
Kering, matriz de Gucci o Yves Saint Laurent, pierde cerca de un 6,5% en bolsa desde que el lunes China confirmara la desaceleración del crecimiento con la publicación de un incremento del PIB del 4,9% en el tercer trimestre, frente al ritmo del 5,2% esperado. Prada cae alrededor de un 5,5% esta misma semana. Hugo Boss y LVMH más de un 3%. Y, en conjunto, el índice de Bloomberg que reúne a las empresas cotizadas del lujo europeo corrige casi un 10% desde el máximo que registró a principios de agosto de este año.
El frenazo de China es el principal riesgo que podía afrontar el sector, para el que los consumidores del gigante asiático contribuyen en un 90% a su crecimiento (ver gráfico). Visualmente, si se observa la correlación del indicador adelantado de la actividad del país, el índice PMI Caixin compuesto, con la evolución del lujo europeo en bolsa se confirmaría este techo, después de haber protagonizado una recuperación del 164% desde el suelo posterior al crash del Covid.
Kering, la compañía de la industria más golpeada en los últimos días, presentó unos resultados por debajo de lo estimado por los analistas este mismo miércoles, que incidieron en la línea de que "las dudas sobre la solidez de la demanda asiática son el principal riesgo para el sector", según observa Arancha Piñeiro, analista de Banco Sabadell.
"Desde los máximos de agosto, cuando empieza el flujo de noticias negativo procedente de China, Kering corrige cerca de un 20%", incide la analista de la firma de inversión del banco español.
Cambio de paradigma
El sector del lujo, casi tan viejo como Europa y orgullosamente francés, italiano, británico y suizo, ha conseguido relucir en plena pandemia por su condición de refugio -"en tiempos de agitación, como los de ahora, los consumidores recurren a la calidad y buscan marcas fuertes en las que pueden confiar", según el propio Jean-Paul Agon, CEO de L'Oreal-, y lo ha hecho sobre distintos factores: la fuerte recuperación tras la pandemia de su principal mercado, Asia, que ya está desacelerando; su correlación positiva con el incremento de la inflación y de los tipos de interés; y por su capacidad para hablar de sostenibilidad como sello distintivo: "Compre menos, compre mejor", en pleno auge de la inversión en socialmente responsable.
Especialmente, la fuerte reconstrucción de China y en general de toda Asia ha sido el factor fundamental para las expectativas del lujo europeo. El sector consigue el 55% de sus ganancias en el continente y absolutamente todo el crecimiento lo genera allí. Por el contrario, en suelo europeo mengua su capacidad.
Capital Group: "Estos periodos de volatilidad podrían ser oportunidades de compra"
"China seguirá siendo una fuente importante de crecimiento en los próximos años. De hecho, los consumidores chinos han demostrado una afinidad con los bienes de gama alta superior a la que muestran los consumidores de otras partes del mundo", explica Valeria Vine, especialista en inversión de Capital Group, quien considera que, "a largo plazo, podríamos ver que los gustos de los consumidores empiezan a cambiar. Por lo tanto, tal vez se gaste menos en marcas llamativas y más en experiencias de lujo, como el vino o los viajes, y esta ha sido la dirección que han tomado empresas como LVMH, que se han diversificado en el vino, los viajes y otras áreas para beneficiarse del crecimiento de la experiencia del lujo". "Estos periodos de volatilidad podrían ser también oportunidades de compra", concluye la experta.
China, la primera potencia en entrar y en salir de la crisis, se atrevió recientemente a pronosticar que aumentará su renta per cápita al "nivel medio de las economías desarrolladas" en un plazo de 15 años.
Este objetivo es pura gasolina para el lujo si se añade el componente sociológico de un capitalismo patrocinado por el estado que en el gigante asiático ha derivado en un consumidor voraz y aspiracional.