
Arranca el nuevo curso financiero tras un verano que no ha dado tregua con la fusión en ciernes anunciada por CaixaBank y Bankia este viernes. Una de las mayores incertidumbres que falta por resolver es qué peso dentro de la futura entidad corresponderá a cada una de ellas, a sabiendas de que será el banco catalán quien aglutinará la mayor parte del poder. Después de que ayer se hicieran públicas las negociaciones, el mercado respondió con abultadas compras por parte de los inversores, sobre todo en el caso de Bankia, que llegó a subir un 32,9% en bolsa, lo que elevó su capitalización en 1.045 millones de euros. En el caso de CaixaBank la subida fue del 12,4%, lo que implica una capitalización de 12.202 millones, 1.343 más que al cierre del jueves.
Pero la bolsa podría haber absorbido gran parte de la prima que CaixaBank podría estar dispuesta a conceder a Bankia en el canje, pero falta por ver qué sucede en próximas sesiones. Bankia, cuya valoración previa era de 3.178 millones de euros, representaba el 22,6% de la capitalización conjunta de las dos entidades, con CaixaBank en el 77,4% y 10.859 millones de euros. Tras las subidas de ayer, este canje es algo más favorable para Bankia, que aspiraría a un peso dentro de la nueva entidad de casi un 26%, gracias a una capitalización que se coloca por encima de los 4.200 millones de euros.
Los dos accionistas mayoritarios de ambos bancos, el Estado y Criteria, también verán diluida su posición. En el caso del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que actualmente cuenta con el 61,81% de la entidad) su peso en el capital alcanzaría el 14% -o algo más del 15% si se contempla la subida de ayer en bolsa-. El holding financiero de La Caixa reduciría su peso del 40% actual que tiene en la entidad al 30% en el nuevo grupo financiero.
Si se tienen en cuenta el valor de activos de cada banco, este canje resultaría algo más favorable para Bankia. A cierre del primer semestre, los casi 218.500 millones de euros en activos representarían el 34% del total de ambas, a los que CaixaBank aportaría otros 445.572 millones de euros. La cuestión es que entran en juego otras variables, como el riesgo de esos activos, el peso hipotecario o la solvencia.
Qué puede inclinar la balanza
¿Qué juega a favor de Bankia? Su exceso de capital. A cierre del primer semestre del año, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri siguió generando capital por encima de lo que se considera un nivel prudente por parte de las autoridades europeas para poder hacer frente a futuras dificultades. Este nivel se fija en el 12% del capital de nivel I ordinario (CET-1). Bankia alcanzó el 13,27% de CET-1 fully loaded a cierre de junio, con un proforma que se eleva hasta el 13,95% con impactos pendientes de contabilizar. Si se toma como referencia el dato de capital normalizado, del 13,27%, esto implica que Bankia tiene un exceso de capital de unos 970 millones de euros, que podrán ser utilizados como colchón financiero para la entidad resultante, pero podrían llegar a cerca 1.900 millones de euros, es decir, el doble, en caso de que la entidad reciba la aprobación definitiva de un nuevo modelo para el cálculo hipotecario, que permitiría a Bankia en ahorro de los activos ponderados por riesgo y una reducción del capital que consumen.
La generación de capital de Bankia se estima, por la propia entidad, en unos 100 puntos básicos cada año y medio, esto es cerca de 66 puntos básicos cada ejercicio. A cierre de 2019, la entidad había generado orgánicamente 63 puntos básicos más, lo que le llevó a superar el 13% de capital de primera calidad. Durante el primer semestre, Bankia suma otros 32 puntos básicos, hasta el 13,27%. Sobre un exceso de capital de 795 millones a los que cerró diciembre, esto implica que hasta junio habría generado otros 176 millones de euros.
La banca mediana se dispara
La banca española respiró este viernes una bocanada de aire fresco como hacía tiempo que no lo hacía. Las fusiones bancarias parecen ser el único catalizador creíble para un mercado hastiado de hablar de tipos de interés en mínimos históricos y una vez que el dividendo del sector ha quedado suspendido hasta nueva orden.
Bankia firmó su mayor subida en bolsa desde 2013, en tiempos del rescate financiero del Estado. Sus acciones despuntaron un 32,9% este viernes -hasta 1,38 euros-. La otra parte de la ecuación, la entidad catalana recibió la noticia con alzas algo más moderadas, del 12,4%, que llevaron sus títulos hasta los 2,04 euros.
Pero más allá de los dos protagonistas, ¿qué compró claramente el mercado? Básicamente, que una nueva oleada de fusiones en el sector bancario español está a la vuelta de la esquina. Y esto hace pensar a los inversores que quizás no sea el momento de guiarse por quién tiene la mejor recomendación del sector -que en este caso es CaixaBank con un mantener-, sino qué entidad está más expuesta en el escaparate de movimientos corporativos que podría comenzar y que habría acelerado la crisis actual.
Los tambores resuenan sobre todo entre los bancos medianos y pequeños del mercado que ayer despuntaron durante la sesión. La segunda subida más abultada de la jornada fue para Banco Sabadell, con un avance del 13,8%, lo que le aleja tímidamente de los mínimos históricos en los que se encuentra sumido el título actualmente.
Liberbank y Unicaja, con un fracaso matrimonial a sus espaldas, se colocaron a la cabeza de la tabla, con ganancias del 13,5% y 13,4%, respectivamente. En su fusión, como puede suceder entre Bankia y CaixaBank, también jugó un papel relevante el exceso de capital de la caja malagueña, que, actualmente, es de 580 millones de euros a cierre de junio.
Entre las grandes entidades las compras fueron mucho más reducidas. Algo más del 5% subieron las acciones de Bankinter y BBVA y un 3,4% las de Banco Santander.