
Bitcoin, ethereum, dogecoin... Miles de criptodivisas han surgido en los últimos años a rebufo del avance tecnológico y de diversas teorías de la conspiración contra el sistema capitalista centralizado. Pero aunque estos tokens se han convertido en un producto para especular, la volatilidad que les ha caracterizado no es apta para todos los corazones. Por eso recogemos otras posibilidades para apostar por el auge de estos activos de formas mucho más tradicionales y sin necesidad de comprarlos.
Fondos cotizados
Ha costado años, pero ya están en Wall Street los fondos cotizados (ETF) de futuros ligados al Bitcoin. El ProShares Bitcoin Strategy debutó en Wall Street hace dos semanas bajo el ticker BITO recabando más de 1.100 millones de dólares en inversiones en apenas dos días. Poco después llegó Valkyrie Bitcoin Strategy (ticker BTF).
Además, la gurú de la inversión tecnológica, Cathie Wood, y su compañía Ark Invest han solicitado la aprobación al regulador de su propio fondo vinculado a los futuros de esta criptomoneda. Otras firmas también han pedido el visto bueno a sus propios ETF.
Al margen de esto, fuera de EEUU hay otras posibilidades. Canadá cuenta con su ETF del bitcoin desde febrero, y además desde hace un mes la bolsa de Toronto cuenta también con un fondo cotizado que incluye también al ethereum (ticker ETC). En Europa podemos encontrar otros como el de Jacobi Asset Management o el de Melanion Capital. Además, aunque la mayoría de ellos operan con futuros, otros compran la criptomoneda y cotizan en consonancia. Por tanto, al inversor no le van a faltar opciones.
Sin embargo, los analistas recuerdan que sigue sin ser un producto para cualquier tipo de inversor. En este sentido, recuerdan que la compra de un ETF implica el pago de una comisión anual (del 0,95% en el caso de los dos fondos que ya están cotizando), lo que puede suponer un lastre para quienes quieran mantener su inversión a largo plazo.
Por ello, el inversor que quiera mantener esos activos mucho tiempo debería plantearse la posibilidad de comprar directamente la criptomoneda ya que, aunque pague la comisión de compra en ese momento, ya poseerá el activo y no incurrirá en más gastos en ese periodo a varios años vista.
Pese a todo, hay que considerar también otros riesgos adheridos a la posesión de las criptos, como perder la contraseña del monedero virtual o ser hackeado y robado.
Inversión en compañías especializadas
El otro gran camino para apostar por las criptomonedas es adquirir acciones de compañías con una actividad económica ligada a estas o bien con un alto nivel de exposición a las mismas.
La opción más evidente es Coinbase Global, una firma que debutó en bolsa en abril y cuyo negocio es el intercambio de criptodivisas. Con menos de una década de vida, cuenta con una capitalización superior a los 67.000 millones de dólares y, tras la caída en los meses posteriores a su debut, actualmente cotiza cerca de su precio de salida. Los analistas le conceden una firme recomendación de compra y le promedian un crecimiento a 12 meses del 14% en bolsa, aunque los más optimistas prevén un crecimiento de hasta el 88% a un año vista.
Robinhood también opera con criptodivisas, aunque su negocio se amplía a las transacciones en el mercado financiero tradicional. Además de poder adquirir criptos en la plataforma, se pueden comprar sus títulos desde que salió a bolsa en julio. Aunque apenas ha conseguido revalorizarse desde entonces, la mayoría de los analistas se debaten entre comprar y mantener. La división se aprecia también en el precio objetivo a 12 meses: de una caída del 26% para los pesimistas a un auge del 137% para los optimistas.
En una situación similar se encuentran otras compañías como Square o Paypal. Al margen de ellas, otra opción es adquirir títulos de MicroStrategy o Tesla, cuya actividad no está ligada al 'criptomundo' pero han apostado fuertemente por ellas. La primera desarrolla software y posee bitcoins por valor de 7.000 millones (la capitalización de la compañía asciende a 7.400), mientras que la firma de Elon Musk posee unos 2.500 millones en bitcoins y volverá a aceptar la compra de vehículos en esta criptomoneda (a pesar de que Musk apuesta personalmente por el dogecoin en su lugar).