
El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, estimó la semana pasada que en España había pocas compañías cotizadas para el tamaño que tiene el Producto Interior Bruto del país porque las salidas a bolsa brillaron por su ausencia en los últimos años. No le falta razón si se compara el peso de las economías vecinas respecto a la capitalización total de las empresas cotizadas en cada uno de esos países (término conocido como bursatilización).
Pero lo peor de todo no es solo que la cultura financiera española esté por debajo que la de sus pares, aunque sea en términos de volumen, sino que fue a menos en los últimos doce meses. Y esto implica más dependencia del sector bancario y del crédito tradicional en lugar de acudir a los mercados en busca de financiación, lo que redunda a su vez en compañías de menor peso en bolsa y menos incentivos para dar el salto al parqué.
Sin embargo, que el dinero en los mercados haya caído en relación al crecimiento de la economía es un factor común en los principales parqués mundiales del mundo que recortan su bursatilización de media casi un 20% en el último año. Algo que no es de extrañar si recuerdan el desempeño de la renta variable en 2022. Si en 2021, un ejercicio pletórico para la renta variable, hubo once bolsas que superaban a la economía del país al cierre del año pasado solo seis casos ostentaron una bursatilización superior a uno; Wall Street (EEUU), la bolsa de Japón, Francia, Canadá, la bolsa sueca y la suiza. Además, al cierre del 2022 hay menos mercados financieros que levanten sus economías que en 2020 o en 2019 (año previo al impacto de la pandemia).
En líneas generales la brecha entre el PIB y la capitalización total en el parqué se ha abierto por ambos lados. Mientras el dinero salía de los mercados el crecimiento de las economías de los países con mayor notoriedad bursátil siguió al alza en 2022, según los datos recogidos por el Fondo Monetario Internacional hasta noviembre y con las previsiones de crecimiento de la institución desde ahí hasta el cierre de fin de año. Y esto a pesar de la ralentización del crecimiento que se descontó ya a partir del pasado año y que tontea con la recesión en el presente.
La pregunta que habría que hacerse es si al cierre del 2023 la busatilización recuperará valores de hace dos años o si ampliará esta diferencia aún más. Todo apunta a que será un año de escaso crecimiento del PIB mundial, según las previsiones del mercado y según las estimaciones que realizan desde el FMI o bancos centrales como la Fed o el BCE. En el otro lado de la balanza, se espera un buen desempeño por parte de la renta variable. Pero, aunque la renta variable sube en el año un 6,7%, según el índice MSCI World, se puede haber visto gran parte de las alzas de todo el año si no aparecen nuevos catalizadores. "El mercado de valores no es igual a la economía en 2023", sintetizó el director de relaciones con inversores de UBS, Jaime Raga, en referencia a que el crecimiento de los países no será parejo este año al desempeño de las bolsas.
Por ahora, Suiza sigue siendo el territorio con la bursatilización más alta del planeta, fruto de esa cultura financiera que caracteriza al pequeño país alpino. Pero si la capitalización bursátil total del país en 2021 superaba en más de tres veces a su PIB, al cierre del 2022 cayó hasta las 2,3 veces. El caso sueco se caracterizó en año de pandemia por mantener un crecimiento paulatino de su bursatilización que llegó a doblar la economía global. Getinge y AstraZeneca se echaron la mayor parte del trabajo a sus espaldas durante los años anteriores. Y como el país fue de los primeros en subir tipos de interés en Europa el valor de las acciones de su sector bancario dejó las primeras rentabilidades en 2021. Ahora cae de las más de dos veces de bursatilización a apenas una vez y media.
Wall Street, la gran perjudicada
No es ningún secreto que el mercado bursátil de referencia, Wall Street, se llevó uno de los peores golpes en el ejercicio pasado, en especial en los valores tecnológicos. Y a pesar de que la economía del país estuvo en quiebra técnica durante los dos primeros meses del año finalmente en 2022 su Producto Interior Bruto creció un 2,1%. Pero si la guerra de Ucrania y las subidas de tipos de interés provocaron el cierre de posiciones en renta variable en todo el mundo no iba a ser menos en Estados Unidos. Así, la bursatilización estadounidense es la más perjudicada al cierre del año pasado ya que en términos porcentuales retrocede un 41,7% con una bolsa que no supera a la riqueza nacional en más de dos veces. Una caída provocada por pérdida de más de 16,3 billones de dólares (billones europeos) en capitalización bursátil.
Rusia sigue de cerca al caso estadounidense pero sus consecuencias están ligadas a las sanciones impuestas por Occidente. Como medida para presionar a Putin a que cese su ataque sobre Ucrania los capitales se fugaron del mercado bursátil de Moscú.
