Pocas compañías de la bolsa española pueden presumir en la actualidad de contar con una política de retribución comprometida para los próximos años en la que ofrezcan una alta rentabilidad por dividendo. Es el caso de Enagás, que ha hecho de la retribución al accionista su bandera y ha apostado por ofrecer un pago visible y sostenible en un contexto en el que la pandemia de coronavirus ha desmoronado como un castillo de naipes la rentabilidad por dividendo del Ibex 35.
Aunque la retribución media del índice español aguanta en el entorno del 4%, en la práctica, este porcentaje cae a poco más del 1% si se tiene en cuenta que sólo 15 valores conservan su retribución en metálico, 13 han suspendido sus pagos y los 7 restantes recurren a la vía del scrip (o retribución en acciones). De entre los cinco dividendos más rentables del selectivo, Repsol –donde el consenso da por hecho que el euro por acción de 2019 se verá recortado y la duda está en si podrá amortizar parte del scrip– y Telefónica recurren a esta vía. Santander propondrá en su próxima junta de accionistas el pago de un dividendo en efectivo en 2021, con cargo a reservas, y Mapfre, abonado el dividendo de 2019, pero mantiene en el aire el de 2021. Así, el dividendo de Enagás se sitúa entre los más atractivos en efectivo, cuyo pago previsto para 2020 renta un 8,6% a precios actuales.
En momentos de mercado como el presente, en el que con la subida de tipos fuera de juego, el mercado de deuda ofrece una rentabilidad reducida, los pagos más suculentos se encuentran en el sector de las utilities. Y la gasista se ha comprometido al incremento anual del 5% de su dividendo. Así lo contemplan los analistas, que prevén el pago de 1,68 euros brutos en total con cargo a las cuentas de 2020. El primero de ellos está previsto para el 16 de diciembre, por un importe de 0,67 euros. Y en los dos años posteriores suscribe, como mínimo, a mantenerlo (1,74 euros por acción), lo que supone una rentabilidad por dividendo del 9%.
Alejada la incertidumbre que penalizó a su acción durante buena parte del pasado ejercicio, tras la reforma regulatoria aprobada por la CNMC para el periodo 2021-2026, Enagás revolucionó al mercado en febrero, cuando actualizó su plan estratégico para un periodo de hasta siete ejercicios, entre este año y 2026, frente a lo habitual, que suele ser entre tres y cuatro años, y estableció un volumen estable de retribución. Satisface así al perfil de sus inversores que buscan estabilidad y rentabilidad a largo plazo y son, principalmente, fondos de pensión, compañías de seguros y fondos soberanos.
¿Cuál es la clave de esta transparencia? De acuerdo a las estimaciones de cash flow 2020-2026 que la compañía presentó a sus accionistas en febrero, los flujos de caja discrecional generados, sin inversiones adicionales, presentan una holgura de 1.648 millones de euros para asegurar el compromiso y continuar creciendo de forma sostenible a futuro. En concreto, de los 5.378 millones de euros de cash flow previstos, 2.075 millones corresponden a la contribución de las participadas y 3.303 millones de la contribución del negocio regulado.

Con todo, la renovada hoja de ruta no está calando en las valoraciones de los analistas de FactSet, para quienes Enagás, que aún cae un 14% en el año, sólo tiene por delante un potencial alcista del 9% hasta los 21,38 euros por acción y recomiendan vender sus títulos.
"El grupo tiene una generosa política de dividendos que debería limitar el riesgo de reinversión. Sin embargo, la valoración, en nuestra opinión, no está justificada teniendo en cuenta que los beneficios y dividendos del grupo están en gran medida ligados a las perspectivas de crecimiento del activo internacional del grupo sobre el que hay poca visibilidad y proyectos limitados de expansión orgánica", observan desde Citi.
Hidrógeno, la opcionalidad que se empieza a valorar
La apuesta por el hidrógeno en los planes de descarbonización de la Unión Europea en el horizonte de 2050 es un factor que ya empiezan a tener en cuenta los bancos de inversión a la hora de hacer sus valoraciones. La compañía que preside Antonio Llardén planifica la mayor instalación de hidrógeno de España en La Robla (León), que exigirá una inversión de 266 millones de euros. De esta forma, apuesta por el hidrógeno y quiere invertir unos 300 millones en este gas, en biogás y en biometano hasta 2026. Goldman Sachs ha sido uno de las primeras firmas de análisis en valorar a Enagás en 25,50 euros por acción y otorgarle una recomendación de compra basado en la contribución del hidrógeno a la base de activos futura.