Dejamos atrás una semana que empezó con nerviosismo en los mercados por los decepcionantes datos macroeconómicos en China (la producción industrial y el crecimiento de la inversión en activos fijos fueron los que más se alejaron de las expectativas del mercado) y que poco a poco se fueron calmando gracias a Wall Street. Tras ella, llegan unos días de protagonismo después de que demócratas y republicanos llegaran a un acuerdo para elevar el techo de deuda.
Sin salir de Estados Unidos, la semana viene cargada con varios indicadores que tienen que servir para devolver la calma a un mercado que ya está descontando alguna subida más de tipos este año (tras haber descontado dos bajadas) o para confirmar una vuelta a la tendencia de los últimos meses. En este contexto, y tras un lunes a medio gas por la celebración del Memorial Day en Wall Street, este martes se publicará el índice de confianza del consumidor estadounidense de la Conference Board de mayo y el índice de actividad manufacturera de la Reserva Federal de Dallas. El miércoles la Fed también tendrá que publicar el libro Beige a dos semanas de su próxima reunión de tipos. La semana terminará con los indicadores de las encuestas PMI del sector manufacturero del mes de mayo en el que se espera que vuelva al terreno de la expansión (por encima de los 50 puntos) y el informe de empleo con un incremento más moderado de las nóminas (180.000) y una subida de una décima en la tasa de desempleo (3,5%).
A este lado del Atlántico la semana estará claramente marcada por el dato de inflación de mayo, que a nivel eurozona se publicará el jueves pero que ya entre el martes y el miércoles iremos teniendo pistas a medida que las grandes economías continentales vayan adelantando el crecimiento que sufrieron los precios durante el mes de mayo. Los analistas esperan que la tasa interanual para la zona euro sea del 7% (la misma que en abril) mientras que la subyacente podría también repetirse en el 5,6%.
Para terminar la semana a este lado del charco conoceremos también los indicadores PMI del mes de mayo y las actas de la última reunión del Banco Central Europeo.
"El panorama general sigue siendo el de una economía débil con una demanda interna que se resiente de forma persistente. La debilidad de la demanda, junto con la resistencia de la oferta, sugiere que el problema de inflación de la zona euro probablemente no requería un endurecimiento monetario tan brusco como el que acabará imponiendo el BCE, sin embargo, con su política retrospectiva y un perfil subyacente más persistente, la balanza de riesgos se inclina hacia otra subida en septiembre; es decir, un terminal del 4%", explica el economista jefe para Europa de Bank of America, Rubén Segura-Cayuela.
Fuera del eje Atlántico, Brasil tiene que comunicar su crecimiento económico del primer trimestre completo de Lula da Silva y se espera también que China reporte los datos PMI y Caixin de su actividad durante el mes de mayo. Estos datos serán especialmente tenidos en cuenta después de la decepción que han supuesto para el mercado los publicados esta semana pasada.