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Termina la 'fiesta' inversora de la crisis de deuda de los PIGS

  • El riesgo de impago acabó en ganancias hoy inimaginables
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Casi 160.000 millones de deuda que España emitió durante la crisis del euro (2010-2014) a intereses de hasta el 5,85% vence de aquí a 2025. La refinanciación de estos bonos supondrá un ahorro importante para el Estado, pero los inversores se despiden de la fiesta del riesgo de impago.

El 30 de abril de este 2021 vence el bono a 10 años por cerca de 24.000 millones de euros que España, con el agua al cuello, colocó en el mercado primario el 24 de enero de 2011 a un interés del 5,5%. Es el principio del fin de la fiesta en la que se convirtió para algunos inversores la crisis de deuda de la eurozona. El riesgo de impago, que en la economía real se tradujo en la pérdida de la soberanía fiscal ante las exigencias de austeridad de los acreedores tras el rescate de la banca en 2012, fue en el mundo financiero una oportunidad histórica de ganar dinero con la deuda de España. Y con la del resto de países periféricos asediados por los especuladores -Portugal, Irlanda y Grecia se enmarcaron bajo el acronómico PIG (cerdo) al que la s de Spain puso el plural-.

El 24 de julio de 2012, el interés de la deuda de España a 10 años (la referencia) llegó a alcanzar el 7,6% (las ventas reducen el precio del principal y elevan el rendimiento) en el mercado secundario, para acabar cayendo por debajo del 0% a finales del año pasado gracias los distintos programas de adquisición de bonos del Banco Central Europeo (BCE) desde 2015, acelerados ante la pandemia de coronavirus para que esta vez el incremento del coste de financiación no frene la recuperación económica, pese a que ahora el sobreendeudamiento es mucho mayor.

La refinanciación de los casi 160.000 millones de deuda en circulación que España emitió durante la crisis del euro supondrá un ahorro en intereses -de más de 1.000 millones solo en 2021-, pero los inversores se despiden de unos bonos irrepetibles por las ganancias que han generado en estos años. Y para los que no hay alternativa actualmente en la eurozona. "Ni la habrá. El endeudamiento ha crecido tanto, que los tipos de interés y el valor de la deuda pública no podrá nunca ser como fue", reconoce Enrique Lluva, gestor de renta fija de Imantia Capital.

Él estaba ya en mercado hace una década. "Hay un antes y un después del 26 de julio de 2012, en el que Draghi [entonces presidente del BCE] pronunció la frase mil veces repetida: haremos todo lo necesario para que el euro no se rompa y créanme que será suficiente. Antes de eso, comprábamos barato, pero con mucho miedo; y, después, más caro, pero con una enorme confianza", resume. Otra que gestionaba dinero en aquella época era Ascensión Gómez, responsable de renta fija en Trea AM, quien recuerda que "lo cierto es que nos pareció una oportunidad y compramos muchísima deuda del Estado durante 2011 y 2012".

Enrique Lluva (Imantia): "Antes de la frase de Draghi, comprábamos barato, pero con mucho miedo; y, después, más caro, pero con una enorme confianza"

"Pero tuvimos que soportar la volatilidad de mercado durante los primeros meses. Era una época en que todo el mundo se consideraba un entendido en materia económica y nos daba lecciones diciendo que España no podía pagar la deuda e iba a quebrar", relata. "Viéndolo con retrospectiva, hay que tener en cuenta que la situación en el 2011/2012 era crítica para los países periféricos", incide Ignacio Fuertes, director de inversiones de Rentamarkets. "Jamás podíamos llegar a pensar que los bancos centrales iban a estar ocho años consecutivos interviniendo con sus compras en los mercados de bonos como instrumento de generación de liquidez", continúa Enrique Lluva.

"Esta deuda es un ejemplo muy claro de que, aunque se piense que una inversión va a ser muy rentable en el tiempo, no siempre se puede aceptar la volatilidad que conlleva", reflexiona Acensión Gómez. "Hubo inversores que no pudieron soportar las bajas valoraciones, vendieron y materializaron las pérdidas momentáneas. Era momento, el verano de 2012, de comprar deuda española con rentabilidades del 7% y esperar a que las cosas se calmaran, pero el entorno no ayudaba", admite.

Ascensión Gómez (Trea AM): "Era momento, el verano de 2012, de comprar deuda española con rentabilidades del 7% y esperar a que las cosas se calmaran, pero el entorno no ayudaba"

"La situación ahora es bien distinta: los tenedores de bonos antiguos, como es el caso del 5,5% de abril 2021, habrán de ser muy cuidadosos a la hora de plantearse reinversiones, sobre todo si el perfil es de comprar y mantener. Teniendo en cuenta que la referencia del Tesoro a 10 años actual apenas llega al 0,40%, los riesgos están claramente más sesgados a obtener intereses reales negativos", opina Ignacio Fuertes.

Hoy hay que buscar oportunidades similares lejos de la eurozona. "En el mundo, los países emergentes con monedas muy devaluadas son los nuevos motores de rentabilidad. Brasil, con tipos locales a 10 años al 6% y una moneda devaluada un 25% frente al dólar. México, con tipos al 3% en el 10 años y moneda devaluada un 15% frente al dólar. Por su parte, en Sudáfrica son capaces de generar todavía rentabilidades del 5/7% durante unos años en este contexto de recuperación cíclica favorecedora de la subida de valor de las materias primas", concluye Lluva.

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Comentarios 4

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Marisa
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No me he enterado de nada.

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#1
david
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Hay que ser... Para llamar a su propio país de pig...

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#2
A ver
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A ver, Ascensión Gómez de Trea AM, por qué había que comprar deuda española al 7% si podías comprar BME a €19 que te rentaba en dividendos el 11% neto anual y lo ibas a poder vender en Noviembre del 2019 a €36 ? (Vale, esto último no sabías que iba a ir tan bien, como tampoco sabías que ibas a ir tan mal que ibas a tener un gobierno bolivariano en Madrid). Si tienes que elegir, el que compró BME o Iberdrola en el 2012 lo hizo mejor que el que compró deuda.

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#3
alf
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PIGS es Portugal Irlanda Grecia y Spain. En 2012, el bono del tesoro a 10 años ofrecía una rentabilidad superior al 7%. Hoy, el mismo bono tiene una rentabilidad del 0% (ha llegado a estar negativa), influenciado por los QE del BCE, dado que el riesgo de impago no ha hecho más que aumentar (la deuda se ha mucho más que duplicado desde entonces, y el PIB menguado). La frase de Draghi fue “Whatever it takes” ('lo que sea necesario') (para mantener Europa y el Euro), dando a entender que la deuda estaría respaldada por la UE.

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#4