
El Tesoro Público está exprimiendo las inmejorables condiciones de financiación de las que disfruta España actualmente y supera ya el 50% del histórico objetivo de emisión neta de deuda de 100.000 millones de euros de este ejercicio (en 2020 fueron 110.000) para hacer frente a un extraordinario déficit presupuestario, como consecuencia de la crisis de la pandemia.
Sin conocerse aún las estadísticas oficiales de abril, tras cerrar marzo con 43.730 millones de financiación neta, el ritmo de colocaciones de letras, bonos y obligaciones durante el pasado mes y en el inicio de mayo ha sido suficiente para que se alcancen ya más de 50.000 millones.
La presencia récord del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado secundario de deuda soberana de la eurozona, el mantenimiento de los tipos de interés oficiales en el 0% y los fondos de reconstrucción de la Unión Europea (UE) como respuesta al Covid -para impedir en esta ocasión que un endurecimiento de la condiciones de financiación ahogara a las economías- ha favorecido un contexto inmejorable para el Tesoro pese a que la deuda pública se eleva hasta cerca del 120% del PIB.
Hasta el 31 de marzo, España había emitido un 26% más de deuda que en 2020, a interés medio negativo (-0,1%), mientras que el año pasado se quedaba en el 0,1%. En plena crisis, el coste medio de la deuda en circulación está por debajo de un cómodo 1,8%, mientras se empiezan a refinanciar bonos que se emitieron antes del rescate de la banca en 2012 a un interés superior al 5%.
Unos tipos en mínimos históricos que no serán eternos y que podrían empezar a elevarse en los próximos meses, según las tendencias vistas en los mercados secundarios pero también según delata la urgencia del Tesoro Público durante estos primeros meses de 2021.
El interés del bono de España de referencia, con vencimiento a 10 años, ronda el 0,45%, zona de máximos del año, tras llegar a caer por debajo del 0% en diciembre, en línea con el resto de comparables de la eurozona.
En plena crisis, el coste medio de la deuda está por debajo de un cómodo, y mínimo histórico, 1,8%
El bono todavía está lejos del 1,22% que alcanzó en el pico de tensión de la pandemia en el mercado, el 18 de marzo, que obligó al BCE a actuar, pero el propio vicepresidente de la institución, Luis de Guindos, aseguró recientemente que el organismo se planteará empezar a retirar los estímulos y las compras de deuda de emergencia este verano, si se alcanza un 70% de vacunación en la población de la eurozona.
Ventas de deuda a largo plazo
Otras señales objetivos destapan la misma realidad. El Tesoro emitió en febrero 5.000 millones de deuda con vencimiento a 50 años. Este bono se colocó a un interés del 1,45%, mínimo histórico para este plazo y en apenas unas semanas ya pierde cerca de un 11% por precio y el rendimiento en el mercado secundario se ha elevado hasta el 1,8% (las ventas reducen el precio de mercado y suben el interés).
Este pésimo comportamiento responde a las mejores perspectivas económicas, para el crecimiento y la inflación, en los próximos años, por el mayor ritmo en la vacunación y las esperanzas de que el verano sea un punto de inflexión.