
Algo debió ver en Almirall (y en el sol de Barcelona) el estadounidense Mike McClellan para pasar de trabajar como director financiero en gigantes del sector como Sanofi y Teva, a aterrizar hace un año en la catalana, cuya capitalización bursátil se acerca a los 1.800 millones de euros. Pero ahí está el reto que asumió McClellan y que lo ha llevado a liderar el brazo financiero de la compañía de los Gallardo en un año histórico para la farmacéutica española, que se ha estrenado en el Ibex 35 y en Eco10 Stoxx y que tiene en la dermatología su punto fuerte que la hace líder en varios países.
¿Qué cambios ha supuesto para la empresa cotizar en el Ibex 35 por primera vez?
A grandes rasgos el impacto no es drástico, aunque sí hemos visto un incremento en la exposición mediática y un mayor interés de los inversores internacionales en su conjunto. Particularmente, lo hemos notado entre aquellos que adquieren nuestros títulos a través de fondos y ETFs sectoriales, además de los del propio Ibex 35. Con el tiempo, sí que esperamos que provoque algunos cambios, si bien tenemos que tener en cuenta que la compañía es propiedad en un 60% de su accionista mayoritario, que es la familia Gallardo, con lo que solo hay un 40% de free float disponible. No hemos visto grandes cambios en nuestros mayores accionistas, con lo que quienes se han sumado lo han hecho aumentando participaciones más pequeñas.
¿Se plantean una salida a bolsa en EEUU?
No estamos en eso ahora mismo ni lo contemplamos a corto plazo, aunque siempre hay opciones. Creo que hay suficientes formas de invertir en Almirall para los inversores internacionales.
¿Qué accionistas han acompañado a la familia Gallardo de forma estable?
Principalmente, son grandes institucionales, tanto españoles como extranjeros. Los principales son Artisan, Norges Bank, Santander AM, Vanguard, HealthInvest, Generali, Dimensional Fund y CaixaBank AM.
La acción ha sido demasiado castigada y ahora cotizamos con descuento frente al sector
Almirall ha sido incluída en el Eco10, el índice de ideas de inversión de calidad que elabora elEconomista. ¿Por qué cree que los analistas ven un atractivo tan alto en la compañía?
Creo que hay dos aspectos, esencialmente. Tenemos en marcha un conjunto de proyectos y desarrollos muy interesantes para el futuro de la compañía, así como acuerdos [de comercialización] como el de Seysara [para tratar el acné]. Tenemos otro producto cerca de ser aprobado, quizás antes de terminar el año, que es la tirbanibulina. Luego, por otro lado, Ely Lilly compró Dermira, que es aliada nuestra, con lo que conseguimos una colaboración con una empresa muy potente. Creo que tenemos un potencial muy interesante a medio plazo y, si miramos la situación actual, vemos que la acción ha sido demasiado castigada en los últimos meses, lo que nos deja cotizando con un descuento frente a los comparables. Creo que también somos atractivos por esto y que por eso los analistas nos dan una recomendación tan buena.
Ha mencionado la tirbanibulina, una de sus últimas novedades. Algunas estimaciones apuntan a un negocio de 250 millones. ¿Qué esperan ustedes?
Sí, esa cuantía está en línea con nuestras estimaciones, aunque todavía no ha recibido las aprobaciones definitivas de las instituciones sanitarias. Ya se está usando en pequeñas zonas del cuerpo y pronto se utilizará para zonas más grandes, como la cara o la cabeza. Trata las manchas típicas que salen del sol y que suelen mostrarse sobre todo en los pacientes mayores. Es un mercado interesante en el que han salido muchos productos en los últimos años y nosotros tenemos la experiencia para hacer un buen producto en este sentido.
Ahora tenemos más confianza en llegar a facturar 450 millones con Dermira en el pico de ventas
¿Es la tirbanibulina uno de los primeros pasos en el negocio dermatológico o es un tratamiento puntual?
Es parte de una estrategia de los últimos años en la que nos hemos concentrado en el negocio de la dermatología médica. Viendo los productos que hemos sacado en los últimos años, todos han estado centrados ahí en Europa. También las adquisiciones que hemos hecho en EEUU, enfocadas al acné.
¿Podría explicar los detalles del acuerdo con Paratek para distribuir Seysara en China y qué rendimientos esperan del mismo?
