
La renta fija volverá a cumplir su papel en las carteras y, en opinión de los bancos de inversión, ofrecerá rentabilidades similares a las de la bolsa pero con menor volatilidad.
El Grito, el cuadro noruego de Edvard Much, simboliza un momento de profunda angustia, que podría asemejarse al que ha vivido el inversor en renta fija este año. El reajuste histórico que se ha producido en el mercado de bonos, ante el cambio de rumbo de los bancos centrales, ha provocado las mayores pérdidas en 50 años. En el caso de las de la deuda mundial han superado el 15%. Si se puede sacar una parte positiva a esta inédita situación es que las caídas en los precios han elevado la rentabilidad de un activo que vuelve a tener la capacidad de cumplir con su papel tradicional en las carteras por primera vez en décadas: el de diversificar y generar rentas. La mayoría de informes de los bancos de inversión coinciden en la misma idea y es que la renta fija parte como favorita para el año que viene porque podría ofrecer rentabilidades similares a las de la bolsa, pero con menor volatilidad.
A pesar de que el escenario incluye a Estados Unidos bordeando la recesión, y a la eurozona y a Reino Unido sucumbiendo a ella, "el punto de partida de los rendimientos, combinado con la expectativa de un ciclo de impago relativamente suave, significa que pensamos que la renta fija puede ofrecer fuertes rentabilidades a los inversores en 2023", explica Eoin Walsh, socio y gestor de carteras en TwentyFour Asset Management. En la última encuesta a gestores de Bank of America, publicada a mediados de mes, se reflejaba cómo, por primera vez desde 2009, los profesionales sobreponderan la renta fija en sus carteras.
"El terrible entorno que han transitado los inversores en bonos en 2022 proporciona cierta base para nuestro relativo optimismo de cara a 2023", coincide Johannes Müller, responsable de análisis macro para DWS. El principal riesgo para el inversor sigue estando en lo que ocurra con la inflación, en si sigue siendo estructuralmente más alta o si se desacelera, y también en cómo evolucionan las políticas monetarias de los bancos centrales el año que viene. Los expertos apuntan a que será necesario que estos sean delicados a la hora de subir los tipos, y también en reducir su balance de activos, la gran novedad de 2023.
"Pese a que, en nuestra opinión, aún falta para que dejemos atrás los peligros inflacionarios, estimamos que la inflación estadounidense caerá hasta un promedio del 4,1% en 2023. Y, aunque no pensamos que la Reserva Federal (Fed) vaya a abandonar rápidamente su política monetaria restrictiva esta vez, los mercados de bonos empezarán a descontar en los próximos meses posibles rebajas de tipos en 2024, lo que, a su vez, debería mejorar la rentabilidad total de los índices de renta fija gubernamental", señala este experto. "Además, prevemos una recesión suave, por lo que las primas de riesgo de los bonos corporativos no deberían elevarse mucho más de lo que lo han hecho este año", añade.
Flavio Carpenzano, director de inversiones de renta fija de Capital Group, también se muestra optimista. "A largo plazo, los rendimientos del inicio son simplemente la representación de la rentabilidad total futura. Así que si se empieza ahora con rendimientos del 9-10 % se podría esperar una rentabilidad similar a la de la renta variable con una menor volatilidad al invertir en clases de activos de renta fija, y eso es algo que no hemos visto desde hace mucho tiempo y que es positivo para 2023". Recuerda que muchos inversores se sintieron decepcionados por la correlación positiva entre los mercados de renta variable y de renta fija en 2022 (el precio de ambos cayó a la vez, algo poco usual), "pero en 2023 probablemente volveremos a ver la diferenciación, ya que los bonos finalmente proporcionarían protección a través de sus mayores rendimientos contra la volatilidad del mercado de renta variable", concluye.
