Nada más comenzar la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el bitcoin y el resto de criptomonedas cayeron con fuerza como buenos activos de riesgo. La primera lectura era que habían perdido una gran ocasión de reivindicarse como activos refugio en un contexto de inestabilidad. Sin embargo, en los últimos días y, especialmente, en las últimas horas, la sinfonía parece haber cambiado. Anoche el bitcoin repuntaba de golpe y pasaba en pocos minutos de situarse por debajo de los 42.000 dólares a rebasar los 44.000. En la misma y breve franja de tiempo, el ether, segunda mayor criptodivisa, pasaba de 2.800 dólares a rozar los 3.000. El motivo aparente: Moscú prohibía a sus ciudadanos transferir divisas al extranjero y se abría un interesante horizonte para las 'criptos'.
El decreto firmado por el presidente Vladimir Putin ordena prohibir a partir de este martes realizar "operaciones de cambio relacionadas con la provisión por parte de residentes a favor de no residentes de moneda extranjera" y "transferir moneda extranjera a cuentas abiertas en bancos y otras organizaciones del mercado financiero fuera de Rusia". También ordena a las empresas con actividades económicas en el extranjero en el marco del comercio exterior convertir el 80% de sus ingresos en rublos. Estas medidas seguían a la decisión del banco central ruso de subir repentinamente los tipos de interés del 9,5% al 20% para proteger al rublo.
Rusia responde así al endurecimiento de las sanciones financieras impuestas por EEUU, la UE y sus socios. Además de excluir a algunos bancos rusos del sistema de pagos interbancarios SWIFT, la medida más dura es la de congelar las reservas del Banco de Rusia en EEUU y Europa. Esto supone de facto que quedan inmovilizados los activos rusos en todo el mundo. Se estima que hay 630.000 millones de dólares en reservas rusas a las que ya no podrá acceder Putin para venderlas y fortalecer el rublo.
Además de impulsar su propio sistema de pagos interbancarios, el SPFS (Sistema para la Transferencia de Mensajes Financieros), y de escudarse en el de China, el CIPS (Sistema Internacional de Pagos de China), Rusia tiene ahí el recurso de las criptomonedas para sortear las sanciones occidentales. El ejemplo se lo da la propia Ucrania. Nada más decretarse las primeras restricciones monetarias por parte de Kiev tras la agresión rusa, sus ciudadanos se volcaron sobre las criptomonedas. Prueba de ello fue el ingente comercio en algunas plataformas en torno a la stablecoin Tether, vinculada al precio del dólar.
Aunque enfrentados en el tapete geopolítico, tanto Ucrania como Rusia han dado pasos legislativos en favor de las criptomonedas. Si poco antes de la invasión Kiev sacaba adelante una norma para legalizar el bitcoin, días antes de desencadenarse el enfrentamiento, Moscú pulía un proyecto de ley para regularizar a la principal criptodivisa y anteriormente se había mostrado favorable a incrementar la actividad de minería de criptomonedas el país. El estallido del conflicto, por desgracia, puede suponer un importante impulso en este campo. Esto explicaría las recientes subidas, expuestas no obstante a nuevas correcciones según evolucione la situación.

"El banco central ruso tendrá dificultades para encontrar contrapartes si interviene para apoyar el rublo, a menos que venda billetes de dólar en las esquinas. El comercio se ha visto afectado por las preocupaciones en torno al sistema de pagos (aunque el mayor socio de Rusia, China, dijo que espera comerciar con normalidad). Los precios de las criptomonedas subieron cuando se prohibió a los rusos mover dinero al extranjero: el claro papel de las criptomonedas como sistema de pago ilegal puede acelerar la regulación", sintetiza en su comentario diario Paul Donovan, estratega de UBS GWM.
"Los aliados occidentales están imponiendo sanciones y restricciones más duras a los bancos rusos y eso está reforzando el argumento de los productos blockchain que competirán con la red SWIFT. El bitcoin y todas las principales altcoins están subiendo hoy, ya que los inversores se dan cuenta de la probabilidad de que haya inversiones masivas en DeFi tras la última ronda de sanciones rusas", constata Ed Moya, analista sénior de Oanda.
Sin embargo, no todo será tan fácil. "La Casa Blanca y el Tesoro de EEUU también quieren dificultar que los rusos utilicen las criptomonedas para sacar su dinero de Rusia. El hecho es que algunos rusos ya lo han hecho y ahora se quedarán atascados hasta que se eliminen las sanciones, porque no quieren arriesgarse a ser atrapados y perder toda su inversión en cripto", adiverte Moya.
De acuerdo se muestra el veterano y multimillonario inversor Mark Mobius, quien 'compra' que el reciente repunte del bitcoin puede atribuirse a que los rusos están entrando en la criptodivisa. "Yo no sería un comprador, pero si fuera un ruso sería un comprador", ha afirmado Mobius en una entrevista en la CNBC. "Diría que esa es la razón por la que el bitcoin ha mostrado fuerza ahora: porque los rusos tienen así una forma de sacar dinero, de sacar su riqueza", considera el socio fundador de Mobius Capital Partners. Si no fuera por el bitcoin, expone Mobius, los rusos estarían "realmente en problemas con todos los cierres de las diferentes vías para que puedan transferir dinero fuera".
No pocos actores del mercado habituales defensores del bitcoin como cobertura, especialmente contra la inflación, por lo que lo llaman 'oro digital', ven con optimismo estas señales y llaman a romper la narrativa de que el bitcoin y sus pares son activos de riesgo. Adam Farthing, director de riesgos para Japón de la empresa de comercio de criptomonedas B2C2, explica en Bloomberg que, ante esta coyuntura, el bitcoin podría "desvincularse del riesgo" y empezar a cotizar más como una cobertura contra la inestabilidad geopolítica y la inflación.
"El bitcoin puede beneficiarse de parte de la inestabilidad que probablemente caerá sobre el dólar y el euro" como resultado del empeoramiento de las tensiones internacionales, coincide Louis Curran, socio gerente de Gigabyte Investment.
"El bitcoin se acerca a la resistencia psicológica de los 45.000 dólares, máximos del pasado mes de febrero y que podría perforar en las próximas horas si continúa al alza la demanda de la criptomoneda. En la misma tesitura tendríamos al ether, cuyo precio se encuentra negociando en la directriz bajista de medio plazo y que podría darle impulso hacia la zona de los 3000 dólares, una zona de vital importancia para la criptomoneda", señala Diego Morín, analista de IG.