Decir que Grifols se desangra quizá sea caer en el chiste fácil. No obstante, la compañía no pasa por su mejor momento. La empresa dedicada a la producción de hemoderivados, como el plasma, ha perdido este jueves un 3,12%, aunque lo más relevante es que vuelve a estar por debajo de los 18 euros por acción por primera vez desde el 18 de enero de 2017.
La compañía, con una deuda que se situará en torno a los 5.977 millones de euros al cerrar 2021 según los analistas en Factset, ha firmado un acuerdo con el fondo soberano de Singapur (GIC) para que invierta 1.000 millones de euros en la filial del grupo, Biomat USA.
A cambio, GIC se queda con una participación de esta filial en acciones preferentes. Esta operación ha disgustado a los inversores que como el analista de Renta 4 Álvaro Arístegui estiman que, aunque los fondos "vaya a reducir la deuda, generará nuevos compromisos de pagos".
Aunque algunos expertos han actualizado en la jornada de ayer el precio objetivo de Grifols a la baja, el consenso de los analistas en Bloomberg lo mantiene muy por encima de su cotización real, concretamente en los 26,92 a doce meses y con un potencial del 51%.