
El hecho de que el Estado vaya a aumentar un 10% su participación en Indra fue ayer pasto de bajistas en la bolsa donde no gustó el aumento del control en manos públicas. Sus acciones se desplomaron un 9,4% –aunque la volatilidad fue tal que llegó a subir un 1,6% en la misma sesión en la que su mayor caída llegó al 10%–. Después de alcanzar la autorización este martes del Consejo de Ministros, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), holding público dependiente del Ministerio de Hacienda, pasará de una participación del 18,75% hasta el 28%. La cuestión es cómo.
Normalmente, este tipo de operaciones se realizan a través del intercambio de grandes paquetes accionariales entre el inversor que entra por el que sale. Corporación Financiera Alba, que controla actualmente un 3,2% del capital de Indra, ha mostrado públicamente en varias ocasiones su intención de desinvertir totalmente en la compañía. Fuentes del mercado, sin embargo, aseguran que "no ha se producido ninguna negociación ni acercamiento con el Estado" y que, en caso de vender, esta decisión se ceñirá, exclusivamente, a una lógica financiera. Fidelity, que cuenta con el 13,7% de Indra (9,8% a través de la gestora), podría ser otro posible vendedor (ver gráfico).
Para Iván San Félix, analista financiero de Renta 4, este mayor control por parte de consejeros provenientes del Gobierno sobre la compañía dirigida por Marc Murtra es "negativa". Así, aunque el experto señala la posibilidad de que esta mayor presencia "pueda traducirse en la consecución de nuevos contratos (principalmente en Defensa)", valora negativamente esta noticia desde "el punto de vista de la gobernanza". "Podría provocar un giro en la estrategia de la compañía. En nuestra mente está el interés del Gobierno de que Indra participe en un consorcio para entrar en el capital de ITP Aero, una entidad que creemos que no aportaría valor a Indra", desarolla San Félix.
Una opinión que comparte Manuel Lorente, analista de Mirabaud Equity Research España, que indica que "más allá del potencial impacto positivo en el mercado de la toma de participaciones, esta es una mala noticia para Indra, ya que aumentará el control del gobierno sobre la compañía, y con ello, el riesgo de que una agenda política prevalezca sobre las condiciones normales del negocio".
Víctor Peiro, director de análisis de GVC Gaesco Valores, cree que este aumento de peso tiene "luces y sombras": "A corto plazo se puede ver como un impedimento para una opa de un tercero, en un momento en el que el sector está en consolidación. Sin embargo, no pensamos que una opa no pactada con el Gobierno se pudiese hacer, sea cual fuese la participación de éste". Además, el experto indica que "la entrada puede significar que Indra finalmente participe en la compra de ITP en un grado u otro. Mirando a medio plazo, no se puede descartar que la empresa se divida en dos entidades, una de defensa, con un peso importante del estado y otra de IT y consultoría".
Pero no todas las opiniones bailaron en la misma sintonía. Desde Bankinter consideran que es una "buena noticia" para Indra que la Sepi eleve su peso en la compañía. Una decisión que anima a la entidad financiera a cambiar su recomendación, y pasan de colgar el cartel de vender al de comprar –la misma que mantiene el consenso de Factset–. "Consideramos que el incremento de la participación de la Sepi debe pasar por compras de acciones en mercado y es previsible que la compra de un paquete de acciones tan elevado pueda tener un impacto en mercado significativo", justifican. No obstante, esta valoración estaría sujeta a la publicación de resultados de la tecnológica, prevista para el cierre del miércoles: "Esperamos que sean positivos [los resultados ] y por tanto podrían suponer también un catalizador para la cotización", finalizan.
Vuelve a beneficios, con 143 millones
Indra regresó en 2021 a beneficios, tras ganar 143 millones de euros, frente a pérdidas de 65 millones de 2020; y es, asimismo, un 20% superior al resultado pre-Covid de 2019. Los ingresos crecieron un 11,4%, hasta los 3.390 millones de euros, con una cartera de pedidos de 5.459 millones de euros (un 4,4% más que hace un año); en ambos casos lograron cifras históricas. La firma, participada por el Estado, distribuirá con cargo a 2021 su primer dividendo en siete años. Lo hará en julio, por un importe de 0,15 euros y una rentabilidad del 1,8%.
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