
Los inversores se están deshaciendo de las acciones preferentes a un ritmo histórico debido a la creciente preocupación por la salud de los bancos regionales estadounidenses. Un fondo cotizado en bolsa iShares de 12.200 millones de dólares que sigue la evolución del mercado de preferentes se hundió un 5,1% la semana pasada, lo que supone una de las mayores ventas desde la crisis financiera mundial.
De hecho, las preferentes emitidas por SVB Financial Group y Signature Bank, matrices de los bancos en quiebra, podrían tener poco o ningún valor de recuperación. La cotización de sus acciones preferentes y ordinarias en la Bolsa de Nueva York se ha interrumpido. Y una emisión preferente de SVB no cotizada dirigida a inversores institucionales se vendía a unos 10 centavos por dólar a finales de la semana pasada.
Las preferentes, un tipo de valor híbrido, son populares entre los bancos porque ayudan a cumplir los requisitos de capital sin diluir a los accionistas. Su misión en EEUU es similar a la que cumplen los bonos contigentemente convertibles (CoCos en el argot financiero) en Europa, tan mediáticos desde lo sucedido con los tenedores de bonos de Capital Adicional 1 (AT1) de Credit Suisse tras la compra de UBS. Estos activos suponen un colchón adicional de capital para el banco si se da el caso y hay que amortizarlos, recibiendo los inversores un interesante rendimiento a cambio del riesgo que supone tener que llegar a este punto. En España cobraron fama porque algunos bancos las ofrecieron a clientes particulares como si fueran un producto de renta fija, cosa que no son.
"En el caso de las instituciones bancarias, por ejemplo, la emisión de preferentes ofrece un modelo de financiación con menor interés en comparación con los préstamos interbancarios", explican los analistas de IG. "Las acciones preferentes son títulos de propiedad parcial de una compañía que ofrecen un valor añadido al accionista. Este tipo de acciones tienen algunas prerrogativas sobre las acciones ordinarias, lo que las hace más atractivas para algunos inversores. Una característica destacable es en torno al cobro de dividendos", añaden.
Para las acciones preferentes, el dividendo se fija en el momento de la emisión de estas y su pago tiene prioridad sobre el cobro de dividendos de acciones ordinarias. En contraste, el pago de los dividendos de las acciones ordinarias no está garantizado y su emisión varía tras la obtención de beneficios según las políticas de remuneración de la compañía, agregan desde IG. En el caso de liquidación de una sociedad, las acciones preferentes tienen prioridad sobre las acciones ordinarias, pero quedan por detrás de cualquier tipo de deuda en el orden de prelación. Estos tíulos no suelen dar opción a voto en la junta de accionistas como si pasa con las acciones ordinarias.
Al igual que las acciones normales, las preferentes no tienen fecha de vencimiento. Sin embargo, a partir del quinto año puede darse el caso de que la entidad emisora aplique una cláusula para rescatar los títulos a perpetuidad y restituir a los titulares el valor de las acciones (amortización anticipada). Las acciones preferentes son inversiones a largo plazo comúnmente adquiridas por inversores institucionales y negociadas en un mercado organizado de compraventa, por lo que su capacidad de convertirse en efectivo es menor que la de las acciones comunes, completan los analistas de IG.
Esto último ha hecho que sea un mercado tradicionalmente tranquilo que ahora está siendo sacudido por una venta impulsada por las quiebras de bancos regionales en EEUU: las acciones preferentes emitidas por los bancos representan alrededor de dos tercios de un mercado de 400.000 millones de dólares.
Giro en el mercado
Las preferentes son populares desde hace tiempo entre los inversores por su combinación de relativa seguridad, sólidos rendimientos y liquidez. Pero la historia parece estar cambiando: la emisión por parte de las entidades se está ejecutando a su ritmo más lento desde 2018, y los administradores de dinero dicen que la negociación en el mercado secundario es un desafío.
"Sin emisiones y con el dinero al margen, es simplemente '¿qué haces?", expresa a Bloomberg Allen Hassan, jefe de negociación de acciones preferentes en Ziegler Capital Markets, que ha estado negociando los valores durante más de 20 años. "No parece que haya mucha confianza ahí fuera".
Los operadores describen un mercado sin liquidez que se ha vuelto difícil de navegar, con grandes brechas que aparecen en los precios de un día para otro. En parte, el problema es que pocos están dispuestos a comprar preferentes de mayor riesgo, dada la reciente serie de quiebras de bancos regionales.
Las preferentes de First Republic se esfumaron después de que JP Morgan comprara el banco en quiebra. Las preferentes de First Horizon se desplomaron un 26% en una semana tras desechar su fusión con Toronto-Dominion Bank (TD Bank). Las acciones se cotizan ahora a 17,4 dólares, es decir, algo menos del 70% de su valor nominal. Para observadores veteranos, como Collin Martin, director y estratega de renta fija de Charles Schwab, las caídas de precios son de las más pronunciadas desde la crisis financiera mundial.
Los grandes inversores también se han retirado. Cohen & Steers redujo su exposición a preferentes de bancos regionales, mientras que Spectrum AM, fundada por el veterano del mercado Mark Lieb, vendió preferentes de First Republic en las semanas previas a su colapso.
Allen Hassan (Ziegler): "Hay que comprarlas cuando hay sangre en el agua"
Con los rendimientos efectivos ahora en el nivel más alto en 12 años, según un índice ICE BofA, los analistas dicen que los bancos son más propensos a saltar sus ventanas de compra. La refinanciación es demasiado cara en el mercado actual, aunque la mayoría de los grandes bancos de EEUU no necesitan obtener nuevo capital en este momento, apunta Martin, de Charles Schwab.
Para los prestamistas más pequeños, podría suponer un problema. Dependen de las acciones preferentes para cumplir los requisitos reglamentarios y, como los inversores exigen dividendos por las nubes, se han quedado fuera del mercado.
Según los datos recopilados por Bloomberg, las preferentes que cotizan en bolsa con primera opción de compra este año y el próximo se cotizan más de tres dólares por debajo de su valor nominal de 25 dólares de media, una señal de que más bancos podrían saltarse sus opciones de compra. Las preferentes que se negocian en la Bolsa de Nueva York se emiten con este valor nominal de 25 dólares. Las preferentes institucionales, con un valor nominal de 1.000 dólares, son las que cambian de manos en mercados privados.
Aun así, algunos inversores ven oportunidades entre los escombros. El ETF de preferentes iShares repuntó un 1,5% el viernes, la primera ganancia en cinco días. "Hay que comprarlas cuando hay sangre en el agua", recomienda Hassan, de Ziegler. "Este producto será el papel más barato que se pueda comprar. Habrá mucho dinero que ganar". Otros analistas coinciden y destacan que las preferentes emitidas por la mayoría de los bancos rinden ahora más del 6%, una buena prima frente al 3,7% de un bono del Tesoro a 30 años.