Bolsa, mercados y cotizaciones

Qué compañías saldrán o abandonarán la bolsa en 2022

Foto: Dreamstime

Con la campanadas de Año Nuevo llegan los balances, los propósitos y los objetivos, también para los inversores, que ven en cada paso de curso una nueva oportunidad de mejorar sus rentabilidades pasadas y, para ello, no solo hay que tener en cuenta los activos que ya son invertibles sino también las nuevas posibles cotizadas y, también aquellas que pueden dejar de correr.

Este año que está a punto de pasar su última página ha dejado varias salidas a bolsa en España, como la de Línea Directa, Acciona Energía y Ecoener, y muchas otras operaciones frustradas por distintos motivos. Algunas de estas últimas pueden ser los próximos coches en salir a carrera. Un ejemplo es el de Ibercaja. Todo apunta a que tocará la campana en la primera parte de 2022, y lo hará con una horquilla en su valoración amplia, que llega hasta los 2.100 millones de euros, pero que partiría en cerca de los 1.200. Cuenta con 58.163 millones en activos -prácticamente la mitad que Unicaja y una cuarta parte de Sabadell, sus dos comparables directos- y un beneficio que cerró el tercer trimestre en 146 millones. La entidad debe cumplir antes de que finalice 2022 con el mandato de Bruselas para que la Fundación, que controla hoy el 88%, reduzca su poder por debajo del 50%.

Repsol, Eni y Enel sacarán sus negocios de renovables a mercado, siguiendo los pasos de acciona

De cara a este ejercicio, parece bastante probable, además, que Windar salga a bolsa, con una valoración próxima a los 800 millones, después de haberlo cancelado en otoño ante la volatilidad del mercado. De las que se sabe poco es de las firmas de energía que el año pasado se agolparon para salir a cotizar y, tras el desplome de sus valoraciones, poco se sabe de ellas. Capital Energy amagó con su OPV/OPS, pero no se ha vuelto a hablar de ello; Opdenergy parece haber retomado sus planes y Factorenergia los habría aplazado. De Glovo poco se sabe ya, pero no parece probable ver una OPV en el corto plazo, como tampoco de Primafrio, que optó por esperar a un mejor momento para colocar un 25% de su capital, valorado en unos 1.300-1.600 millones de euros. Otros, como Restaurant Brands Iberia y Food Service Project se echaron a los brazos del capital privado.

Además de las que se quedaron a las puertas de producirse este año, hay otras operaciones internacionales que ya han sido anunciadas y que a todas luces se darán en 2022. Una de ellas será la filial de productos de consumo de Johnson & Johnson, que dejará a la matriz focalizada en su core, que es el negocio farmacológico tradicional. Otro caso es el de General Electric, que ha explicado ya una futura división en tres compañías: la de aviación, la de salud y la de energías renovables. ATT, en su caso, ha decidido escindir WarnerMedia (HBO) y unirla a Discovery.

Quizá uno de los sectores en los que puede verse más actividad corporativa en este sentido es en el de las eléctricas. Más concretamente, en la generación de energías renovables, vórtice del huracán verde ya ha estallado. De este incremento del apetito inversor se quiere aprovechar Eni, que ya ha anunciado la intención de sacar a bolsa su negocio de energías limpias y movilidad, bajo la marca Plenitude y colocar un 30% de su capital en los parqués. La italiana Enel también ha sugerido un movimiento en este mismo sentido, al colocar su marca Enel X (negocio de servicios energéticos avanzados y movilidad eléctrica) como una opción muy clara para sacar a bolsa en los próximos meses. También en España esta estrategia está a la orden del día. El caso más reconocido es el de Repsol, que lleva cerca de un año demorando una venta y salida a bolsa de su filial de renovables. A comienzos de diciembre, no obstante, reafirmaron sus intenciones de hacer un spin off y vender a los inversores interesados un 25% de este negocio, el cual podría alcanzar una valoración de 4.000 millones de euros. Por último, y quizás la salida a bolsa más dudosa, estaría Iberdrola, la cual se dio en octubre un año para decidir si vendía y sacaba a cotizar su negocio de generación eléctrica eólica marina (offshore), con el objetivo de financiar el crecimiento en este sector sin incurrir en mayores deudas.

Solarpack y Zardoya Otis abandonarán la bolsa y quizás Siemens Gamesa si se produjera una opa de la matriz

Ya en el terreno más brumoso, el de la rumorología, durante los últimos meses se han mencionado otras posibles operaciones que sumarían más opciones para los inversores. Entre ellas estarían un posible retorno al parqué de Abertis tras dejar de cotizar en 2018, aunque para esto, por contrato, habrá que esperar a 2023. Parecida es la historia de MásMóvil, que fue adquirida por los fondos KKR, Cinven y Providence y que, posteriormente, se hizo con Euskaltel. Este nuevo grupo podría ser una de las opciones más claras de salida a bolsa cuando el capital privado decida desinvertir en el cuarto operador español, a menos que la consolidación del sector en España vaya a más, como también se ha especulado en los últimos meses. Por último, podríamos asistir a una de las primeras empresas cotizada de autobuses eléctricos y de hidrógeno si, tal y como se ha barajado en las últimas semanas, CAF saca a bolsa su filial polaca Solaris, si bien es cierto que no tiene por qué ser en el parqué español, pese a que la matriz sea la vasca. Por el contrario, hay firmas que dejarán de cotizar próximamente, como ha pasado con Solarpack y, en pocas semanas, previsiblemente, con Zardoya Otis. A estas, se podría unir en un momento dado Siemens Gamesa, si finalmente se da la posible opa de su matriz.

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