Sebastián Albella, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), asegura que la prohibición de tomar posiciones cortas en la bolsa española, desde mediados de marzo hasta mediados de mayo, tuvo un "efecto limitado", pero que ayudó a "calmar los mercados" en un momento de máxima incertidumbre.
Durante su intervención en un encuentro digital organizado por el Consejo General de Economistas, Albella señaló que "estas medidas son siempre bastante controvertidas" y que la intención inicial fue que se adoptara por todos los países europeos. Pero "distintas sensibilidades y percepciones" sobre la crisis hicieron que no fuera posible y únicamente España, Francia, Italia, Bélgica, Austria y Grecia se pusieron de acuerdo para prohibir las posiciones cortas.
"Son medidas de efectos limitados. Está bastante acreditado que el efecto práctico sobre los precios es efímero, de escasos días. Y una vez más se ha demostrado así en esta ocasión. Comparando la evolución de los índices de los países que tomaron la medida con los que no la adoptaron, no se puede concluir que nuestros precios hayan evolucionado mejor en términos de menores descensos o mayores subidas. Tienen un efecto negativo en los volúmenes de negociación, en las horquillas de precios, lo cual supone mayores costes de transacción y generan una reducción de la liquidez", aseguró.
Pese a este reconocimiento de su escasa utilidad, Albella considera que "concurrían circunstancias para adoptar la prohibición" ya que contribuyeron en un momento dado a "calmar los mercados y evitar espirales bajistas alimentadas no por fundamentales", además de que "permiten hacer ver que los supervisores estamos pendientes de la situación".
"Creo que los países que adoptamos la medida hicimos bien en marzo y creo que hemos hecho bien en no prolongar el veto", según el presidente de la CNMV, habida cuenta de que esa extrema excepcionalidad se había normalizado.
Aunque Albella subrayó la bondad de prohibir los cortos en situaciones excepcionales, reconoció las ventajas que ofrecen al mercado los inversores bajistas. "Producen efectos positivos porque incrementan la liquidez, con lo que los costes de transacción son inferiores, ayudan a identificar debilidades de las empresas pronto, lo que es bueno para el mercado porque ayudan a desinflar burbujas antes", apuntó.
Estrés de los mercados
Esta prohibición de las posiciones cortas se adoptó en un momento de máxima tensión de los mercados, por la fuerte caída que se produjo en poco tiempo (el Ibex cayó en un solo día un 14%), aunque Albella explicó que, en comparación con la crisis financiera, los niveles de estrés han sido inferiores a los registrados en aquel momento. Según el indicador de estrés que utiliza el regulador español, de 0,40 puntos que habitualmente refleja se pasó a 0,60, cuando en 2009 y 2012 fue de 0,80.
Para el presidente de la CNMV una de las ventajas de las crisis anteriores es que se cuenta con más información de la evolución de los mercados gracias a las plataformas tecnologicas, lo que ha permitido realizar un seguimiento adecuado. Por ejemplo, los fallos en la liquidación de valores bursátiles solamente se incrementaron hasta el 10%, y debido en gran medida al teletrabajo.
Albella subrayó que lo peor de esta crisis ya ha pasado pero que en el organimos siguen con las luces encendidas en ámbar ante lo que pueda pasar en el mercado.
Control de los fondos
Respecto a la labor de vigilancia de la liquidez de los fondos de inversión, Albella recordó que solamente se produjo una salida neta de dinero equivalente al 2% del volumen total de patrimonio de las instituciones de inversión colectiva, aunque en algunos fondos los reembolsos llegaron a ser de hasta el 20%.
En el organismo supervisor han estado muy pendientes de que las gestoras deshicieran posiciones de manera equitativa para todos los partícipes, de tal forma que no se vendieran antes los activos más líquidos para no perjudicar a los partícipes que permanecían invertidos en los fondos y aumentara el nivel de iliquidez. De ahí que haya recomendado la práctica del 'swing pricing'.
"Hemos tratado de no presionar. La prioridad era que los gestores pudieran realizar su trabajo adecuadamente, con flexibilidad", apostilló Albella.