
La reapertura de China desde noviembre ha permitido la recuperación de su renta variable, que el año pasado se vio penalizada por la política de cero Covid puesta en marcha por las autoridades del país. Las mismas que ahora se han propuesto resucitar una economía que se había paralizado, con medidas que buscan aumentar el consumo.
El índice CSI 300 avanza un 19,6% desde el mínimo marcado en octubre del año pasado, y sube un 8,3% en 2023. Y la misma tendencia ha seguido el principal índice bursátil de Hong Kong, el Hang Seng. Esto ha permitido que los fondos que invierten en este mercado, que en 2022 sufrieron pérdidas medias del 20%, resuciten con ganancias del 10%, según Morningstar.
Es, de hecho, la segunda categoría de fondos, de las más de 300 disponibles, que más se revaloriza. Solo los que invierten en la bolsa de Corea, país que se está beneficiando de ese regreso a la normalidad y de la recuperación de los viajes transfronterizos, ganan más (un 12,96%).
Mientras el año pasado los bancos de inversión sacaban a China de sus preferencias, en éste empiezan a argumentar motivos por los que 2023 podría ser un buen año para el gigante asiático, aunque mantienen la idea de que a largo plazo aún se enfrenta a numerosos desafíos.
"Destacaríamos cuatro razones para que los inversores consideren una asignación a la renta variable china ahora, sobre todo porque el mercado ha estado tan deprimido hasta los últimos meses que cualquier repunte del optimismo probablemente le ayudará a recuperarse como una goma elástica", considera Nicholas Yeo, responsable de renta variable de China de abrdn. "China se encuentra en el lado opuesto del ciclo económico de muchos mercados desarrollados, con una inflación benigna que permite a los responsables políticos chinos mantener una orientación monetaria y fiscal acomodaticia", explica. Los otros tres motivos son una valoración atractiva, su baja correlación con la bolsa mundial, y el compromiso del Gobierno de fomentar una cultura de innovación para impulsar el crecimiento económico.
"Mientras los datos sigan apuntando a una recuperación de su economía y no se recaliente, el mercado chino tiene margen para seguir subiendo", opina también Richard Tang, analista de renta variable asiática de Julius Baer.
Los últimos datos conocidos sobre la marcha de su economía invitan al optimismo. Las últimas estadísticas oficiales sugieren un aumento de más del 70% en los viajes nacionales en las vacaciones de la semana de Año Nuevo chino, entre el 21 y el 27 de enero, en comparación con las mismas vacaciones del año pasado. "Estas estadísticas sugieren una fuerte demanda reprimida entre los hogares tras el final de la política de cero Covid que duró casi tres años", valoran en Commerzbank.
La previsión de Bloomberg es que el PIB de China crecerá un 5% este año, mientras Europa entrará en recesión y Estados Unidos apenas crece un 0,5%.