
No se dejen engañar por el lado más afable que ha podido ver España esta semana de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE). Christine Lagarde va a continuar con la subida de los tipos de interés en la eurozona y no hay dato macroeconómico en los próximos días que pueda hacer cambiar de opinión al BCE. En las siguientes sesiones las principales referencias para el mercado llegarán o de Estados Unidos o de Asia.
Quedará para el Viejo Continente conocer los últimos datos de producción industrial de países como Alemania o España, donde se espera un recorte de medio punto en el mes de enero respecto al cierre del 2022. Asimismo, se actualizará el IPC de Alemana, que se mantendrá sin cambios en el 8,7% según los expertos.
Tampoco dará ninguna sorpresa el dato definitivo del crecimiento de la economía de la eurozona en la recta final del año pasado (1,9%), según el consenso de Bloomberg, por lo que la reunión del próximo 16 de marzo del Banco Central Europeo concluirá con una nueva subida de 50 puntos básicos en la tasa de facilidad de depósito, según la curva OIS (Overnight indexed swap), y que situará el tipo de referencia en Europa en el 4% antes de que finalice el año.
"Aún no se han superado los riesgos económicos y es probable que las presiones inflacionistas sigan acompañándonos. La política monetaria podría mantenerse restrictiva durante más tiempo del que anticipan los mercados monetarios actualmente", apuntaron desde Allianz GI y quienes descuentan un endurecimiento del discurso tanto para el BCE como para la Reserva Federal de Estados Unidos.
Precisamente, el presidente de la Fed, Jerome Powell, tiene agendadas dos intervenciones la semana que viene en el Congreso de Estados Unidos (7 y 8 de marzo). Dos oportunidades que tendrá el mercado para calibrar si la institución monetaria tiene intenciones de llevar los tipos al 5,5% que descuenta el mercado y que prácticamente eliminaría la posibilidad de asistir a la primera bajada de los mismos en 2023 -un planteamiento con el que se especuló hasta hace pocas semanas-.
Powell defiende hasta la fecha que la economía norteamericana ha mostrado la fortaleza suficiente al ajuste monetario como para continuar con su hoja de ruta. La inercia de los precios en EEUU no cae al ritmo deseado por la institución con el IPC de enero en el 6,4%, una décima menos del dato anterior y por encima de la previsión del mercado. La referencia de la semana será la tasa de desempleo de Estados Unidos, que se publicará el 10 de marzo, y que es otro indicador al que se aferra la Fed como pretexto de resiliencia de la economía. Si se cumplen las previsiones del mercado que recoge Bloomberg, el número de personas desempleadas se mantendría prácticamente al mismo nivel que al cierre de enero por lo que la tasa de paro repetiría en el 3,4%: la cifra más baja en el país en más de medio siglo.
Llega el 'nuevo' Banco de Japón
El Banco de Japón se reúne la semana que viene en el que será el último cónclave del gobernador Haruhiko Kuroda. Pero ni antes de la llegada del nuevo Banco de Japón, con Kazuo Ueda, ni con la primera reunión de este último se espera ver los tipos de interés en el país en positivo. Seguiría así la política ultraexpansiva durante la mayor parte del año. "La magnitud y la rapidez con la que el Banco de Japón decida normalizar su política dependerán de varios factores.
El primero de ellos se refiere a la próxima revisión salarial, que puede servir como indicador de la dirección futura de las presiones inflacionistas. En segundo lugar, si la inflación estadounidense acaba siendo más persistente de lo esperado, el yen podría debilitarse, lo que ejercería más presión sobre el Banco de Japón", apuntó el director de inversiones en Capital Group, Jeremy Cunningham.