la zona de resistencia de los 4.415 puntos, que es la que frenó las subidas del índice el año 2021, en el 2022 y hasta el día de hoy durante este 2023", indica Joan Cabrero, asesor de Ecotrader.
El experto indica a continuación que, el fracaso en su intento de batir los 4.415 puntos, "ha provocado que el EuroStoxx se esté aproximando al soporte crítico de los 4.200 puntos, que es la base del lateral que viene acotando la consolidación durante las últimas semanas. La pérdida de este soporte abriría la puerta a una probable caída de al menos un 5% adicional hasta los mínimos de marzo en torno a los 3.980/4.000 puntos".
El Ibex español, por su parte, también perdía un 2,12% en la sesión –y marcaba su jornada más bajista desde la del 15 de marzo, cuando cayó un 4,4%–. En el año, sigue siendo el segundo más alcista, por detrás de la plaza de Milán, con ganancias del 12,33%. IAG, Merlín Properties e Inmobiliaria Colonial fueron las firmas que sufrieron los mayores descensos en la jornada, con más de un 4% en todos los casos. Por contra, sólo Indra conseguía salvar la jornada en verde, con un tibio 0,52%.
En Wall Street también digerían este doble susto de los datos de empleo junto con las actas de la Fed con caídas más leves, con el S&P y el Nasdaq perdiendo en torno al 1% a cierre europeo.