El volumen de operaciones cayó en picado en el parqué moscovita mientras la economía del país a pasado a depender prácticamente de su capacidad para vender materias primas al extranjero mirando hacia Asia como única alternativa. Rusia no se caracterizaba por tener una alta cultura financiera pero con la guerra pasó a ser uno de las economías menos bursatilizada de entre los países más relevantes del mundo por su peso en la economía global. Falta por ver si el bloqueo occidental cumple su objetivo y asfixia a la economía del país lo suficiente como para que Putin capitule en Ucrania. Por lo pronto, los expertos valoran que el PIB ruso caerá un 2,9 tanto en 2023 como en 2024. La recesión en el país también está descontada, según el FMI, aunque en su caso amortiguan la caída hasta el 2,3%.
En 2022 la balanza se puso a favor del Producto Interior Bruto en India, Australia, Corea del Sur, Países Bajos y en el Reino Unido. Países en los que tradicionalmente se ha movido más dinero en el mercado del que es capaz de generar el propio país, a excepción de India donde la bursatilización ha ido a más año tras año pero fue en 2021 donde la bolsa se puso por delante. De hecho, India es el país más cercano a la media con una pérdida de bursatilización del 22%. Todo ello en un año en el que el cierre de China ha supuesto un empujón para india en el ranking mundial. Según FocusEconomics, India se situará en 2026 en el quinto puesto con un PIB de 5 billones de dólares y por delante del Reino Unido. Y el consenso recogido por Bloomberg estima que el país crecerá un 6,9%.
Más modesto será el crecimiento de la economía China, con un 5,1% para el ejercicio en curso según el mercado aunque hace apenas un mes las previsiones eran mucho más agoreras. Pero la reactivación de la economía china tras el fin de las políticas de Cero Covid dio esperanza al mercado a la par que evitó la recesión en la eurozona, por citar un ejemplo. Por el otro lado, la bolsa del gigante asiático (junto con la de Hong Kong) se anotó el año pasado un desplome similar al visto en Wall Street de modo que al cierre de 2022 el dinero invertido en el mercado chino representó la mitad del PIB nacional, el nivel más bajo desde 2019.
El 'aguante' de las emergentes
No se puede decir que la renta variable de las economías emergentes haya sido el refugio de los inversores en plena subida de tipos de interés en EEUU o Europa por sus altas tasas de inflación, ya que China y Rusia estuvieron fuera de juego. Pero la renta variable brasileña consiguió soportar el año, como demostró el principal índice bursátil del país que se anotó más de un 5% al alza. Y aunque la bolsa mexicana perdiera valor en 2022 su evolución fue mejor que la vista en los parqués europeos. Así, y aunque en ambos casos el Producto Interior Bruto sea muy superior a sus bolsas, en los dos casos se mantuvo la proporción sin grandes variaciones. Solo un país se comportó mejor en términos de bursatilización siendo además el único en ganar peso en el mercado en 2022.
La bolsa de Estambul se convirtió en el refugio de los inversores con el índice bursátil de referencia en el país subiendo un 124% en el año en euros. Si se calcula con la moneda local la subida es casi del 200%. Fue de esta forma la única vía para protegerse de la inflación en Turquía que al cierre del año se puso en el 85%. El dinero invertido en empresas turcas es mínimo en comparación con la riqueza que genera el país pero eso no impidió que su bursatilización haya subido casi un 145% hasta las 0,4 veces. No obstante, el mercado ve poco probable que la bolsa turca mantenga el ritmo en 2023. El selectivo Bist 100 retrocede en lo que va de año un 5,5% cuando la tónica habitual en enero entre el resto de índices fueron las alzas.
En los ejemplos europeos se puede extrapolar la regla de que a mayor cantidad de dinero invertido mayor fue la caída en bursatilización. En este punto la bolsa alemana se apunta la mayor fuga de capitales de su bolsa, perdió un 800.000 millones de euros al cambio actual. Es decir, pierde un 40% de su bursatilización en doce meses hasta el punto de que su economía real dobla al dinero invertido a 31 de diciembre de 2022. Francia, cuyo PIB es casi un 30% inferior que el de Alemania, se situó entre esas seis naciones en las que su riqueza se sitúa por debajo de la capitalización total de sus empresas cotizadas.
Y aunque España no sea una de esas regiones europeas que destaquen por su cultura financiera sí que supo defender mejor que sus pares sus cifras en bursatilización. Por debajo de la media, solo cayó hasta situarse en un ratio de 0,4 veces (46% de bursatilización respecto a su PIB estimado al cierre del 2022), por lo que sigue por delante de Italia -su mejor comparable tanto en economía como en volumen de dinero invertido en el mercado- y pierde menos que la misma.
Ahora, las previsiones para la economía de la eurozona en 2023 se debaten entre la recesión (caída del PIB común de un 0,1%) y el crecimiento nulo, según Bloomberg, mientras que en España el crecimiento sería del 1%, ya que su punto de partida está por debajo del resto y tiene mayor margen para recuperar lo perdido. Y en cuanto a la renta variable europea se descuenta un potencial del 15%, si se mira al Stoxx 600, según el mercado.