Una de las aparentes paradojas que depara el mercado regularmente toca de lleno al petróleo. Los ecos de una pronta recesión que haga disminuir la demanda de crudo (mención especial al caso de China) se han notado recientemente en los precios. Aunque el barril de Brent, el de referencia mundial, repunta este miércoles por los nuevos anuncios de Rusia respecto a la guerra en Ucrania y gana en lo que va de año un 19%, en los últimos tres meses se ha dejado más de un 15%. Esto contrasta con el rendimiento en bolsa de las petroleras, especialmente en Wall Street, resistiendo en pie pese a este retroceso en la materia prima.
El mejor ejemplo se puede apreciar en el fondo cotizado de energía XLE. Dentro de este ETF volcado hacia el petróleo aparecen importantes firmas que presentan un rendimiento en los últimos tres meses notablemente mejor que el del barril de Brent: Exxon Mobil (+5,2%), Chevron (+5,69%), Marathon Petroleum (+9,14%) o Valero (-5%). El propio ETF repunta más de un 7% en los últimos tres meses y se deja 'solo' un 1,9% en el último mes.
Hay varias razones por las que las petroleras han logrado desvincularse en bolsa de los ajustes del precio del crudo, en un complejo contexto actual, en el que se mezclan factores geopolíticos y económicos. Ben Laidler, estratega de mercados de eToro, constata que "las acciones petroleras han sido resistentes a la caída de los precios del petróleo, dadas sus valoraciones baratas y con precios actuales aún muy por encima de cuatro veces el coste medio de producción".
Las grandes petroleras son una cobertura atractiva contra el riesgo de precios del petróleo 'más altos por más tiempo', con el enfoque actual en el riesgo de recesión y la curva de futuros de petróleo retroactiva que subestima los grandes impactos potenciales en la oferta, considera el analista. Estos, señala, van desde un final cercano de las ventas de reservas estratégicas de EEUU hasta una actividad de perforación baja sostenida y el inminente embargo de Rusia por parte de Europa. El experto también señala riesgos que van más allá del petróleo: "La caída del crudo es un ancla clave para la inflación global, especialmente porque otros precios, desde la vivienda hasta los salarios, son frustrantemente rígidos".
Laidler encuentra hasta cuatro impulsores clave de esta tendencia. En primer lugar, comienza, EEUU se acerca al final de sus enormes ventas de reservas estratégicas, con 165 millones de barriles de los 180 millones previstos. El enfoque cambiará a la reconstrucción de estas reservas a largo plazo desde mínimos de 38 años. En segundo lugar, la perforación global sigue baja y todavía está un 50% por debajo de sus máximos anteriores.
El tercer aspecto pasa por el embargo de Europa del 5 de diciembre sobre las importaciones de petróleo de Rusia, que se ajustará buscando 1,5 millones de barriles diarios en otros lugares. El cuarto es que los mercados de futuros del petróleo están fuertemente corregidos, con precios positivos.
El equipo de materias primas de Bank of America (BofA) coincide en parte con esta perspectiva. "El PIB mundial se expandirá solo un 2,5% el próximo año, por lo que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo debería ralentizarse aún más. El menor crecimiento se produce justo cuando el fuerte viento en contra del dólar y la subida de los tipos de interés están a punto de afectar negativamente a la demanda de petróleo en los próximos meses. Sin embargo, no esperamos un gran retroceso de los precios del petróleo, ya que la OPEP+ acaba de dar la primera señal de recorte de la producción por encima de los 90 dólares el barril. Las declaraciones de que la Reserva Estratégica de Petróleo de EEUU podría empezar a llenarse a 80 dólares el barril de WTI Texas también deberían apoyar los precios del petróleo. Así pues, a medida que la capacidad excedente disminuye y la inversión se retrasa, creemos que los 80 dólares el barril son ahora los nuevos 60 dólares para el Brent", escriben en una nota.
¿Y la traducción en bolsa? Ya antes del verano, Lance Roberts, estratega de Real Investment Advice ponía énfasis en este rendimiento de las petroleras. "No es ningún secreto que Exxon y el sector energético, en general, han sido los que mejor han capeado la reciente tormenta del mercado. Los altos precios de la energía ciertamente están ayudando a Exxon y a otros, pero es crucial proporcionar un contexto para el reciente rendimiento superior", apuntaba.
El analista incluía un gráfico en el que se mostraba que las acciones de Exxon estaban ligeramente por detrás de la rentabilidad del S&P 500 a pesar de la reciente subida. "Aunque la energía puede haberse adelantado un poco a sí misma en los últimos meses, hay potencialmente mucho más recorrido relativo si sigue alcanzando a los mercados más amplios a largo plazo", remataba.
Trazando el mismo gráfico con el ETF XLE y el S&P se puede apreciar la misma tendencia: las valoraciones son baratas. El PER (veces que el precio de la acción recoge los beneficios previstos) estimado para 2022 es de 7,33 veces para Exxon, 8,28 para Chevron o 4,47 para Marathon, múltiplos mucho más modestos los del S&P 500 (17,16 veces).
Pero hay más. Para Laidler, una razón fundamental de esta resiliencia reside en el aumento de las previsiones de beneficios, un 8% más desde el comienzo del tercer trimestre, mientras que el crudo ha caído un 25%, ya que las acciones nunca cotizaron a 120 dólares el barril de petróleo. El consenso prevé ahora un crecimiento de los beneficios del 150% este año frente al 8% del S&P 500 más una considerable rentabilidad por dividendo del 3%.
Según el experto, los precios actuales del petróleo representan múltiplos de 20 dólares el barril a coste medio de producción y los productores ven 90 dólares el barril como un precio "mejor" y más sostenible que 120 dólares. Además, añade, la energía es la tercera más barata de las 30 industrias de EEUU con un PER adelantado de nueve veces los beneficios, solo ligeramente por delante de las empresas de telecomunicaciones y los bancos.
"Unos múltiplos que nunca cotizaron los máximos del petróleo; unas valoraciones atractivas en términos relativos y cambios tanto estructurales como a corto plazo en la producción son factores que explican la situación y que llevan a la conclusión de que las grandes petroleras son una cobertura atractiva contra el riesgo de precios del petróleo", concluye el experto de eToro.