Victoria Fernández, jefa de estrategia de mercado en la firma de inversión Crossmark Global Investments, con sede en Texas, resumía con acierto esta semana lo que está ocurriendo en esta parte del mundo: "La gente no sabe hacia dónde se dirige la economía", contaba la experta en unas declaraciones recogidas por Bloomberg. "¿Vamos a entrar en recesión? ¿No? ¿Va a ser una recesión corta? ¿Va a ser una recesión profunda?", se preguntaba. "Por eso estamos viendo tanta volatilidad en el mercado. La gente no tiene una dirección clara ahora mismo".
Tras el parón estival provocado por las vacaciones y el repunte del consumo en esta época del año, hay quien le teme al mes de septiembre, pues ve en el último trimestre del año una parálisis importante de la economía.
Esta semana, el dato de inflación de junio en los Estados Unidos alcanzó el 9,1% -algo que no se veía desde 1981- y dio lugar a la especulación sobre si la Reserva Federal volvería a subir los tipos de interés, pero esta vez 100 puntos básicos de golpe. En la Unión Europea, el crecimiento del PIB se ha recortado al 2,6% y se prevé que el año acabará con una inflación en el 8,3%.
"Pensamos que en el cuarto trimestre se tiene que empezar a reflejar el impacto de la pérdida de capacidad adquisitiva sobre el consumo y el impacto de todas estas incertidumbres [encarecimiento de costes, problemas de suministro] sobre la inversión empresarial", explica María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas, centro de análisis dedicado a la investigación económica y social.
La experta se refiere en especial a España, donde observa que los indicadores economicos no han ido "nada mal hasta ahora" y recalca que durante el segundo trimestre se ha creado mucho empleo y la actividad en los servicios "ha ido muy bien, sobre todo en la hostelería". Desde Funcas, señala, "en nuestro escenario central no consideramos una recesión salvo que haya un desabastecimiento energético importante", dice en relación al gas y el petróleo.
Aun así, si el Brent se mantiene en los precios actuales, hasta marzo de 2023 no empezará a ser desinflacionista, como publicó este periódico hace unos días. Las previsiones del mercado recogidas por Bloomberg estiman que para el trimestre que se cierra en septiembre de este año se encontrará el primer cuarto en el que el petróleo perderá fuerza por primera vez desde que estalló la crisis del coronavirus. No obstante, y aunque el pronóstico es de que cierre septiembre con un promedio por debajo de los 100 dólares, seguiría estando por encima de lo indicado al inicio de 2022, en el entorno de los 80 dólares.
"Yo creo que en septiembre, con un precio del crudo por debajo de 100 dólares, caída del precio de las materias primas... podríamos ver un dato de inflación de agosto algo menor. Aunque la inflación en agosto no baja por el tema de las vacaciones en el hemisferio norte, confio en que tengamos un buen dato de inflacion en agosto o en octubre", sostiene Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión SGIIC.
¿Se aproxima el mundo a una recesión? Según Blanquer, "el crecimiento mundial negativo no es posible. Tenemos todavía un crecimiento en China, aunque sea menor, del 4 o 5%. Ten en cuenta que Japón no está teniendo inflación, no está subiendo tipos". Y añade: "el punto de inflexión en el mercado va a ser un dato de inflación mejor de lo esperado [en EEUU]". Sin embargo, la foto es distinta en Estados Unidos y Europa, donde "creo que es probable que nos metamos en una recesión". El patrón de Tressis subraya que la Reserva Federal está dispuesta a sacrificar el crecimiento ahora para luchar contra la inflación por medio de la subida de los tipos de interés.
"A nivel economía real, va a venir un parón importante: el consumo va a bajar mucho, creo que va a empezar cierta caída del sector inmobiliario... Creo que se va a empezar a descontar lo que la bolsa ha descontado estos ultimos meses", recalca Blanquer.
Lo que sí ven algunos expertos es una diferencia considerable entre lo que ocurriá a ambos lados del Atlántico. En Estados Unidos, "la recesión que se va a producir es una recesión puntual, con poca duración, porque -primero- ya se han subido con suficiente contundencia los tipos de interés, las tasas de inflación ya han empezado no a descender pero sí a estabilizarse en torno a los niveles actuales, y eso hace que sea inevitable que se produzca una recesión puntual, que se está intentando provocar para enfriar la demanda y que los precios dejen de estar tensionados por el incremento de la demanda", apunta con mucha pedagogía el economista Javier Santacruz.
¿Y Europa? El experto se lamenta de la tardanza del BCE en subir los tipos como ha hecho la Fed. "En el caso de Europa, dudo que se vaya a producir una recesión ahora, que se producirá, pero dentro de un año o a principios de 2023, porque vamos con mucho retraso con las subidas de tipos de interés", asegura Santacruz.
El economista alerta de lo que puede estar por llegar: "Vamos a reaccionar ahora muy poquito, simplemente con un par de subidas de un cuarto de punto, que es lo que el BCE tiene proyectado, y eso es un problema de primera magnitud porque lo que estamos haciendo no es controlar la inflación, es dar una patada hacia delante, y cuando la inflación por sí misma se empieza a controlar es cuando los Estados y los bancos centrales se van aponer nerviosos, sobrerreaccionarán y es cuando se provocará una recesion mucho mas prolongada y mucho más intensa".
Jacobo Blanquer también cree que la recesión será "relativamente corta" y apunta a dos motivos: el aumento de la inflación por la subida de los precios de las materias primas y la energía, y un cambio en la política monetaria mundial, que ve como algo necesario. "Hemos vivido años en una situación que es irreal con tipos de interés por debajo de cero. Eso es un contra natura. Tal y como está montado el mundo, ni los fondos de inversión ni los planes de pensiones ni las aseguradoras están hechos para tipos de interés negativos", explica el CEO de Tressis. "Estamos volviendo a lo que es la normalidad; y esa vuelta a la normalidad lo que va a provocar es una recesión de corto plazo".
La felicidad engañosa del verano dará paso a un cambio de tercio. "A partir de septiembre vamos a ver aflojar mucho las tasas de crecimiento, pero no es un abismo", puntualiza Santacruz. "Lo vamos a ver en el último trimestre del año, sobre todo cuando se paralice en las economías occidentales el gran crecimiento del consumo de las rentas medias y altas. Ocurrirá mas en 2023, porque mientras tanto las medidas fiscales siguen siendo expansivas -no hay más que ver las recomendaciones de la Comisión Europea-", añade el economista.
Y a todo esto, ¿qué sucede en el continente asiático, en particular en China? ¿También hay riesgos de recesión allí? "Aunque ha tenido que paralizar gran parte de la economía para aplicar esa política [de Covid cero], nuestra hipótesis es que China puede resurgir este mismo año. Las autoridades han conseguido controlar el Covid, pero todavía están poniendo en marcha numerosas medidas, por lo que aún queda bastante camino por recorrer. Mientras tanto, la actividad económica es muy débil y China no está contribuyendo mucho al crecimiento mundial", explicaba en una nota Keith Wade, economista jefe de Schroders.
No obstante, indica Javier Santacruz, China tiene la inflacion "muy controlada, porque con los confinamientos de Shanghái y todos los episodios de enfriamiento de la demanda han conseguido calmar mucho los precios". De este modo, advierte, tanto sus medidas de politica monetaria como sus medidas fiscales van a ser menos intensas: "No van a condicionar tanto el crecimiento".
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