Empresas y finanzas

CaixaBank-Bankia abre otra brecha en el Gobierno al tumbar el sueño de Iglesias de una banca pública

  • Podemos rechaza la operación, de la que no tenía conocimiento previo
El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias

La fusión de Bankia con CaixaBank va a arruinar definitivamente el sueño del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, de crear un banco público que esté al servicio de los intereses del Ejecutivo. El líder de Podemos siempre ha querido que la entidad, que ya está participada por el Estado en un 62%, se convirtiera en un instrumento de financiación de sus proyectos y permitieran hacer realidad algunas de sus medidas estrella para ampliar su base electoral.

Aunque su propuesta nunca ha sido bien acogida por el PSOE ni por el Ministerio de Economía, Iglesias no había perdido la ilusión. La negativa de sus socios de Gobierno, incluso, le habían llevado a modificar ya en parte su planteamiento. Desde hace meses está dispuesto a que el germen de esa entidad pública sea el ICO, algo que tampoco ven con buenos ojos los socialistas.

Con estas posiciones sobre la mesa, la reacción no se ha hecho más que esperar y desde el partido morado han cargado contra la operación y han abierto una nueva brecha en el Gobierno de coalición, tras las fuertes desavenencias por el acercamiento de Pedro Sánchez a Ciudadanos. A través de twitter, el secretario de Estado de Derecho Sociales, Nacho Álvarez ha señalado que "es una noticia preocupante para la economía" porque se sigue profundizando en el oligopolio del sector financiero y se pone en riesgo, a su juicio, la estabilidad y la competencia". Una noticia de la que Podemos no había tenido conocimiento previo.

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, también se ha pronunciado sobre la integración y ha defendido que es necesario recuperar la ayudas públicas inyectadas a Bankia y que "la mejor manera es mantener la participación pública".

Ambas declaraciones contrastan con el mensaje lanzado desde Economía de analizar la fusión una vez se concreten las condiciones del mismo.

En innumerables ocasiones el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha tenido que salir al paso de las pretensiones de Iglesias y oponerse frontalmente a dicha idea, advirtiendo de los riesgos. Por ejemplo, en sede Parlamentaria, señaló que en "el corto plazo, esas iniciativas pueden ser aplaudidas, pero en el medio y largo plazo afectarán al bienestar de los ciudadanos". Además, ha insistido en que no hay posibilidad de una banca pública sostenible.

El programa electoral de Podemos incluye la nacionalización de Bankia y la elección inminente de su presidente en el Congreso de los Diputados con el objetivo de aprovechar el dinero del rescate de 24.000 millones, haciendo de la entidad una herramienta para que se asegure el acceso al crédito a los autónomos, las pymes y las empresas de economía social.

Un ideario que añade que la introducción de "parámetros de justicia" en el mercado de las hipotecas y funciones sociales, como que haya cajeros en la España vaciada o una mayor inversión en vivienda social.

Hay que recordar que la crisis financiera de 2008 se exacerbó en nuestro país por la politización de las antiguas cajas de ahorros y su mala gestión. Un ejemplo claro es, precisamente Caja Madrid, origen de Bankia, que tuvo que ser rescatada en el marco de la operación de fusión con otras siete entidades de menor tamaño y su posterior nacionalización.

El Ministerio de Economía en todo momento ha asegurado que la prioridad en relación con Bankia es proteger el interés general de los ciudadanos españoles, maximizar el valor de la participación pública y reforzar la estabilidad financiera del país. Y así lo ha repetido por activa y por pasiva la ministra Nadia Calviño. "Estos son los principios que guiarán cualquier decisión en este ámbito", señalan las mismas fuentes, que destacan que se analizará el proyecto de fusión con CaixaBank para dar su aprobación una vez fructifiquen las negociaciones.

Otras formaciones también se han echo eco de la integración de CaixaBak con Bankia. Una de ellas ha sido ERC, socio del Gobierno, que ha utilizado los mismos argumentos y valoraciones que Podemos, al considerar que la operación es "preocupante" por cuestiones de competencia.

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