
Las bolsas de Europa no solo no han mostrado ningún signo de agotamiento comprador en las últimas horas que ponga en jaque la posibilidad de ver una continuidad alcista, sino que han dado persistencia a la renovada tendencia alcista que han protagonizado desde que empezó el nuevo año.
Ayer los principales selectivos del Viejo Continente registraron una nueva sesión de ganancias que da alas a aquellos inversores y analistas que creen que el EuroStoxx 50 puede alcanzar de un modo vertical la zona de resistencia que representan los altos del año pasado, en torno a los 4.415 puntos, que se encuentran a un 6,50% de distancia de niveles actuales.
"Si el S&P 500 logra batir ese rango resistivo no descarten un desacato en toda regla en las bolsas europeas, que lleve al EuroStoxx 50 a los máximos de 2022", afirma Joan Cabrero, analista técnico y estratega de Ecotrader.

Y en ese sentido, los índices norteamericanos se mantienen firmes en su intención de conseguir batir la directriz bajista que viene guiando de forma milimétrica la fase bajista durante el último año, que discurre por los 4.000 enteros en el S&P 500 y, también, de superar las primeras resistencias relativas que encuentra en los 4.100 puntos.
Clave en el devenir de los mercados en EEUU será la publicación este jueves del dato de crecimiento del PIB de Estados Unidos del último trimestre del año pasado, en el que se espera un aumento del 2,5%, inferior al 3,2% anterior.
Una desaceleración de la economía norteamericana que, si se constata podría abocar a la Fed a aflojar el ritmo de sus alzas de tipos. Esto es, al menos, lo que está adelantando el mercado con estas alzas bursátiles de las últimas sesiones. Y también lo constata el comportamiento del dólar.
De hecho, la divisa estadounidense retrocede frente a las siguientes diez divisas más importantes a niveles no vistos desde junio del pasado año