
Una destitución, un paso atrás en el nuevo plan fiscal para el Reino Unido y un programa de compra de emergencia de deuda han sido necesarios para templar el ánimo de los inversores. El mercado ya descuenta que el Banco de Inglaterra (BoE) no se verá obligado a acelerar su subida de tipos de interés ante una situación descontrolada en la economía del país.
Ahora, con el mercado de deuda estabilizado, se espera que el tipo de referencia en el Reino Unido alcance el 5% para marzo del año que viene cuando hace unos días se daba por seguro que se alcanzaría ese porcentaje tras la reunión de diciembre. Sin embargo, aunque en las tres próximas citas del banco central del Reino Unido se esperen 25 puntos básicos menos de subida (250 puntos en total frente a los 275 que se descontaban la semana pasada) el salto que se prevé para la reunión de noviembre será de un punto porcentual entero, según Bloomberg.
Y aunque se desecha la idea de ver dos subidas consecutivas de 100 puntos básicos por la mayor parte de las firmas de análisis, no se producirán incrementos inferiores a los 50 puntos básicos hasta conseguir ese 5% de referencia.
El Banco de Inglaterra puede rebajar la agresividad de su retórica gracias también a que las compras han vuelto a los bonos del Reino Unido después de varias sesiones convulsas en las que la rentabilidad del bono a 10 años se disparó por encima del 4,5%. El mismo patrón se vio en el gilt a 30 años que cerró este lunes el mercado europeo en el 4,3%. Gracias a su programa de emergencia de compra de bonos durante las dos semanas pasadas -en el que se destinaron 19.250 millones de libras en compra de activos- el BoE revirtió la situación. Además, la institución se abre a empezar a vender deuda corporativa a partir del 24 de octubre, una semana antes de lo anunciado previamente.
Pero no todo el mérito de contentar a los inversores pasa por la intervención del mercado del Banco de Inglaterra. El Gobierno de Liz Truss ha dado un giro de 180 grados al pasar de una propuesta fiscal con la mayor rebaja fiscal en casi medio siglo a un plan más restrictivo. El mercado penalizó las medidas fiscales anunciadas por el ministro de Economía -ya cesado- Kwasi Kwarteng y su sucesor, Jeremy Hunt, presentó este lunes un programa contrario al anterior que incluye la subida del impuesto de sociedades del 19% al 25%.
No obstante, y aunque la coherencia entre la política de Downing Street y la del Banco de Inglaterra se haya mostrado como convincente, el analista de Citi, Benjamin Nabarro, considera que deberán venir más cambios fiscales para que la estabilidad que existe en el mercado de deuda del Reino Unido se mantenga más allá del corto plazo.