
En febrero los inversores han recalibrado sus expectativas para la subida de tipos de la Reserva Federal, ante unos datos macroeconómicos que han vuelto a generar la preocupación de que la inflación puede volver a dar sustos en la primera economía del mundo. Este ajuste de expectativas se ha traducido en ventas para el activo de inversión libre de riesgo por excelencia, el bono estadounidense, que ha visto, en su referencia con vencimiento a 10 años, cómo la rentabilidad vuelve a repuntar hasta rozar la cota psicológica del 4%.
Este miércoles, el título se movía en el 3,9%, con un repunte que ya alcanza los 50 puntos básicos en apenas 20 días en la rentabilidad a vencimiento del bono, con el título cotizando en niveles del 3,39% el día 2 de este mes. El bono a 2 años también ha tocado máximos, en su caso, igualando los de noviembre de 2022, en el 4,72%, que no se veían desde la Gran Crisis Financiera.
Y es que, los inversores ya han dejado claro que asumen que los tipos de interés van a subir más de lo que se esperaba en Estados Unidos. Desde que empezó febrero, los futuros sobre los tipos de interés de la Fed han incrementado las expectativas de tipos hasta situar el techo este año en el 5,25% (5,3%, para ser más exacto), desde el 4,75% que esperaban a principios de mes.
Y no solo son los mercados: la última encuesta a analistas que ha llevado a cabo Bloomberg, en las que se pregunta precisamente por esta cuestión, apunta en la misma dirección, y desde el 5% que esperaban para el techo de tipos el mes pasado, han pasado a descontar que este estará en el 5,25%.
Queda un mes para la próxima reunión de la Fed, en la que se espera un incremento de 25 puntos básicos en los tipos y una actualización de su cuadro macro.
Impacto en la bolsa
El aumento en el techo de los tipos y el repunte del bono está teniendo un impacto en el mercado de renta variable estadounidense. Pese a que Wall Street se anotase ligeras ganancias en la jornada de ayer, lo cierto es que los principales índices trataban de recuperarse durante el miércoles de los importantes desplomes que vivieron el martes, una sesión en la que tanto el S&P 500 como el Nasdaq 100 registraban sus mayores caídas en lo que va de 2023, corrigiendo ambos selectivos un 2% y un 2,5% respectivamente. El Dow Jones incluso llegó a colocar sus cuentas anuales en negativo y el S&P perdía los 4.000 puntos por primera vez desde el pasado 20 de enero.
A nivel técnico, el asesor de Ecotrader, Joan Cabrero, ve estos retrocesos como "un clásico throw back o vuelta atrás a antiguas resistencias, ahora soportes, como sería ahora la directriz bajista superada, que en el caso del S&P 500 se encuentra en la zona de los 4.000".
A media sesión de ayer el S&P se movía prácticamente plano en el entorno de los 4.000 puntos, aunque perdía todo lo ganado durante estas semanas de febrero en las que llegó a avanzar hasta un 2,5% y, a falta de cuatro sesiones para cerrar el mes, presenta pérdidas que rondan el 1,7%. Por su parte, el índice tecnológico, que llegó a experimentar una subida cercana al 7% durante este mes, se mantiene prácticamente plano, perdiendo alrededor de un 0,3% de su valor.
"La cuestión ahora se centra en ver si antes de esa probable subida asistiremos a una consolidación o throw back de mayor envergadura, que en el peor de los casos podría llevar al Nasdaq 100 a buscar apoyo a los 11.500/12.000, algo que vería como una oportunidad muy buena para comprar", apunta Cabrero.
En el ejercicio, el Nasdaq 100, que llegó a ser uno de los índices mundiales más alcistas del 2023, con ganancias que superaron el 17% hasta marcar máximos del año, diluye su avance anual por debajo del 10%. El S&P ya solo sube sobre un 4%, menos de la mitad de lo que llegó a crecer hasta el pico de este ejercicio en los 4.179 puntos.