En realidad, Paratek es la compañía que ha desarrollado esta molécula, luego nosotros hemos adquirido la licencia para su distribución en China, y ya teníamos la licencia en EEUU a través de Allergan. Actualmente, está finalizando la fase 3 del estudio y podríamos lanzar el producto en China en 2023.
¿Cuáles son las consecuencias para Almirall de la adquisición por Ely Lilly de Dermira?
No cambia las licencias que ya teníamos previamente en Europa de Dermira; pero el acuerdo lo vemos como muy positivo porque ahora tenemos un socio muy potente en el sector que está terminando las pruebas de algunos tratamientos y tramitando sus aprobaciones. En números, no cambiamos la estimación de llegar a facturar 450 millones de euros en el pico de ventas, pero ahora tenemos incluso más confianza en conseguirlo. Cuando firmamos con Dermira, ya sabíamos que podría ser adquirida por otra empresa más grande.
Tenemos claro el perfil que queremos para ocupar el puesto de CEO y pronto lo encontraremos
Parece que el mercado no digirió bien la salida de Peter Guenter, el consejero delegado de la compañía.
Creo que Peter ha tomado esta decisión ante una gran oportunidad laboral en Merck junto con Belén Garijo [la nueva CEO], a la que él conoce muy bien, igual que yo. No obstante, Almirall sigue estando en buenas manos y sigue contando con un equipo de dirección fuerte y los objetivos claros. Estamos ya valorando la contratación de un nuevo consejero delegado que tenga una buena experiencia comercial en Europa y EEUU. Los inversores querrán ver quién es el nuevo CEO, pero no creo que sea una preocupación importante ahora mismo.
Después de un años sin ver posiciones cortas (no han superado el 0,5% del capital), han vuelto a aflorar. ¿Cómo lo explica?
Los bajistas se van moviendo de empresa en empresa. Dado el precio al que estamos cotizando y las expectativas externas, no estoy seguro de que sea una buena idea. De todos modos, su presencia es muy baja si lo comparamos con otras firmas del mercado.
¿Cuál es el papel de la investigación en el negocio de Almirall?
La investigación y el desarrollo son muy importantes para nosotros. Invertimos ahí entre 90 y 100 millones. Además, tenemos muchas colaboraciones y licencias con otras empresas con algunos de nuestros productos. Es muy importante para el crecimiento a largo plazo. Esto hace mejorar el futuro de la compañía a medio y largo plazo. Gastamos en torno al 10% de nuestra facturación en investigación y desarrollo y entre el 5 y el 10% en licencias. En total entre el 15 y 20% de los ingresos van a esta partida, lo que es muy cómodo para nosotros. Todos los productos en los que invertimos y luego sacamos al mercado no tardan en devolver la inversión. Es un ciclo.
En Europa los precios son más bajos pero hay menos competencia y puedes hacer el negocio crecer
Para una farmacéutica, ¿es mejor estar en Europa o en Estados Unidos?
Depende. En Europa tienes la oportunidad de hacer crecer tu negocio. En términos de precios, no obstante, en EEUU son un poco más altos pero tienes mucha más competencia y por eso para las pequeñas es más complicado. Depende del producto en el que estés posicionado. Nosotros tenemos más presencia en Europa porque sabemos que podemos competir en dermatología en este mercado. Nosotros en EEUU solo competimos en algunos productos concretos. Hay muchas compañías que son atraídas por el mercado americano porque tienen productos innovadores con los que pueden conseguir precios más altos. Algunas de estas inversiones allí consiguen retornos más altos. En Europa, eso sí, la vida de los productos es más larga.