Dentro del universo de la renta fija, entre los activos que parten como favoritos de cara al año que viene se encuentran la deuda pública americana, los bonos corporativos con grado de inversión, antes que el high yield, y la deuda financiera. Desde UPB Investment apuntan, no obstante, que la selección activa del crédito "es un factor clave para obtener rendimiento en las desaceleraciones cíclicas normales, y será aún más crítica en 2023 en la eurozona, ya que ésta ha experimentado su propia transformación".
Las oportunidades
Empezando por el escalón con menos riesgo, el de la deuda pública, la americana parte como favorita. "Seguimos prefiriendo los bonos del Tesoro estadounidense a la deuda pública de la eurozona", arguyen en Edmond de Rothschild AM. Desde Allianz especifican que esta deuda podría ofrecer las primeras oportunidades y empezar a parecer atractiva para los inversores que buscan rentabilidades a más largo plazo. "Los inversores esperan que se repita la pauta histórica de que los bonos del estado se comporten mejor que otras clases de activos cuando la inflación caiga desde los máximos", detallan.
En la misma línea, Eoin Walsh, socio y gestor de carteras en TwentyFour Asset Management, explica que aunque no esperan un gran repunte de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense desde la situación actual, "creemos que mantener los bonos del Tesoro a 10 años puede proporcionar a una cartera rentabilidad y equilibrio, así como ayudar a gestionar el riesgo a la baja si EE.UU. entra en una recesión más grave".
En Andbank, Alex Fusté, economista jefe, indica que serán muy exigentes al tomar posiciones en valores de deuda en dólares: "Únicamente lo haremos cuando el rendimiento del bono estadounidense a 10 años supere holgadamente el 4%, en particular tras haber examinado nuestras metas en relación con las próximas medidas que tomaría la Fed".
En deuda empresarial la postura que ha adoptado esta entidad también es de prudencia, "de modo que únicamente reforzaremos la cartera a ciertos niveles: a diferenciales por encima de 100 puntos básicos en bonos de alta calidad (con grado de inversión), que ofrecen rendimientos interesantes con una duración conservadora, y de 500 puntos básicos en los de alto rendimiento, cuya tasa de incumplimiento estimada para 2023 es baja, en la horquilla del 2,5%-3,5% según Fitch", detallan en Andbank.
La expectativa de rentabilidad para la deuda corporativa con grado de inversión ha crecido del 2,3%_de principios de año al 5,2% actual (ver gráfico). "Seguimos favoreciendo una sobreponderación en el crédito IG (grado de inversión), ya que un carry atractivo ayudará a amortiguar la volatilidad y los riesgos de unos diferenciales ligeramente más altos a corto plazo. Sin embargo, en el caso de los activos de mayor riesgo, como la renta variable y el crédito de alto rendimiento, nos mostramos reacios a perseguir este rally", expresa Thomas Hempell, responsable de macro y análisis de mercados en Generali Investment.
El otro segmento en el que los expertos ven oportunidades es de cara al año que viene es en el de la deuda del sector financiero. "Preferimos el sector financiero en la primera parte del año respecto al corporativo, ya que se beneficia de la subida de tipos, mientras que esperamos que los niveles de insolvencia se mantengan en niveles controlados", comentan en Renta 4.
En la misma línea, en TwentyFour AM indican que el sector financiero vuelve a ser una de las áreas en las que ven que persisten algunas de las oportunidades de valor más atractivas. "El sector AT1 tiene una beta elevada y creemos que es probable que persista la preocupación por las amortizaciones. Sin embargo, prevemos un estrechamiento razonable de los diferenciales durante el próximo año, con unos rendimientos actuales en torno al 8,5% a nivel de índice y superiores al 10% en bonos individuales, por lo que pensamos que este sector está bien situado para superar al crédito en general", explican. Además, "también creemos que existen oportunidades de valor atractivas a lo largo de la estructura de capital; la reciente emisión de Tier 2 ha ofrecido cupones del 7-8% en libras para los bonos con calificación de grado de inversión, lo que en nuestra opinión debería proporcionar fuertes rentabilidades a medio plazo", desarrolla.