Dividendo
Los pagos estables al inversor son una de las estrategias más eficaces para fidelizar al accionista a largo plazo, sobre todo en empresas farmacéuticas que dependen de investigaciones duraderas. "Almirall tiene una política de dividendos bastante consistente", subraya Mike McClellan, su director financiero. "Hace dos años lo aumentamos ligeramente y desde entonces no hemos reducido los pagos. Es una parte importante de nuestra asignación de capital, con el objetivo de devolverles a los accionistas ese capital. Y seguirá siéndolo", asegura convencido. Aun así, no todo es el dinero en efectivo. McClellan relata que ofrecen la posibilidad de cobrar el dividendo en acciones, como ocurrió con el pago del último dividendo abonado en octubre, que en su mayoría fue en participaciones. "Refleja que los inversores confían en el recorrido que tiene la acción a estos precios", resalta el directivo estadounidense, y explica que el objetivo es convertirse en un valor de dividendo para los inversores de largo plazo, los fieles. "Creo que la política de dividendos es consistente para el futuro. Tenemos la capacidad de hacer crecer la compañía, y el dividendo también puede crecer junto a ella. En todo caso, seguiremos siendo una compañía de dividendo", sentencia. La retribución al accionista podrá ser continua porque así esperan que suceda con el beneficio. Sobre los márgenes, afirma que podrán mantener un crecimiento "relativamente estable a medida que movemos el portfolio de los productos más viejos hacia los nuevos, que tienen mayores márgenes". En la actualidad, la compañía ofrece unos márgenes sobre el 30%, en línea con sus principales competidores -dice el directivo-, "pero creemos que puede incrementarse en pocos años".
Hemos rebajado en 30 millones nuestro objetivo de ebitda para este año
Impacto del Covid
Como a toda la sociedad, la propagación del virus SARS-CoV-2 ha tenido un impacto en su actividad. "En nuestro balance, hemos conseguido mantener un muy buen nivel de liquidez [1,6 veces el ebitda] y no hemos tenido realmente ningún impacto significativo", cuenta McClellan. "Sí lo hemos tenido en los resultados, donde hemos tenido reducciones de los ingresos particularmente en el segmento de dermatología", reconoce. Claro que con el confinamiento y el aplazamiento de muchas consultas en los centros médicos, las ventas de otros productos se han visto afectados porque los pacientes no podían acudir a las consultas con normalidad. "Hemos tenido que reducir nuestras expectativas para el ejercicio por el Covid. En general, este mercado se ha visto impactado en un 40%. Sin embargo, no creemos que esto vaya a durar para siempre y solo prevemos un impacto este año y quizás algo en el siguiente. Esperamos que para el verano que viene la situación se normalice", pronostica el director financiero de Almirall. Si bien el golpe no ha sido muy duro, sí se han modificado las previsiones de ganancias para este año. "Hemos reducido nuestra previsión el pasado junio en torno a unos 30 millones en el escenario base. De 260-280 millones de ebitda a 230-250. De un año a otro pasará de 304 a 230-250 millones de ebitda", expone McClellan. El Covid-19 supone un impacto social enorme, pero hay otros que pueden afectar a la farmacéutica catalana, como los medicamentos genéricos y los cambios regulatorios, aunque cree que no habrá cambios de este tipo en el corto plazo. Y concluye: "Competimos también con las empresas biotecnológicas y es por eso por lo que dedicamos mucho dinero a la investigación y las licencias de productos".
Un valor atractivo
"Me gustaría poder continuar teniendo un buen diálogo con la comunidad inversora, analistas e inversores para hacer entender los objetivos de la compañía", responde McClellan cuando se le pregunta por aquello que querría aportar a la compañía durante su tiempo como chief financial officer -un cargo que suena más rimbombante en inglés-. De hecho, sostiene que está en constante contacto con ellos. ¿Y qué es lo que más le preguntan los inversores y los analistas de los bancos de inversión? "Las principales dudas tienen que ver con el impacto del Covid en el negocio, los acuerdos con los gobiernos, la salida del consejero delegado y, por supuesto, las estimaciones de la empresa", enumera el director financiero de Almirall. "En todo caso, creo que tenemos una compañía muy atractiva a medio plazo y entramos en un periodo en el que deberíamos poder hacer crecer el negocio core [esencial] de la empresa", apostilla. Y son muchos los proyectos en marcha sobre los que también se interesan los analistas. Por un lado, destaca los que están en las primeras fases en el proceso de investigación -de los que no da nombres-, aunque sí menciona la tirbanibulina (nombre científico) por estar en las últimas fases de desarrollo. Otra de las grandes esperanzas para la compañía es Seysara, tratamiento del que han adquirido la licencia de comercialización en China -y hay nada menos que unos 1.400 millones de habitantes-. Esos mismos analistas e inversores también inquieren sobre la adquisición de Bioniz en EEUU para el desarrollo de un nuevo inhibidor que bloquea la actividad de múltiples citoquinas y que se encuentra en desarrollo para tratar el Linfoma cutáneo de células T refractario (LCCT), una enfermedad huérfana con una gran necesidad médica no cubierta.